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Los hospitales catalanes se atrincheran para combatir el azote de la segunda ola

Los centros sanitarios reprograman actividad, limitan visitas y reordenan servicios para responder al goteo incesante que les llega de pacientes con covid-19. Ya hay 2.411 ingresados, 463 en la UCI

Varios sanitarios atienden a una paciente con covid-19 en la UCI del Hospital Sant Pau de Barcelona
Varios sanitarios atienden a una paciente con covid-19 en la UCI del Hospital Sant Pau de BarcelonaAlbert Garcia (EL PAÍS)
Jessica Mouzo

La segunda ola de la pandemia vuelve a poner contra las cuerdas a los hospitales catalanes. La velocidad de la transmisión ha bajado el ritmo ligeramente, pero sigue al alza y azota de lleno a los centros sanitarios, sobre todo a sus unidades de cuidados intensivos. Con 2.411 ingresados, 463 en la UCI, los hospitales se atrincheran para combatir el segundo gran envite del coronavirus. Ya han empezado a reprogramar intervenciones, doblar turnos, replegar profesionales, limitar visitas y reordenar servicios. Por primera vez desde la primavera, las UCI catalanas ya tienen más pacientes covid que de otras patologías.

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La curva de contagios no para de crecer. Ayer se comunicaron más de 6.000 nuevas infecciones, aunque no todas pertenecen al día anterior y el Departamento de Salud también matizó que “se están liberando muchas PCR que no se habían podido analizar hasta el momento”. En cualquier caso, la incidencia acumulada a 14 días sigue al alza y se sitúa en 748 casos por 100.000 habitantes. Se han ralentizado ligeramente la velocidad de transmisión (la Rt, que mide a cuántas personas contagia, de media, un positivo) y, si bien la semana pasada llegó a estar a 1,57 —por cada 100 positivos se contagiaban otros 157—, ahora está en 1,26. Pero esta desaceleración del crecimiento todavía no se refleja en la presión asistencial sobre los hospitales, que sigue aumentando.

De hecho, los hospitales ya han empezado a replegarse, como hicieron en la primera ola, para poder atender el goteo incesante de casos de coronavirus que arrecia sobre Cataluña. La mayoría ya han empezado restringir visitas de acompañantes de los pacientes para rebajar al mínimo la movilidad y minimizar los riesgos de contagio. “Esta semana hemos limitado las visitas a ingresados a 4 situaciones: final de vida, partos, pediatria, oncología y usuarios de tarjeta Cuida’m [los que tienen alta fragilidad relacional y precisan una atención específica, como las personas con autismo]”, explica una portavoz del Hospital de Mataró.

Otra de las medidas ha sido empezar a desprogramar actividad ordinaria no urgente para hacer hueco a los pacientes con covid-19. A diferencia de la primera ola, cuando el aluvión de enfermos de coronavirus obligó a suspender de golpe todas las operaciones y consultas no urgentes, ahora los hospitales se han conjurado para mantener todo lo posible, la atención completa a los pacientes covid y no covid. El secretario general del Departamento de Salud, Marc Ramentol, dijo el viernes que todavía no hay “desprogramaciones masivas”, pero los hospitales empiezan a hacer malabares para cuadrar la oferta de camas con la demanda creciente de los enfermos de coronavirus y otras patologías. “Nuestro objetivo es mantener al máximo la actividad no covid. De momento estamos haciendo la mayoría de cirugías y consultas externas previstas. No llega al 10% lo que hemos desprogramado. Para nosotros es muy importante continuar con el resto de servicio”, apunta un portavoz del Clínic de Barcelona. Salud estima que, a partir de 600 pacientes en la UCI, habrá que hacer suspensiones de actividad generalizada para no colapsar los centros sanitarios.

