Feijóo pidió por escrito a Armengol hasta 46 días para su investidura

El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, se someterá el martes a las 12.00 a un pleno de investidura en el Congreso como aspirante a la Presidencia del Gobierno, 35 días después de que el jefe del Estado le encargara esa responsabilidad. Un plazo que ha sido considerado “una pérdida de tiempo” para el PSOE, Sumar y otros partidos aliados del actual Gobierno de coalición, porque se ha demostrado que durante el mismo, Feijóo no ha logrado captar apoyos para que la candidatura prospere, y que distintas voces en el PP piensan que era una exposición demasiado larga. Feijóo se ha justificado, en varias entrevistas y declaraciones públicas, asegurando que él solo pidió 10 días para sondear sus posibilidades y que fue la presidenta de las Cortes, la socialista Francina Armengol, la que prolongó ese periodo. El líder del PP, sin embargo, escribió a Armengol el 22 de agosto una carta a la que ha tenido acceso EL PAÍS y en la que le planteó, con los precedentes de las últimas legislaturas, que “lo prudencial” sería darle “33, 46 o 24 días”. Fueron 35, la media de esos tres plazos.

El rey Felipe VI concluyó en la tarde de ese mismo 22 de agosto con Feijóo la ronda de consultas con los representantes políticos elegidos en las urnas el 23 de julio que quisieron acudir a La Zarzuela para comprobar las opciones para someter una candidatura a la Presidencia al voto de las Cortes. El primer encargo fue para Feijóo, que lo aceptó tras conversar con el jefe del Estado. Tras el líder del PP se personó en La Zarzuela la nueva presidenta del Congreso, Francina Armengol, para ratificar oficialmente esa decisión del Monarca y tras su audiencia llamó por teléfono a Feijóo para contrastar las posibles fechas de esa sesión de investidura.

Armengol y Feijóo valoraron diversas posibilidades, según fuentes próximas a ambos, y convinieron finalmente la fecha del 26 de septiembre, que continuará en una segunda jornada de debate y votación el 27 y otra sesión definitiva 48 horas más tarde, el viernes 29. Feijóo, por ahora, solo ha agregado a los escaños del PP los de Vox y los de Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro (uno cada uno), es decir, 172 diputados, cuatro por debajo de la mayoría absoluta. En esa situación la votación no prosperará y lo más probable es que el Rey abra otra ronda de consultas para formalizar la única candidatura posible, la del socialista y actual presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que tendrá entonces hasta el 27 de noviembre para lograr apoyos antes de proclamarse una repetición electoral para mediados de enero.

Feijóo, en aquella conversación en la noche del 22 de agosto con Armengol, le comentó que acudir a una votación de investidura la semana siguiente, es decir, el 29 y 30, le dejaba con muy poco margen para entablar contactos con otros partidos, apenas una semana. Armengol le explicó así que si alargaba ese pleno una o dos semanas más, para primeros de septiembre y su votación no prosperaba, los plazos para la repetición electoral llevarían la siguiente campaña a las fechas más simbólicas de las próximas Navidades, de nuevo en un periodo de vacaciones. Los dos acordaron que esa variante no procedía y se fijó el pleno para el día 26.

En los días siguientes, sin embargo, y según se empezaron a conocer las críticas desde el Gobierno y sus partidos aliados de que ese plazo era una “pérdida de tiempo” porque el candidato popular no iba a conseguir votos suficientes para ser investido, desde el entorno de Feijóo se comenzó a filtrar que esa fecha con tanto margen de maniobra no la había propuesto él, sino Armengol.

El 27 de agosto, en una entrevista que concedió a El Mundo, Feijóo declaró literalmente: “Yo no he pedido un mes. He pedido 10 o 12 días. La presidenta del Congreso me explicó que en el caso de la repetición electoral, para que no coincidieran el 24 de diciembre, el 31 de diciembre o el 7 de enero, era necesario poner la investidura el 26 de septiembre. Me pareció razonable y demostré mi conformidad”. Ese argumentario se repitió en los días siguientes y lo ha mantenido prácticamente hasta la víspera del pleno esta próxima semana. Fue incluso una de las quejas que formuló Feijóo contra Armengol a los miembros de la Junta Directiva Nacional del PP convocada el día 11.

Pero Feijóo, el 22 de agosto, tras hablar por teléfono con Armengol, decidió que sería bueno dejar por escrito cuáles eran sus pensamientos al respecto y le envió una carta a la presidenta de las Cortes para fijar institucionalmente su postura. En la misiva, el presidente del PP primero señala que “a la luz de los resultados electorales y las fechas en las que nos encontramos, y desde el respeto a sus funciones como Presidenta”, creía “necesario disponer de un tiempo prudencial para poder realizar esas negociaciones y esos encuentros con la debida diligencia”. A continuación, el aspirante popular agregaba cuáles eran sus preferencias: “Me permito recordarle los precedentes, muy especialmente los de las últimas legislaturas (XII, XIII y XIV), en las que entre la primera propuesta de candidato formulada por S. M. el Rey y la celebración del Pleno de investidura transcurrieron 33, 46 y 24 días respectivamente”.

Francina Armengol tomó nota de las sugerencias propuestas por Feijóo, sumó los plazos de los tres precedentes que el líder popular le recordó, dividió esa cifra para establecer una media que daba 35 días, y fue la fecha que le ofreció. Feijóo la aceptó.