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La Axarquía malagueña corta el grifo ante la sequía

Cinco municipios impulsan restricciones nocturnas y otros muchos estudian medidas ante la crítica situación del embalse de La Viñuela, hoy al 9% de capacidad, su mínimo histórico

Málaga Sequía
Bañistas disfrutan de la playa de Torre del Mar (Vélez-Málaga) donde las duchas públicas tienen el suministro de agua cortado debido a las restricciones por la sequía, el 3 de julio de 2023. Foto: Garcia-SantosGarcia-Santos (El Pais)

La Axarquía malagueña es la primera gran comarca andaluza afectada por restricciones a causa de la sequía. Cinco municipios que acogen a 90.000 vecinos han implantado ya medidas que incluyen, además de la prohibición de llenar piscinas o la de baldear con agua potable, el corte del suministro durante la madrugada. Son El Borge, Almáchar, Iznate, Benamargosa y la capital de la zona, Vélez-Málaga, población que se duplica durante el verano. Los cortes han llegado después de que la Junta de Andalucía advirtiese en diversas ocasiones de la necesidad de reducir el consumo debido al estado crítico en el que se encuentra el embalse de La Viñuela, castigado por el riego del cultivo de frutas subtropicales, la ausencia prolongada de lluvias, las captaciones ilegales que investiga la Guardia Civil y las fugas de la infraestructura. Hoy, de hecho, se encuentra en su mínimo histórico: al 9,12% de su capacidad. De él se surten 14 localidades en las que viven 200.000 personas. No se descartan medidas más restrictivas en el futuro.

La imagen del embalse es fantasmagórica. Hay barcas encalladas en mitad de lo que parece un desierto, junto a varios hidropedales y un pantalán con la madera astillada. Las marcas en el terreno de los lugares que antes cubría el agua quedan a cientos de metros de la orilla actual. Desde su inauguración en febrero de 1989, el agua nunca había estado más baja aquí, a punto de bajar de los 15 hectómetros cúbicos, un tercio menos que el año pasado en estas fechas. Apenas ha llovido desde entonces y no hay previsión de que lo haga. Hoy incluso hay que activar las bombas de extracción de la empresa pública Axaragua, porque el caudal ya no llega por gravedad. Con un consumo de unos dos hectómetros al mes, hay reservas para poco más de siete meses. Y solo para uso humano. Los agricultores, a los que se señala desde la operación policial que detectó numerosos pozos irregulares en parte de las más de 7.000 hectáreas de frutas subtropicales que hay en la zona, no pueden usar agua del pantano desde el otoño pasado, y esperan a las obras que la Junta de Andalucía impulsa para poder utilizar las regeneradas llegadas desde distintas depuradoras del litoral malagueño.

 Vista del estadodel pantano y embalse de La Viñuela que se encuentra con un nivel muy bajo de agua por el efecto de la sequia.
Vista del estadodel pantano y embalse de La Viñuela que se encuentra con un nivel muy bajo de agua por el efecto de la sequia. Garcia-Santos (El Pais)

En 2021, el Plan de Especial de Sequía de la Junta de Andalucía ponía sobre la mesa los bajos niveles del pantano —entonces rondaba el 30%— y solicitaba a los municipios que redujeran el consumo. En verano de 2022, la administración andaluza insistía ante la situación cada vez más grave y ponía un objetivo: bajar un 20% el consumo. No se ha conseguido, de ahí que directamente se reduzca esa cantidad en el suministro diario potable disponible a los municipios, para pasar de unos 220 litros por persona y día a unos 170. El mayor número de afectados está en Vélez-Málaga. Su mayor barriada, Torre del Mar, en primera línea de playa, pasa estos meses veraniegos de unos 20.000 vecinos a unos 80.000, entre propietarios de segundas residencias y turistas temporales, además de picos como el que registrarán desde este miércoles hasta el domingo con la celebración del Weekend Beach Festival, al que se espera acudan hasta 40.000 personas a diario.

