Cuatro años de cárcel al polémico abogado Rodríguez Menéndez por una estafa con petróleo de Argentina
El letrado engañó a cuatro personas con un negocio que alentó por sus supuestos contactos con el Gobierno argentino y la empresa estatal YPF
El polémico Emilio Rodríguez Menéndez, quien fue uno de los abogados más conocidos de España por su relación con famosos y casos oscuros, ha sido condenado a cuatro años de cárcel por estafa grave e intrusismo profesional, por haber sacado 120.000 euros a cuatro personas, a las que engañó con un falso negocio millonario de compraventa de petróleo de la empresa argentina YPF. La Audiencia Provincial de Madrid lo condena también porque se hizo pasar por abogado en ejercicio, cuando en el momento de los hechos, finales de 2014, estaba suspendido por el Colegio de Abogados de Madrid. Rodríguez ha sido condenado anteriormente por delitos de fraude a Hacienda y por distribuir un vídeo íntimo de Pedro J. Ramírez, ha pasado por cárceles españolas y ha estado huido en Argentina, donde fundó un despacho de abogados en Buenos Aires, pese a que allí tampoco podía ejercer.
Rodríguez Menéndez empezó el enredo hasta la estafa en junio de 2014, cuando vivía a caballo entre Madrid y Buenos Aires. Ese mes abría en Madrid, pese a estar suspendido, un estudio jurídico a cuya inauguración invitó a sus víctimas. Allí empezó a contarles “sus proyectos para intentar traer a España petróleo y sus derivados” argentinos mediante un contrato con YPF, gracias a “sus contactos dentro del Gobierno de la República Argentina”, según la sentencia. Todo gratis, claro, por amistad con la familia. Pero hacía falta dinero para gestiones, y así logró que Isaac S. le entregase 33.100 euros; que Ángel Luis E. le facilitase otros 37.500; y la pareja Cristina R. y Jesús V. le dio otros 33.100 euros.
El negocio consistía en crear tres sociedades en Argentina para poder trabajar con YPF y que a través de ellas se canalizase “la compraventa y suministro de petróleo de la entidad estatal energética”. El supuesto abogado, decía, se pasaba la vida entre Madrid y Buenos Aires, circunstancia que aprovechó para estafar otros 13.619 euros a sus víctimas como supuestos gastos de viaje. Esas sociedades nunca se constituyeron y el dinero, de momento, no ha aparecido.
El letrado condenado negó en el juicio haber recibido dinero de sus víctimas, sino que fue él que se ha gastado dinero “en invitarles y en viajes”. Incluso llegó a decir que “se aprovecharon” de él. Y negó cualquier compromiso o representación legal por su parte. Como no entregó facturas por los desembolsos a sus víctimas, Rodríguez se agarró a esa tesis, que los jueces de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid han rechazado.
Así, a la vista de la documentación, de las declaraciones de testigos, de las investigaciones, los jueces no compraron esta excusa, y lo han condenado por estafa agravada a tres años de presidio; a otro año por usurpación de funciones e intrusismo profesional, así como al pago de 177.399 euros de indemnización, una multa de 4.000 euros y el pago parcial de las costas. Ha sido absuelto de los delitos de falsificación, blanqueo, apropiación indebida, coacciones y fraude procesal. Esta sentencia puede ser recurrida en casación en el Tribunal Supremo.
Rodríguez Menéndez, quien solicitó la ciudadanía argentina, añade una nota más a su historial (pese a que tiene cancelados los antecedentes penales), cuyo renglón más sonado fue la condena a dos años de prisión en 2005 por haber difundido en 1997 un vídeo de contenido sexual en el que se atentaba contra la intimidad del director de El Mundo, Pedro J. Ramírez. Entonces se fugó a Argentina, aunque fue detenido en 2006 cuando intentó regresar oculto par visitar a su madre. Fue encarcelado y, ese mismo año, el Supremo elevó de seis a diez años otra condena que ya pesaba sobre él por defraudar cuatro millones de euros entre 1990 y 1994 a la Hacienda española. En agosto de 2008, tras pasar varios meses en prisión, volvió a escapar aprovechando un permiso de cuatro días.
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