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La extradición de Josu Ternera desde Francia se eterniza y obliga a aplazar sin fecha su primer juicio

El exjefe de ETA iba a ser juzgado en enero por el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza, que causó 11 muertes

ETA Josu Ternera
El exjefe de ETA José Antonio Urrutikoetxea, 'Josu Ternera' abandonaba los juzgados de París en septiembre de 2021.IAN LANGSDON (EFE)
Óscar López-Fonseca

El juicio oral contra el exjefe de ETA José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, por el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza de diciembre de 1987 en el que murieron 11 personas ―seis de ellos menores― tendrá que esperar. Más de cuatro años después de que fuera detenido en los Alpes franceses tras 17 años huido, el que fuera histórico dirigente de la organización terrorista ha encontrado en la justicia francesa un insospechado aliado para mantenerse lejos del banquillo de la Audiencia Nacional. El motivo: el retraso en la resolución de una causa que Josu Ternera tiene pendiente en los tribunales de París aleja sin fecha ―fuentes jurídicas hablan de años― su extradición a España.

Por ello, los tres magistrados que iban a juzgarlo por el atentado de la capital aragonesa han acordado dejar sin efecto el señalamiento que fijaba la celebración de la vista para los días 9, 10 y 11 de enero de 2024 al concluir que Josu Ternera, que en la actualidad tiene 72 años, no habrá sido extraditado por Francia para esas fechas, según se recoge en una reciente providencia del tribunal a la que ha tenido acceso EL PAÍS. La decisión se produce a instancia de la Fiscalía, que en un escrito anterior ya concluía que, “hasta que el reclamado no sea juzgado por los procedimientos pendientes en Francia, no será entregado a la justicia española”. La resolución judicial no fija una nueva fecha para celebrar la vista.

El juicio por el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza iba a ser el primero en España contra Urrutikoetxea tras su detención en Francia en mayo de 2019. En febrero del año pasado, la Fiscalía de la Audiencia Nacional presentó su escrito de acusación en el que pedía para el exjefe etarra 2.354 años de cárcel. El ministerio público considera que, cuando se perpetró el atentado, Josu Ternera formaba parte del “comité ejecutivo” de ETA que tomó la decisión de colocar el coche bomba que provocó aquella masacre, la tercera con más víctimas mortales de la historia de la organización terrorista. Urrutikoetxea siempre ha negado haber tenido algo que ver con aquel atentado.

Tras ser arrestado en Francia hace cuatro años, Josu Ternera ingresó en prisión, pero a finales de julio de 2020 un juez de París ordenó su puesta en libertad con una pulsera de control telemático y la obligación de residir en la capital francesa. 11 meses después, la justicia gala relajó estas medidas y le permitió trasladarse a la localidad vascofrancesa de Anglet, donde residían su pareja y su hija, dejando como única medida cautelar la de presentarse tres veces por semana en la comisaría más cercana a su nuevo domicilio. En la actualidad, solo tiene que hacerlo una vez cada siete días, detallan fuentes jurídicas.

En este tiempo, Urrutikoetxea ha sido absuelto en una de dos causas que había contra él en Francia, y por la que la Fiscalía gala pedía cinco años de prisión. La única pendiente es una en la que se le imputa un delito de asociación de malhechores con fines terroristas ―el equivalente al delito de integración en organización terrorista del Código Penal español― por su presunta pertenencia a ETA entre 2002 y 2005. Se trata de unos hechos por los que Josu Ternera ya fue condenado en ausencia en 2010 a siete años de cárcel, pero cuyo fallo el exjefe etarra recurrió tras su arresto. El Tribunal de Apelación de París le dio la razón y ordenó devolver el sumario al juez de instrucción para que comenzase de nuevo todo el proceso, al considerar que las pesquisas judiciales estuvieron viciadas por unas “investigaciones minimalistas” iniciales y una orden de detención final “irregular”.

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Es esta causa la que atasca su extradición a España. Hasta que se instruya de nuevo, se celebre la vista, haya sentencia firme y, en caso de ser condenado, cumpla la condena, el exjefe de ETA no será entregado a la justicia española. Además, al estar en libertad, la Audiencia Nacional no tiene la posibilidad de solicitar a París su entrega temporal para juzgarle, como ha hecho con etarras que cumplen condena en Francia.

En España, el panorama judicial del histórico etarra es más complejo. Cuando fue detenido, la Audiencia Nacional reclamó su entrega por cuatro sumarios. Además de por el atentado de la casa cuartel de Zaragoza, la justicia gala ya ha autorizado su extradición para que sea juzgado por la financiación de ETA a través de las herriko tabernas, locales a los que acuden simpatizantes de la izquierda abertzale radical. De las otras dos, una fue por el sumario abierto por un delito de crímenes de lesa humanidad en el que también están encausados otros exjefes de ETA. La justicia francesa rechazó esta petición al estimar que ese delito no existe en el código penal galo. La cuarta causa es por el asesinato en Vitoria, en 1980, de Luis María Hergueta, directivo de la empresa Michelin. Francia aceptó en primera instancia conceder la entrega, pero Josu Ternera recurrió la decisión y los jueces franceses aún deben pronunciarse.

Además, Urrutikoetxea es uno de los 23 antiguos miembros de las sucesivas cúpulas de la banda que están siendo investigados por la Audiencia Nacional al reactivarse en los últimos meses ocho causas para tratar de dilucidar la presunta responsabilidad de todos ellos como autores mediatos —lo que se conoce popularmente como “autores intelectuales”— en crímenes cometidos cuando ocupaban un puesto en la dirección de ETA. En el caso de Josu Ternera, el juez de la Audiencia Nacional Alejandro Abascal admitió contra él, en enero de 2022, una querella por el coche bomba en la T-4 del aeropuerto de Madrid que mató a dos personas y que puso fin a la tregua de la banda en diciembre de 2006.

El magistrado tomó esta decisión tras recibir un informe de la Policía Nacional que sitúa a Urrutikoetxea en la dirección de la organización hasta 2007 y, por tanto, cuando estalló aquella bomba, algo que el exjefe etarra niega. A este sumario se han incorporado también las declaraciones de dos exmiembros de ETA a los que la Audiencia Nacional dio el pasado marzo la condición de testigos protegidos. Uno de ellos adjudicó a Josu Ternera un poder casi absoluto dentro de la organización terrorista: “Mandaba y controlaba sobre todas las estructuras”.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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