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El ‘Sant Jordi de verano’ tendrá rosa blanca y espíritu local

La zona de ventas y firmas de libros del paseo de Gràcia de Barcelona acogerá 110 paradas

Carles Geli
Joan Guillén (izquierda), Mariàngela Vilallonga, Patrici Tixis, Joan Subirats y Mari Carme Ferrer, durante la presentación del Día del Libro y de la Rosa del 23 de julio.
Joan Guillén (izquierda), Mariàngela Vilallonga, Patrici Tixis, Joan Subirats y Mari Carme Ferrer, durante la presentación del Día del Libro y de la Rosa del 23 de julio.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

Un Sant Jordi de verano de rosa blanca, de espíritu local y próximo y que sea un homenaje, una fiesta, a los lectores que han ayudado al sector, especialmente a las librerías, en los momentos más duros del confinamiento. Y, claro, con unas “durísimas” medidas de seguridad. Así presenta el mundo del libro y de la flor el Día del Libro y de la Rosa del próximo 23 de julio, con cada librería que lo desee con su parada frente a la tienda, otra muy cerca de flores y, allí donde la situación sanitaria lo permita, espacios cerrados y perimetrados para más ventas y encuentros con los autores.

La jornada, que busca compensar la actividad callejera del 23 de abril que no tuvo lugar por el confinamiento, lucirá con 1,2 millones de rosas y unas 200 paradas solo en Barcelona, 110 de las cuales en la zona restringida del paseo de Gràcia, cortado al tráfico. La fiesta, por las medidas sanitarias a tomar, se cobrará su factura, de las más elevadas de una diada de estas características: más de 360.000 euros en los primeros cálculos, 290.000 aportados por la Generalitat, sin contar los servicios municipales de cada localidad o campañas colaterales, como la del Bonus Cultura del Consistorio barcelonés, que la adelantó a julio dotándola con 500.000 euros para que coincidiera con la jornada.

“Puede que las áreas concentradas de firmas y actos no se lleven a cabo en determinadas zonas de Cataluña por el coronavirus, pero la fiesta se celebrará igualmente, entre otras razones porque se ha organizado en unas condiciones durísimas de seguridad e higiene”, ha asegurado esta mañana Patrici Tixis, presidente de la Cambra del Llibre de Catalunya, durante la presentación del programa en La Pedrera de Barcelona, haciendo referencia al detallado y exigente informe de 32 páginas con que el Procicat ha marcado los parámetros de celebración de la convocatoria. En esa línea, el teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Joan Subirats, ha afirmado que es difícil que no se pueda realizar el encuentro con los autores en el paseo de Gràcia porque “estamos trabajando, al igual que se ha hecho con la programación del Grec, con exigencias y protocolos de confinamiento de fase 2, y estamos aún lejos de ese nivel de contagios”, asegura.

Cuestiones económicas al margen (el sector espera que, si funciona mínimamente, la jornada del Sant Jordi de verano permita recuperar de nuevo entre un 15 y un 20% de la facturación, como ya ocurriera el pasado 23 de abril), en el aire se respira cierta sensación de homenaje. “Hemos notado el apoyo de la gente cuando debimos cerrar y al volver; nuestros clientes se merecen esta fiesta”, opina Mari Carme Ferrer, presidenta de los libreros catalanes. “Libros y floristas representamos un modelo de comercio de proximidad que debe defenderse”, arguye el presidente del Gremi de Floristes de Catalunya, Joan Guillén. En su particular homenaje, “y de manera excepcional porque la rosa roja siempre será la de Sant Jordi” en esta ocasión un 10% serán blancas: “Es el blanco de los sanitarios, del duelo que no tuvimos y de la esperanza”. El sector, asegura, está “muy tocado y los principales proveedores, como Colombia, están también muy afectados por el coronavirus”, aporta para explicar que la oferta será apenas del 25% de un Sant Jordi de abril clásico.

A pesar de ese espíritu de proximidad y solidaridad, han surgido algunas voces discordantes con la oportunidad y el formato del Sant Jordi de verano, en un gremio del libro al que le cuesta mostrar una postura unitaria. Ya ocurrió el pasado 23 de abril cuando un notable grupo de editores y libreros manifestaron su rechazo a que se entregaran a domicilio los libros vendidos online, apostando por recogerse al acabar el confinamiento. Ahora, la división es doble: librerías y editoriales de Figueres, de la comarca del Segrià y de Reus han decidido no hacer la celebración callejera, a los que en las últimas horas se han añadido sellos barceloneses como Males Herbes y la librería No Llegiu, entre otras. Por otro lado, algunas no ofrecerán el 10% de descuento tradicional. “De aplicarse, se podrá, pero cada uno es libre de ofrecerlo a sus clientes o no, como de asistir a las zonas perimetradas o no”, zanja Tixis.

Para proteger ese comercio cercano y ayudar a no expandir el coronavirus, el sector del libro recomienda que la gente no se desplace de su hábitat natural. “No hace falta ir a Barcelona o a la capital de comarca, hay librerías y floristas en cada zona”, aseguran desde el gremio de libreros, que garantizan la presencia de autores “en toda Cataluña”. Conseguir esta vez que el autor preferido estampe su firma en un ejemplar requerirá un proceso: las librerías están confeccionando estos días una parrilla con los autores que firmarán (mayormente locales y españoles) y que comunicarán a sus clientes, que deberán solicitar cita previa para ello.

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Allí donde la pandemia lo permita, las firmas se harán en áreas comunes al aire libre, pero cerradas y perimetradas, con dispositivos electrónicos de control de aforo y medidas de higiene (geles hidroalcohólicos, distancias de seguridad…). Así, en Girona tendrá lugar en la plaza de la Independència, con una decena de puestos. En Barcelona, será en la zona central del paseo de Gràcia, entre la plaza de Catalunya y la calle Valencia. Ahí habrá 110 paradas de las casi 200 que habrán en toda la ciudad, con carpas específicas en cada punta de los tramos y separadas de las mesas de venta para la firma de autores, que cada hora y cuarto cambiarán de ubicación para no generar aglomeraciones. Tiempo habrá: de manera excepcional, las paradas podrán estar abiertas prácticamente hasta casi la medianoche.

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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