España devuelve a su país al polizón que viajó de Egipto a Bilbao en la bodega de un avión
El joven egipcio es deportado a su país tras denegarle el asilo el Ministerio del Interior y rechazar la Audiencia Nacional la cautelarísima que podía evitar su expulsión
La esperanza que tenía A. H., un joven egipcio que llegó al aeropuerto de Loiu (Bizkaia) escondido en la bodega de un avión, de lograr asilo en España ha durado solamente 12 días. El polizón, de 25 años, viajó a 30 grados bajo cero desde El Cairo hasta Bilbao el 23 de octubre y, tras ser detenido por la Policía, pidió protección internacional al Gobierno español. “Mi vida corre peligro y temo por ella. He recibido amenazas de muerte”, declaró en la frontera a los agentes que lo custodiaban. La Comisión interministerial, que estudió su petición de asilo “por motivos religiosos”, se la denegó y tampoco han prosperado el recurso que presentó posteriormente ni las medidas cautelarísimas que planteó a la Audiencia Nacional para evitar su deportación.
El joven egipcio ha sido deportado finalmente este viernes en un avión que ha partido desde Bilbao y que lo trasladará a El Cairo tras hacer escala en Madrid. “Está desesperado por lo que pueda pasarle en su país”, afirma el abogado que lo ha asistido, Javier Galparsoro, presidente de la ONG Zehar Errefuxiatuekin. Galparsoro ha perdido ya la comunicación que mantenía con su representado a través del teléfono móvil.
El abogado lamenta la “falta de sensibilidad” de las autoridades españolas con este caso, que asegura que es el “más especial” que ha tenido que tramitar en sus 44 años de experiencia con migrantes y refugiados. El letrado explica que A. H. solicitó entrar en España porque en su país “lo esperaba la muerte”.
El joven egipcio sufrió abusos sexuales a los 10 años por parte del imán de su mezquita, lo que lo llevó a apostatar del Islam, asegura Galparsoso. En su escrito ante la Oficina de Asilo y Refugio, argumentó que creció en el seno de una familia musulmana, pero decidió abandonar esta religión tras sufrir aquellos graves episodios en la mezquita a la que su madre lo obligaba a ir. El solicitante exponía: “En Egipto, en caso de abandonar la religión, para la familia es mejor que esté muerto y el islam permite matar a quien renuncia a dicha religión”.
El abogado teme por el futuro del que ha sido su cliente estos días: “Me contó que es homosexual. Su miedo era que si es devuelto a Egipto podía ser encarcelado y torturado”. Tras confirmarse su devolución a Egipto, Galparsoro lamenta el desenlace final: “Cuando está en juego la vida, la seguridad, la libertad, la dignidad de un ser humano, no debemos equivocarnos”.
Pocas horas antes de consumarse la orden de retorno del egipcio, su abogado había presentado una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) como última medida para paralizarla. De esta actuación judicial se ha informado al Juzgado de Guardia de Bilbao y se ha comunicado a la Policía del aeropuerto de Loiu y a la Brigada de Extranjería y Fronteras de Bilbao. Galparsoro critica que la deportación se haya ejecutado sin esperar a la decisión que pueda adoptar sobre este caso el tribunal europeo.
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