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Los taxistas exigen al IMET medidas para preservar su actividad

El Sindicato del Taxi de Cataluña impulsa reclamaciones al Instituto Metropolitano

Josep Catà Figuls
Varios turistas pasan entre los taxis que ocupan la Gran Vía de Barcelona, durante la última huelga del sector.
Varios turistas pasan entre los taxis que ocupan la Gran Vía de Barcelona, durante la última huelga del sector.Andreu Dalmau (EFE)

La entrada acelerada a la nueva normalidad tras el confinamiento ha puesto en alerta al sector del taxi, que una vez más teme por su viabilidad económica. Los sindicatos y asociaciones del sector reclaman al Instituto Metropolitano del Taxi (IMET) un plan para preservar la actividad y velar para que todos los conductores y propietarios de licencias tengan las mismas opciones de negocio. El Sindicato del Taxi de Cataluña (STAC) ha ido más allá y ayer anunció que presentará reclamaciones patrimoniales al IMET al considerar que no ha hecho nada para garantizar la viabilidad económica del sector cuando se entre en la nueva normalidad y finalice el estado de alarma.

Cuando a mediados de marzo empezó el estado de alarma, el sector reclamó medidas para compensar la caída de la actividad. El IMET, ente responsable del sector del taxi que depende del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), redujo el número de taxis que podían circular e impuso medidas de seguridad. Durante el confinamiento, el organismo anunció que en los próximos meses iniciará el plan para geolocalizar a los más de 10.000 taxis que hay en la ciudad y crear una aplicación móvil pública para pedir el servicio.

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Pero antes de llegar a este escenario, falta un plan para la entrada a la nueva normalidad. El Sindicato del Taxi recuerda que “los indicadores económicos como el número de vuelos, cruceros, visitantes o la reincorporación de trabajadores en sus puestos evidencian que el retorno a la normalidad será progresivo, y no sabemos con certeza en cuanto tiempo se hará”. El sector teme que el lunes puedan estar en la calle circulando 8.000 taxis (los que operaban cada día antes del estado de alarma) cuando la demanda todavía será muy baja.

El sector propone modificar el reglamento para regular el descanso semanal y un sistema “dinámico y armónico” que varíe según la demanda del servicio. La última propuesta del IMET, que junto con los sindicatos del sector estudia la fórmula jurídica para evitar que haya demasiados taxis compitiendo por pocos clientes, fue reducir un 10% la flota de taxis que circulan habitualmente, hasta los 7.000 vehículos.

Durante el principio del confinamiento, la flota que ha circulado era de un 20% y en las últimas semanas y en las últimas semanas. La propuesta del IMET de reducirla solo un 10% y que los taxistas hagan un día más de fiesta cada dos semanas durante un mes y medio no convence a los sindicatos. Estos consideran que no es suficiente no solo en el volumen de vehículos que debería salir, sino también en el periodo. Fuentes de los sindicatos expresan preocupación ante lo que prevén como una lenta recuperación de la actividad y de la demanda, que estará muy marcada por la llegada de turistas y por la vuelta a la oficina.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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