Montero resiste y se aferra a que si no gana la batalla del IRPF el salario mínimo no podrá subir más

María Jesús Montero vivió una jornada parlamentaria muy dura, una de las más intensas que ha tenido en su carrera, con seis preguntas alrededor de su decisión de que el salario mínimo, que ha subido un 61% desde que Pedro Sánchez está en La Moncloa, pague por primera vez IRPF. Algunos en el Congreso, incluso diputados socialistas, creen que no tiene sentido el desgaste político que está sufriendo ella, que además de ministra de Hacienda es candidata del PSOE en Andalucía, y está así dando una baza a su rival, Juan Manuel Moreno. Sin embargo, ella, que es la principal promotora de esta decisión (distintas fuentes señalan que es la vicepresidenta la que convenció a Sánchez de que había que hacer esto este año, y ya pensó en hacerlo el pasado, porque si no, según su visión, se hacen insostenibles más subidas del SMI) aguanta la posición y está dispuesta a dar la batalla hasta el final. Y resolverla como siempre en política: con los votos. En teoría tiene las de perder, porque solo el PSOE la apoya en el Congreso, pero Montero insiste, según su entorno.

La vicepresidenta está convencida de que no puede ceder en esto por una cuestión de fondo, de principios, porque asumir el marco de que un salario de 1.184 euros, como ha quedado ahora el SMI, no debe pagar IRPF, aunque sea menos de un 2%, es asumir que los impuestos son algo negativo, que según insiste es el marco de la derecha. Montero tiene previsto vetar las iniciativas del PP, de Podemos y de Sumar para revertir su decisión, y después ir al debate parlamentario y si se pierde, pues perdido está. Quiere dar la batalla política e intentar convencer a Sumar y a los demás socios de que ya no se puede seguir tocando el mínimo exento del IRPF más para que no entre el SMI, porque eso afectaría también a otras rentas bajas y supondría una merma de ingresos de hasta 2.000 millones de euros. “Si no lo hacemos ahora, estamos condenando el SMI a estar congelado, no podría subir el año que viene, porque no podemos asumir esa pérdida de recaudación cada año, estaría tocado de muerte”, insisten en el entorno de la vicepresidenta, donde aseguran que no están subiendo impuestos, porque un salario de 1.184 paga el mismo IRPF que el año pasado, un 1,7%, pero lo que sí hacen es no bajárselos al que cobra el SMI que ahora se sube a esa cantidad.

En Hacienda insisten en que el problema con Yolanda Díaz no es personal, sino político, y por eso es tan difícil de solucionar, porque la discrepancia es muy de fondo. Montero cree que Díaz y su grupo están asumiendo el marco de la derecha contra los impuestos, mientras Sumar insiste en que no se puede hacer pagar IRPF al SMI justo el mismo año en el que ha caído el impuesto a las energéticas o se hacen bonificaciones de hasta el 100% para quien alquile sus propiedades a un precio razonable. En su entorno aseguran que Montero está dispuesta a seguir y a llegar incluso a la derrota en la votación parlamentaria, algo que tendría que aceptar y la forzaría a cambiar su decisión. Insisten en que la vicepresidenta no renunciará “a sus principios” y aceptar una lógica que en último extremo lleva a recortar ingresos importantes.

Mientras, en Sumar creen que el debate está muy desenfocado y discuten el planteamiento de Hacienda e incluso los datos de hasta 2.000 millones que plantea Montero como pérdida de recaudación, porque no les cuadran. Manuel Lago, diputado de Sumar y persona de confianza de Díaz, niega tajantemente la idea que se ha instalado en algunos foros de que lo que plantean ellos supongo afectar a todo el IRPF, sino solo a las rentas hasta 21.086 euros. “No es cierto que la cuantía del salario mínimo fije un mínimo exento de tributación al IRPF del que se benefician todas las rentas sujetas a este impuesto. Quien dice esto no entiende el funcionamiento del IRPF”, asegura el diputado. “Desde 2022, el Gobierno ha modificado el impuesto con el objetivo de que las personas que cobren el SMI no tributen por IRPF. La forma de hacerlo ha sido incrementando las deducciones por rendimientos del trabajo para las personas que solo tienen rentas del trabajo, hasta un máximo de 21.086 euros en 2024. Esto significa que las rentas del capital (alquileres, dividendos, acciones o cobro de intereses bancarios) no se benefician de esta medida. Ni tampoco los rendimientos de las actividades económicas, esto es, los ingresos de empresarios o autónomos. Además, en el caso de los rendimientos del trabajo —salarios y pensiones— solo se benefician las personas que cobran hasta 21.086 euros en 2024. Los asalariados y pensionistas que cobren más de esa cifra, tampoco se benefician de la reducción en la tributación”, señala Lago.

La discusión sigue abierta entre los dos grupos de la coalición, aunque de momento no hay reuniones de negociación y las posiciones parecen irreconciliables. Otras fuentes insisten en que cuando baje la presión mediática, y esté más cerca la votación, se acabará encontrando una solución o se negociará con otras contrapartidas y con los demás socios también, pero nadie acaba de ver el escenario de una derrota del PSOE por la suma de los votos de Sumar, la izquierda parlamentaria y el PP y Vox. Quedan unas semanas para saberlo.