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Prohíben los vuelos de drones privados en la zona afectada por la dana

El Cecopi restringe en Valencia el espacio aéreo para facilitar el tráfico de las aeronaves, tripuladas o no, de los cuerpos de seguridad del Estado, el Ejército y Bomberos

Drones privados zona de la Dana
Los 80 efectivos del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas del Ejército del Aire y del Espacio, desplegados en Valencia en zonas de difícil acceso, no dejan un milímetro de tierra sin escudriñar en busca de desaparecidos con sus drones.Ejército del Aire y del Espacio (EFE)

Los drones se han convertido tras el paso de la dana del pasado 29 de octubre por España en un gran aliado de las fuerzas de seguridad en emergencias porque ofrecen una visión cenital de toda la situación y en tiempo real. Por eso, el Centro de Coordinación Operativo Integrado (Cecopi), que gestiona la emergencia en la provincia de Valencia, ha prohibido tras el estallido de la crisis los vuelos de drones privados en todo el área afectada. Cualquier otro vuelo debe estar autorizado por el Cecopi. “Son los ojos en el cielo”, asegura en referencia a los drones el experto de la Universitat Politècnica de València (UPV) Israel Quintanilla.

A las inundaciones en la provincia de Valencia, que se ha cebado con las comarcas de la Ribera, Horta Sud y Utiel-Requena, siguió un amplio despliegue sobre el terreno de casi 2.300 bomberos de más de 40 organismos, 8.000 militares, además de 9.200 agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional; más de 530 miembros de las distintas policías locales y 123 de la Policía de la Generalitat. Un amplio número de unidades especializadas de estos cuerpos y organismos emplean los drones para la búsqueda de posibles víctimas, especialmente en las zonas del río Magro, la Rambla del Poyo, la desembocadura del Túria o el parque natural de L’Albufera.

En la operación de vaciado de los grandes aparcamientos de centros comerciales como Bonaire (Aldaia) o el MN4 (Alfafar) inundados, los primeros que han sobrevolado el interior de los subterráneos en cuanto se ha podido achicar el agua, han sido los drones. “Son de reducidas dimensiones y tienen la capacidad de volar en el interior mejor que el resto”, relata Quintanilla en una entrevista a Efe, donde alaba la posibilidad de realizar una inspección visual “desde fuera del peligro antes de meter a alguien” en el interior del aparcamiento.

Cuando se establece una emergencia,el espacio aéreo se restringe porque el puesto de mando avanzado, que coordina todos los trabajos, “tiene precisamente que coordinar y establecer un área restringida temporal” y “todo aquel que quiera volar ahí, tiene que pedir permiso al mando de emergencias porque vuelan los helicópteros de la Policía Nacional, los de la Guardia Civil, los del Ejército, las avionetas...; y también los drones, que tienen que estar coordinados con la aviación tripulada”, explica el experto.

Hace cuatro o cinco años no había tantos pero ahora la mayoría de estos cuerpos integran en sus unidades estas aeronaves no tripuladas. “Todo eso tiene que estar coordinado obligatoriamente porque no puedes volar un dron cuando pasa un helicóptero porque imaginemos la catástrofe”, añade Quintanilla. Como hay drones suficientes no se permite el uso de privados o civiles por el riesgo que entrañan.

En cualquier caso, si civiles quisieran ayudar con drones privados en la emergencia, apunta el experto, tienen que hacer, en primer lugar, una declaración responsable ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, diciendo que quieren participar. Además, desde que la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias sacó un decreto en 2017, en el que establece un procedimiento, los civiles tienen que mandarle un comunicado y la agencia llama si les hace falta.

Con un desarrollo tecnológico “muy potente” en España, Quintanilla recuerda que las primeras normativas en el país sobre drones comenzaron en 2014 (en Europa, en 2013), por lo que los últimos diez años de evolución en el país han permitido dotar a estos aparatos de “seguridad operacional y estabilidad”. “Ahora están mucho más desarrollados”, asegura el experto, que recuerda su uso en otra tragedia natural como la erupción del volcán de La Palma, donde permitieron observar los corrimientos de lava y avisar a la población para que pudiera protegerse.

Cuando estalló la erupción volcánica, el 19 de septiembre de 2021, la Delegación del Gobierno en Canarias estableció cuatro días después zonas restringidas del espacio aéreo, a las que sólo podían entrar las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, servicios de emergencia y las debidamente autorizadas, según Enaire.

Estos diez años, no obstante, no han servido a su juicio para que la población conozca todas las ventajas de estos dispositivos, que se han convertido, en su opinión, en un elemento indispensable en situaciones de emergencia y seguridad y siguen siendo grandes desconocidos para el público.

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