España renueva su estrategia en África
El Gobierno prioriza el continente en su política exterior con un trato “de igual a igual” y un plan sin fondos específicos
España renueva sus votos en África y coloca al continente entre sus prioridades en política exterior. La nueva estrategia diseñada por el Ministerio de Exteriores, presentada este jueves por el presidente Pedro Sánchez, recoge 100 medidas para invertir en la formación de la juventud africana, en el crecimiento sostenible, en la democracia, las infraestructuras o la energía verde, aunque no cuenta con fondos propios para ejecutarse. En línea con la estrategia lanzada por Borrell ya en 2019, la mirada hacia el Sur se amplía más allá de la inmigración irregular que tanto preocupa a España y la Unión Europea. La seguridad y la intervención extranjera de potencias como China y Rusia y las oportunidades de inversión son preocupaciones que subyacen en esta hoja de ruta que guiará las relaciones con África hasta 2028. “Nuestro país quiere iniciar una nueva era de igual a igual”, ha dicho el presidente.
Sánchez ha estado acompañado en la presentación por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y la ministra de Migración, Elma Saiz, pero han sido los invitados africanos los que han dado relevancia política al plan. Convocados en el palacio de La Moncloa, el presidente mauritano, el ministro de economía senegalés, el presidente de la comisión de la Unión Africana y el presidente de la Comisión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental han aplaudido el acercamiento español al continente. En sus intervenciones, los socios africanos han celebrado un plan que consideran beneficiará a todas las partes y han animado a fortalecer las inversiones en el continente. “Estoy seguro de que [esta estrategia] será un punto de inflexión en nuestras relaciones”, afirmo el presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani. “Soy optimista, hay una voluntad de apertura para y con África”, ha celebrado el ministro de Economía senegalés Abdourrahmane Sarr.
La competición por reforzar las relaciones con África, que en 2050 albergará al 25% de la población mundial, es feroz, tanto dentro como fuera de las fronteras europeas. La creciente presencia de Rusia y China, que se han convertido en actores determinantes en cuestiones de seguridad o la construcción de infraestructuras, deja en un segundo plano a la UE y, especialmente a Francia, que pierde influencia ante el sentimiento anticolonial que se ha extendido en grandes sectores de la población y la clase política. En ese contexto, otros Estados miembro, como Italia (Meloni ha puesto África en el centro de su política exterior con un plan que parte con 5.500 millones de euros) o España, buscan ocupar ese espacio.
Madrid no esconde su intención de situarse como interlocutor de la UE en África, como ya lo es en países como Senegal, Gambia o Mauritania y, según el contexto, en Marruecos. Reforzar ese rol, ensayado durante casi dos décadas en la cooperación contra la inmigración irregular, es parte de los objetivos del plan. “España aporta un liderazgo desde el extraordinario crecimiento económico en el que vive y queremos compartir este liderazgo y ponerlo a disposición de nuestros aliados de todo el continente”, mantuvo Sánchez que desgranó los cinco pilares de una estrategia que contempla 100 medidas, algunas muy concretas, como el apoyo a proyectos culturales específicos y, otras, aun por aterrizar, como el aumento de becas para los jóvenes africanos, la apertura de embajadas o la búsqueda de mecanismos financieros para aliviar la deuda de los países.
El interés en África trasciende la obsesión por controlar la inmigración irregular. El continente, con un enorme potencial de desarrollo, es visto como una gigantesca oportunidad de negocio en Occidente. Italia, por ejemplo, pretende convertirse en un socio preferente en materia energética. España, según la nueva estrategia, mantiene cinco objetivos que Sánchez ha sintetizado en el refuerzo de la interlocución política, la apuesta por el crecimiento económico que dé oportunidades a las nuevas generaciones, la conexión entre continentes para favorecer una migración segura y ordenada y la circulación de talento, la prevención y la resolución de conflictos y el apoyo al fortalecimiento de la democracia y la igualdad. “Hoy damos un nuevo paso en la alianza entre España y África en busca de un futuro más rico, más sostenible y, sobre todo, más justo porque la historia y el futuro de África ya no la escriben los demás, sino los propios africanos y España quiere ser parte de esa escritura”, concluyó Sánchez.
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