Ojalá regenerar el CIS

El CIS hizo una encuesta ‘flash’ el pasado viernes para preguntar sobre la carta de Pedro Sánchez, la denuncia a su mujer y la reforma de la justicia. Es un estudio con problemas —unos nuevos y otros viejos—, que ojalá nos hubiésemos ahorrado. No tanto por el gasto económico, como por el desgaste que supone al valioso organismo.

Primer problema: hace preguntas tramposas. Cuando indaga por la apertura de una causa judicial contra la mujer del presidente, ofrece dos alternativas en absoluto equivalentes: un escueto “está justificada”, frente a un colorido, “solo es una manera de meterse con Pedro Sánchez e intentar hacerle daño”.

Esa misma pregunta es delicada por otra razón: pregunta por una cuestión técnica a la población general. ¿Cuánta gente tiene el criterio jurídico necesario para valorar lo anterior? Yo no. Me atrevo a decir que las respuestas hablarán más de nuestras simpatías partidistas que de la causa judicial.

El orden de las preguntas las contamina. Después de inquirir sobre esta causa judicial, el CIS pregunta a los entrevistados si la justicia “actúa siempre de forma imparcial”. No en general: “siempre”. Luego, con la conversación ya enmarcada alrededor de los problemas del sistema judicial, se les pide que digan si, “tal y como está la situación de la justicia en España”, creen necesaria su reforma. Y entonces el 80% dice que sí la creen necesaria.

La pregunta es obtusa, incluso si ignoramos el marco, porque no indaga sobre el aspecto que tendría esa hipotética reforma. La quieren el 86% de los votantes del PSOE, el 94% en Sumar, el 74% en el PP y el 83% en Vox. ¿Querrán todos el mismo cambio?

Después de este reguero de preguntas delicadas, el CIS intenta lo imposible —cambiar de tema— y pregunta por la intención de voto si mañana hubiese elecciones generales. Ahí emerge, redoblado, un problema recurrente de sus estimaciones.

En el estudio faltan votantes de derechas. En las elecciones generales de 2023, la suma de derechas (PP y Vox) superó por 1,4 puntos a la de izquierdas (PSOE y Sumar). Sin embargo, entre la gente que recordó su voto para el CIS el pasado viernes, había muchos más votantes de la izquierda (43%) que de la derecha (33%). Es una desviación que vemos en datos brutos de otros sondeos, con una diferencia trascendental: el CIS no corrige suficientemente ese sesgo cuando produce luego sus estimaciones de voto.

Esto explica que se separe de otras encuestas: este último CIS le da nueve puntos de ventaja al PSOE sobre el PP, mientras que el sondeo más reciente de 40dB. para EL PAÍS y la SER tenía al PP cinco puntos arriba. También explica lo que vemos en las urnas. Desde que José Félix Tezanos llegó al CIS hace seis años, sus estimaciones han sobrestimado sistemáticamente el voto de la izquierda, anticipando mejores resultados de los reales.