El jefe de la UME: “La gente no entendería que llegáramos tarde por cumplir la legalidad burocrática”

“La gente no entendería que llegáramos tarde por cumplir la legalidad [burocrática] y nadie se quejaría de que lleguemos a tiempo por no cumplirla”. El jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Javier Marcos, ha explicado este viernes los estrechos márgenes en los que se han movido los militares para ayudar a la población afectada por la dana. El teniente general ha revelado que solo 100 de los 250 efectivos del batallón de la UME que salieron el día 29 por la tarde de la base Jaime I, en Bétera (Valencia), consiguieron llegar a la localidad de Utiel, la que les había asignado la Generalitat valenciana, mientras que los demás quedaron bloqueados en las carreteras cortadas por la riada. “¿Qué hicieron? Darse la vuelta y acudir a otros pueblos que ya estaban anegados y a los que nadie había llegado todavía”. Y donde tampoco les había llamado nadie. “Fueron los primeros”, ha apostillado el militar, en conversación con los periodistas.

El máximo responsable de la operación desplegada por las Fuerzas Armadas en Valencia ha comparecido tras la reunión celebrada por el Gabinete de Crisis en la Moncloa. Pero lo ha hecho en la sede del Ministerio de Defensa para dejar claro su carácter apartidista y evitar las críticas que recibió el pasado lunes, cuando compareció en la sala de prensa del Consejo de Ministros. Ha tenido especial cuidado en no decir una palabra que pudiera interpretarse como crítica a las instituciones implicadas, de diferente color político. “La relación con la comunidad autónoma y el Ministerio del Interior fue perfecta y se actuó de forma coordinada”, ha repetido.

Este viernes están desplegados 8.474 efectivos de la UME, los tres ejércitos y la Guardia Real, con 2.059 medios técnicos (desde maquinaria pesada a drones), en 72 de los 78 municipios de la zona afectada, que abarca 4.474 kilómetros cuadrados, el 42% de la provincia de Valencia. Hasta ahora se han iniciado 595 misiones, muchas de ellas en los municipios de Paiporta, Chiva, Catarroja y Massanassa, considerados “los más críticos”, aunque la situación, ha advertido el general, “no es fija”. Las últimas incorporaciones han sido una jefatura de Ingenieros y los cazaminas Sella y Duero, con equipos de buceadores para recuperar los cuerpos de los arrastrados hasta el mar por la riada. A medida que se han ido abriendo los viales y se ha recuperado la actividad económica en la zona se ha intensificado también un tráfico que dificulta la tara de los militares, por lo que la UME ha optado por trasladar la mayor parte de su esfuerzo al horario nocturno, con turnos de doce horas y tres jornadas seguidas de trabajo por una de descanso.

El jefe de la UME ha subrayado que su unidad estuvo en la zona “desde el primer momento”; y se fue anticipando al desastre en función de la información que recibía. “Por lo menos desde el punto de vista de la UME, lo que a mí me llegó [alertas meteorológicas e hidrológicas] no falló, se informó en tiempo oportuno todo lo que se pudo”, ha asegurado, pese a insistir en que “nadie podía prever la magnitud de lo que pasó”, ni el volumen del caudal de agua que desbordó ríos y barrancos.

Diez días después del inicio de la intervención de la UME en Valencia (en “el día D+10″, como lo ha llamado), Marcos ha subrayado que no se trata de una operación militar sino de un dispositivo de emergencia, pero ha admitido que, “mientras se sigan recuperando desaparecidos”, como ha sucedido en los últimos días, aún estará en su primera fase un despliegue que no tiene fecha de finalización. Una vez más ha pedido paciencia, pese a reconocer que “es difícil pedir paciencia a quien está sufriendo”. Ante el “pánico” que, según sus palabras, le han transmitido muchos afectados por una próxima marcha de los militares, el general ha querido tranquilizar a los valencianos: “Las Fuerzas Armadas estaremos con ustedes todo el tiempo que haga falta. No les vamos a defraudar”.