En el hospital comarcal de Olot, en cambio, ya se ha tenido que aparcar buena parte de la actividad no urgente, aunque se mantienen intactas las intervenciones oncológicas y no demorables. “Se han suspendido las cirugías con ingreso aplazables y se mantienen las cirugías que no requieren la pernoctación del paciente en el centro”, apunta el hospital en un comunicado. Este centro sanitario, que tenía el viernes 25 pacientes hospitalizados y en el último mes ha tenido que trasladar al Hospital Josep Trueta de Girona ocho enfermos críticos, también ha habilitado una unidad con 32 camas para atender a pacientes con covid-19, ha doblado las guardas de los profesionales de Medicina Interna y ya ha empezado a hacer algunas consultas externas de forma telemática.

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En el Trueta también se han suspendido casi todos los quirófanos de cirugía local, se ha reordenado la actividad quirúrgica de oftalmología y cirugía cardíaca, se ha frenado la atención en la Unidad del Sueño y se ha reducido el servicio no urgente en el Hospital de Día de la Unidad de Diabetes. Tampoco se hacen ya endoscopias programadas y la actividad quirúrgica de tarde, así como la hemodinamia (se ha reorganizado toda por las mañanas), también se ha suspendido. Todo, explican desde el centro, para tener más disponibilidad de personal.

En el hospital Vall d’Hebron de Barcelona, todavía se mantiene el grueso de la actividad ordinaria, aunque sí se han limitado los trasplantes que no suponen una urgencia vital inminente. “Se están haciendo intervenciones y consultas externas, pero todo dependerá de los ingresos. Si siguen subiendo, a finales de la semana que viene, tendremos que parar gradualmente la actividad”, explica el director médico, Antoni Roman. En el Sant Pau, por su parte, avisan de que “la situación se está complicando”. No han tenido que suspender actividad programada, pero ya han trasladado el hospital de día de oncohematología a un pabellón del viejo hospital, lejos del centro neurálgico de actividad, para proteger a los pacientes más vulnerables.

Los sanitarios advierten del riesgo de volver a desprogramar tanta actividad. De hecho, durante la primera ola, se llegaron a hacer 20.000 operaciones menos que en el mismo período del año anterior y las pruebas diagnósticas y las consultas externas se redujeron a la mitad. El Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) estima que se tardarán entre 18 y 21 meses en ponerse al día en la atención sanitaria de los pacientes no covid.

Reubicar sanitarios

Lo que sí ha hecho Vall d’Hebron es replegar al hospital a todos los profesionales del Centro de Salud Internacional y Enfermedades Transmisibles, ubicado junto al centro de atención primaria de Drassanes, en el distrito de Ciutat Vella. “Ahí tenemos un pull importante de microbiólogos, infectólogos y epidemiólogos que replegamos al hospital para dar apoyo a la covid-19 allí, aunque mantenemos una franja horaria al mediodía para que sigan con su consulta habitual. No hemos dejado a nadie desatendido”, matiza Roman tras la polémica generada por esta reestructuración.

El caso es que el traslado de la unidad de Drassanes al hospital supone, según los críticos, la pérdida del perfil comunitario del servicio. “Se dificulta la accesibilidad a poblaciones vulnerables. Se mantiene la actividad, pero no al 100%”, lamenta un sanitario de Drassanes. De hecho, la reestructuración obliga a cerrar temporalmente el dispositivo de Drassanes Express, un circuito rápido de detección de infecciones de transmisión sexual sin pasar por el médico de cabecera. “En época de pandemia hay que tomar decisiones. Necesitábamos a estos profesionales”, lamenta Roman, que pide “paciencia” a los usuarios en un momento donde “el sistema se está tensionando progresivamente”.

Los expertos en salud pública temen, sin embargo, el impacto de este tipo de medidas en la detección de otras patologías transmisibles. “Hace falta poner músculo contra la covid-19, pero es reto es cómo hacemos compatibles los recursos para la covid con la atención a otras enfermedades transmisibles. El impacto en el aumento de otras patologías lo notaremos a largo plazo”, valora Joan Pau Millet, epidemiólogo de la Agencia de Salud Pública de Barcelona. El sanitario teme un aumento de retraso del diagnóstico de otras dolencias infecciosas, como la tuberculosis.

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Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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