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Aldama tardó menos de dos meses en infiltrarse en el ministerio de Ábalos

Los mensajes de la trama evidencian cómo el empresario, a través de su hermano, que era escolta del político, alcanzó al máximo responsable de Transportes tras intentar forzar encuentros y ofrecer favores

El empresario Víctor de Aldama, durante su comparecencia el pasado 20 de mayo en la comisión de investigación del Parlament balear.
El empresario Víctor de Aldama, durante su comparecencia el pasado 20 de mayo en la comisión de investigación del Parlament balear.Isaac Buj (Europa Press)

El empresario Víctor de Aldama, considerado por los investigadores como el “nexo corruptor” de la trama del caso Ábalos, tardó menos de dos meses en infiltrarse en 2018 en el ministerio que entonces comenzaba a dirigir el socialista José Luis Ábalos, según se desprende de los mensajes recuperados por la Guardia Civil de los teléfonos móviles intervenidos a los primeros sospechosos y ahora conocidos al detalle. Para ello, Aldama contó con una ayuda muy especial, la de su hermano Rubén, policía destinado a la escolta del político y que presuntamente facilitó al empresario que pudiera ganarse la confianza tanto de Ábalos como del entonces asesor de este, Koldo García, mediante favores.

Para lograrlo, Aldama intentó forzar un encuentro en Valencia con el ministro y, posteriormente, planteó ofrecer una entradas VIP a García para que este asistiera a una competición de motociclismo que se iba a celebrar en el Circuito Ricardo Tormo, en Cheste (Valencia). Incluso logró un reservado en un exclusivo restaurante de Madrid para que el propio Ábalos celebrara un discreto encuentro e hizo el intento de pagar la comida. La Guardia Civil, en el informe que analiza estos mensajes, concluye que esta relación permitió al empresario ―en la actualidad está en prisión provisional por su presunta implicación en un fraude con el IVA de hidrocarburos― tener “información privilegiada” que “le reportó un beneficio económico de 6,6 millones de euros” con la venta de material sanitario a distintas administraciones públicas.

Imagen incluida por la UCO en uno de sus informes donde se observa en primer plano a Ábalos y Abel Caballero, alcalde de Vigo, y a sus espaldas a Koldo García (señalado con una flecha verde) y a Rubén de Aldama (señalado con una flecha roja).
Imagen incluida por la UCO en uno de sus informes donde se observa en primer plano a Ábalos y Abel Caballero, alcalde de Vigo, y a sus espaldas a Koldo García (señalado con una flecha verde) y a Rubén de Aldama (señalado con una flecha roja).

El germen de esa estrecha relación de Aldama con el ministro lo sitúan los investigadores en un hecho casual. Tras su nombramiento el 7 de junio de 2018 como titular del entonces llamado Ministerio de Fomento, el Ministerio del Interior destinó como miembro de escolta personal a Rubén de Aldama, que era policía de la unidad de protección. No había pasado ni un mes de este hecho, cuando el empresario intentó aprovechar esta circunstancia para acercarse y conocer al ministro. Así, el 5 de julio de aquel año, durante un viaje de este a Valencia, Aldama envió un mensaje a su hermano para saber si él había acompañado a Ábalos en aquel desplazamiento.

“¿Estáis en Valencia con el ministro?”, le pregunta a través de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp poco antes de las diez y media de la mañana de aquel día, tras lo que le da el número de la matrícula de un vehículo que está viendo y que supone que es de la comitiva oficial. El policía le confirmaba poco después que ese automóvil es del equipo de seguridad del ministro, pero que él no formaba parte ese día de él. “Qué putada”, le respondió Víctor de Aldama, que le aseguró que acaba de salir de una reunión con un empresario y había visto el despliegue. “Pues sí, qué putada, te habría presentado a Koldo”, le respondió su hermano.

El siguiente intento conocido gracias a los mensajes tardaría más de mes y medio. Fue el 20 de agosto de aquel año. En esta ocasión, Rubén presumía ante su hermano de haber hablado con el entonces asesor de Ábalos y el interés de este por ir a la celebración de una competición de motociclismo en el circuito de Cheste y que él le había mostrado un pase VIP que tenía: “Ha flipado Koldo”. Aldama presumió entonces de las entradas que él podía conseguir: “Mejor pase vip que el nuestro seguro que no tiene jajajaja le dejo montar hasta en la moto jajajajaja”. La respuesta de su hermano fue: “Ya le he dixo [sic] que si va o si van, me diga”. “Ok”, respondió el empresario.

Solo un día después se le ofreció a Aldama de nuevo la posibilidad de congraciarse con el ministro y su asesor y, de nuevo, a través de su hermano. El policía le pidió el 21 de agosto que le dijera ”un restaurante o varios en Madrid para comer con reservado” porque Ábalos quería reunirse con “Pepiño Blanco”, el que fuera secretario de organización del PSOE y ministro de Fomento en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero. Tras preguntar si sería comida, Aldama desplegó un listado de media docena de restaurantes, para a continuación recomendarle uno de ellos, Amazónico. “Te lo podría gestionar pero me lo tienes que decir enseguida”, le apremió.

Tras confirmar el hermano que ese servía, el empresario hizo las gestiones ―consta en el sumario el cruce de mensajes con una mujer que le logra la reserva pese a las dificultades― y le confirmó que la tenían. “Va a flipar porque es un reservado para 10″, presumía en ese mensaje, a lo que el policía mostraba su preocupación: “Hostias [¿]pero no quedará mal una mesa tan grande para dos[?]”. Salvado los temores de su hermano, Aldama plantea incluso ser él quien pague la comida: “[¿] Quieres que le invite o lo mismo se molesta?”.

Su hermano rechaza esa posibilidad. “[¿] Que le invites tú? No, no. Que Koldo me mata”, le respondió el escolta, aunque este más adelante le señaló que aprovechó el ofrecimiento para volver hablar de él al asesor: “De todas formas le llamé y le dije que al ir de tu parte les iban a invitar y que les dije que no para que el ministro no se sienta mal y me dijo que sí que mejor, que más adelante igual está bien pero ahora le puede sentar mal, pero vamos me ha dicho quien es tu hermano tío jajaja y le digo ya te lo presentaré”.

Aunque aún no se había producido un encuentro ni con Ábalos ni con Koldo García, el empresario ya presumía de sus supuestos contactos en el ministerio. Al día siguiente de la reserva, envió un mensaje al senador mexicano Pedro Miguel Haces. “Y acuérdate, hermano, la relación que tengo con Ábalos, el ministro de Fomento de España nuevo que está ahora”, le aseguraba al político para ganarse su confianza en un negocio ferroviario el 22 de agosto, solo un día después de conseguir la reserva del restaurante y cuando, sin embargo, aún faltaba para que los conociera realmente.

De hecho, la Guardia Civil sitúa en su informe ese primer encuentro personal entre el ministro, su asesor y el empresario el 31 de agosto de aquel año, gracias al contenido de un mensaje interceptado que le envió su hermano escolta. Aldama le preguntó aquel día si habían dicho algo y el policía respondió: “Nada, que les has parecido muy profesional y que vais a hacer cosas importantes. Lo tienes a huevo para hacer cosas”. Y, a continuación, le enviaba el contacto de Koldo García. “Genial pues perfecto”, fue la respuesta de Aldama. Ya había logrado penetrar en el ministerio de Ábalos al máximo nivel ―llegó a tener un “pase especial” para acceder a su sede― y no habían pasado ni dos meses desde que había intentado el primer acercamiento.

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