Abril acaba con unas lluvias que no llegan “ni a la mitad del valor normal”

El cierre de abril ha sido muy lluvioso en Cataluña y Baleares. Y hasta aquí, las buenas noticias del tiempo, porque todo lo demás es desastre. “En las 24 horas previas a las 9.00 del 30 de abril, destacan los 69 litros por metro cuadrado recogidos en el aeropuerto de Barcelona, cuando lo normal en este mes completo son 40. Otros datos significativos son los 65 litros recogidos en Montserrat y, en Baleares, 44 en Es Mercadal (Menorca)”, precisa Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Estas lluvias son “beneficiosas para aliviar la sequía meteorológica, pero no para paliarla”. A falta del recuento de los datos de los días 29 y 30 para hacer el balance definitivo, este abril ha sido en general “seco en el conjunto de España”, con unas lluvias que, hasta el 28, no llegaban “ni a la mitad del valor normal”. “Probablemente, quede como uno de los seis o siete abriles más secos de la serie“, concluye Del Campo.

Y aunque los últimos días hayan sido fríos, el mes ha sido también “muy cálido”, con una temperatura media “superior en más de un grado a los valores normales”. Al margen de la variabilidad natural del clima, muy patente en primavera, lo que subyace es el incuestionable calentamiento global: el primer cuatrimestre de 2024 acaba como “uno de los dos más cálidos de la serie histórica” junto con el mismo periodo de 1997 que, a falta de datos definitivos de abril de 2024, es por ahora el más cálido″. En cuanto a las precipitaciones, desde el inicio del año hidrológico ―el 1 octubre de 2023― “representan un 7% más de lo normal”, el problema es su distribución: en buena parte del oeste y centro de la Península ha llovido más de lo habitual, pero en el tercio oriental y los archipiélagos ha sido un trimestre seco.

Y más malas noticias: la previsión trimestral para mayo-junio-julio apunta a “un cambio en el patrón de lluvias, pues podría ser más seco de lo normal en el oeste de la Península”, mientras que no hay una señal clara sobre lo que ocurrirá en el resto del país. Lo que no cambia es el calor, ya que lo más probable es que sea “más cálido de lo normal en todo el país”, especialmente en el este peninsular y en los archipiélagos.

De momento, el miércoles festivo, Primero de Mayo, y el jueves, la fiesta del Dos de Mayo en la Comunidad de Madrid, Aemet espera “un tiempo frío, con temperaturas diurnas que estarán entre 5° y 10° por debajo de lo normal para la época en amplias zonas del interior de la Península. Habrá heladas nocturnas en zonas de montaña de la meseta Norte, paramos del centro y puntos del alto Ebro.

Las lluvias todavía caerán el miércoles en amplias zonas, pero a partir de los jueves “irán quedando acotadas al noroeste peninsular”, con unas temperaturas que a partir del viernes “ascenderán de forma generalizada y ya quedarán normalizadas, o incluso serán altas más de lo normal en el este y sur de la Península durante el fin de semana, cuando en algunos puntos podrían superarse los 30° o 32°”.

Más en detalle, este miércoles será “un día con lluvias y chubascos intermitentes en amplias zonas del país, con menor probabilidad en Baleares y costas del sudeste”. Las más abundantes se producirán en el Estrecho, en el interior central de Andalucía, en el Cantábrico y en el norte de Cataluña. En esta última comunidad “incluso podrían ser localmente fuertes”. Nevará de nuevo en las montañas y a cotas bajas para la época: tan solo a partir de 900 metros en el noroeste y de 1.000 a 1.500 metros en el resto. Se podrán acumular cinco centímetros de nieve nueva en 24 horas en los Pirineos y la cordillera Cantábrica.

Será “un día frío, con máximas que no alcanzarán los 18° en general en la Península, salvo en zonas de los tercios oriental y sur”. Así, Ávila y León apenas alcanzarán los 12°, mientras que Castellón y Alicante llegarán a 24°.

El jueves comenzará “con bastante frío” y heladas en zonas de montaña, áreas de la meseta norte, en páramos del centro y en el Alto Ebro. “Aunque serán heladas débiles, son tardías y podrán registrarse en capitales como Burgos, Vitoria, Teruel y León”, precisa Del Campo. No es inédito, pero sí raro: se registran una helada cada dos o tres meses de mayo en el caso de Vitoria y León y una Burgos y Teruel. Las máximas “sí que subirán, sobre todo en el este del país, rozándose los 25° a orillas del Mediterráneo”.

Las lluvias “también irán a menos”, aunque todavía lloverá en el noroeste, Cantábrico, Pirineos y norte de Cataluña, “sin descartar algunos chaparrones en Castilla y León”. Aún nevará en cotas bajas: 1.000 metros en el norte, aunque en los Pirineos la cota subirá a 1.400 a lo largo del día. En el resto del país, tiempo más estable.

El viernes, “las temperaturas tanto nocturnas como diurnas ascenderán de forma generalizada”, un ascenso que se prolongará a lo largo del fin de semana. Aunque quedará alguna helada en zonas de montaña, ya no se producirán el sábado y el domingo. “El viernes aún será un día frío, pero durante las siguientes jornadas ya habrá una normalización en las temperaturas, que incluso serán cálidas en el tercero oriental del país, donde podrían estar entre 5° y 10° por encima de lo normal el fin de semana”, avanza Del Campo. Así, se superarán los 20° de forma casi generalizada, los 25° en amplias zonas del este y sur del territorio y los 30° o 32° en puntos del interior de la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía.

El fin de semana solo lloverá en Galicia, Asturias y noroeste de Castilla y León, y las lluvias “irán a menos” a comienzos de la semana próxima, con unas temperaturas que seguirán subiendo y subiendo. En Canarias “soplarán los vientos alisios con intensidad”, que dejarán lloviznas en el norte de las islas de mayor relieve con tendencia a ir a menos a lo largo de los días. Las temperaturas, en progresivo ascenso, con más de 30° en el sur de Gran Canaria el fin de semana.