Alicia García, nueva portavoz del PP en el Senado: una exconsejera de Castilla y León alejada de Mañueco

Alicia García, la nueva portavoz del PP en el Senado, llevará el peso de la oposición en la Cámara alta, donde los populares, que tienen mayoría absoluta, tratarán de torpedear cada iniciativa del Gobierno de coalición. Esta economista de 53 años da así el salto a la primera línea política nacional tras cuatro como diputada en el Congreso y ocho como consejera en la Junta de Castilla y León.

García comenzó su andadura en la política local de Ávila, como concejala entre 2003 y 2006. Un año después obtuvo escaño en Las Cortes regionales y posteriormente entró en el Gobierno del entonces presidente autonómico, Juan Vicente Herrera —muy cercano a Alberto Núñez Feijóo—, primero como consejera de Cultura y Turismo (2011-2015) y más tarde de Familia e Igualdad (2015-2019). En las elecciones municipales del 28-M fue la candidata a la alcaldía de Ávila, donde el PP fue la segunda fuerza más votada. Allí se quedó como portavoz del PP, en la oposición, y después concurrió en las elecciones al Senado del 23-J. Hasta ahora compatibilizaba los cargos de concejala y senadora.

La nueva portavoz sucederá a Javier Arenas, que ocupaba el cargo de manera temporal desde agosto, después de que Javier Maroto asumiera el puesto de vicepresidente primero de la Mesa. Según fuentes de la dirección popular, García “conoce la política local, autonómica y nacional, lo que le concede experiencia parlamentaria sobrada”. Y añaden: “Tiene, además, el mejor perfil para frenar algunos de los desmanes legislativos de Pedro Sánchez”. García ha mantenido ya este martes una reunión con Feijóo y otros dirigentes en la sede nacional del partido, en la madrileña calle de Génova, donde este jueves se confirmarán los cambios internos. El líder del PP quería situar a una mujer en la portavocía del Senado tras nombrar como portavoz en el Congreso a Miguel Tellado, del ala dura. En contraposición, compañeros de partido y de la oposición en Castilla y León catalogan a García de “perfil blando”.

Varias fuentes populares ven en su nombramiento un desaire al presidente de Castilla y León, el popular Alfonso Fernández Mañueco. En 2019, Mañueco se enfrentó a Antonio Silván en unas primarias por el poder territorial en las que venció el ahora presidente autonómico. García mostró entonces su apoyo a Silván. Esas primarias acabaron en los tribunales, porque un grupo de afiliados denunció presuntas irregularidades en la votación del PP de Salamanca. La causa judicial fue finalmente archivada. En cualquier caso, Mañueco ha aplaudido en redes sociales su designación y ha dicho que es “una magnífica noticia para Castilla y León”.

El nuevo puesto de García ha sorprendido entre otros a José Antonio de Santiago Juárez, exvicepresidente de Castilla y León y antigua mano derecha de Juan Vicente Herrera. “Es buena política y buena persona”, explica el político, ya retirado, quien valora su perfil “de los que ahora se llaman blandos”. Su designación, sostienen otras fuentes del PP, obedece a la recuperación de una figura “leal al partido”, que ha estado siempre a disposición de las siglas tanto en el ámbito local como en el autonómico o nacional. Por su parte, el exvicepresidente de Castilla y León por Ciudadanos, Francisco Igea, considera que Feijóo “la rehabilita y le da visibilidad” después de que Mañueco la relegara en mayo a la “tarea imposible” de intentar recuperar el Ayuntamiento abulense, controlado por XÁvila (una escisión del PP). Una persona del entorno de García durante su etapa como consejera la considera “ideal para Feijóo porque no ganará un voto pero no dará ningún problema”. “Es bastante moderada, sin declaraciones estridentes, muy de partido”, añade.

La socialista Ana Sánchez, quien rivalizó con ella en las Cortes autonómicas, difiere del resto de fuentes consultadas y sí le atribuye un discurso duro. “Es una mujer de argumentario, disciplinada y de línea dura. Su gestión fue desastrosa, es de Herrera y Mañueco la desterró”, asevera Sánchez, quien admite, no obstante, el carácter “ameno” de García y su capacidad para amoldarse a las circunstancias, como las que la han hecho saltar de la portavocía en el Ayuntamiento de Ávila a la del Senado.