El martes de la semana pasada, la ciudad recibió la noticia —como el resto de pueblos de la zona— de que Axaragua iba a recortar un 20% su suministro a Aqualia, empresa municipal de aguas. Ante la posibilidad de quedarse sin servicio a media tarde, el Ayuntamiento decidió poner en marcha restricciones nocturnas que se suman a las que ya arrastraban del año pasado, como la ausencia de aguas en las duchas de playa y a las nuevas prohibiciones de llenar piscinas, lavar coches fuera de los establecimientos autorizados o riego de jardines con agua potable. El jueves comenzaron una prueba con cortes entre la medianoche y las seis de la mañana y, luego, de 23.30 a 6.30. La situación no ha traído graves consecuencias. “El 90% de la población tiene aljibes”, subrayan desde el Ayuntamiento que, reconoce, ha habido quejas de panaderos o que estudian medidas sancionadoras después de que dos familias decidieran llenar su piscina este fin de semana en la urbanización Baviera.

El sector de la hostelería sí ha mostrado su desconecto. Antonio Pastor, presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Torre del Mar (ACET), cree que debían haberles avisado con antelación para cubrirse las espaldas y que el horario de las restricciones debería empezar y acabar más tarde —proponen de 2 a 8 de la mañana— para que cafeterías, heladerías y restaurantes puedan trabajar mejor en horario nocturno. “Es temporada alta y la gente se queda hasta tarde. Así no se puede trabajar, perdemos calidad y empleo”, subraya Pastor, que cree que las medidas deben ser iguales para los 14 municipios que beben de La Viñuela “y que no haya agravios”.

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El vicepresidente de Axaragua, Gregorio Campos, además del alcalde de Iznate, está de acuerdo en ese punto. En declaraciones a la SER, ha recordado que ya advirtió de la situación a los municipios en numerosas ocasiones y que ha ido trasladando la información de la Junta de Andalucía a cada ayuntamiento. Ahora su objetivo es reunir a los responsables de la gestión del agua en la comarca para unificar posturas y dar una solución común y que la situación se revierta “de la forma más justa y solidaria posible”. Hay quien tiene recursos propios, como Nerja, con pozos en el río Chíllar y que no necesitan agua del embalse, por lo que no tienen previstas restricciones. Sus captaciones ya están sobreexplotadas, según ha denunciado Ecologistas en Acción, y pueden tener problemas futuros. “Creo que el resto de municipios deben hacer esfuerzo de ahorro y recorte”, ha indicado Campos. “Muchos agricultores han perdido infinidad de plantaciones de subtropicales. Ahora nos toca a la ciudadanía hacer el esfuerzo”, ha insistido quien ha aplaudido a los ayuntamientos “que han sido valientes” para reducir el consumo.

Mientras otros siguen estudiando medidas, Rincón de la Victoria, con más de 50.000 vecinos, ya se ha puesto en marcha. Con su paseo marítimo levantado por las obras de urgencia contra la sequía que ejecuta la Junta de Andalucía. Este lunes lanzó un bando para la prohibición de agua potable para llenado de piscinas privadas o el baldeo de calles, advirtiendo que se pueden tomar “medidas más restrictivas en función de la evolución de la situación de sequía”. También se impide el riego de jardines o campos de golf, aunque el único existente en el municipio utiliza aguas regeneradas, las mismas que se usan para la limpieza de las calles. El alcalde, Francisco Salado, ha insistido en numerosas ocasiones en la importancia de reducir el consumo, también desde la Diputación Provincial de Málaga, que preside. En su nuevo mandato se ha marcado como principal reto la gestión del agua con una promesa de 50 millones anuales para corregir deficiencias. Un estudio de la institución presentado a principios de año sirvió para detectar fugas por un total de 7,45 hectómetros cúbicos al año en las redes de abastecimiento de 74 de los 103 municipios malagueños, cantidad con la que se podría abastecer una ciudad de 100.000 habitantes durante ese mismo tiempo.

Problemas en el resto de Andalucía

Más allá de las grandes ciudades, hay otros municipios de distintos puntos de Andalucía que también han empezado a tomar medidas para disminuir el consumo de agua por la situación de sequía. Por ejemplo en Cádiz, donde municipios como Chipiona, Vejer de la Frontera y San Roque han decidido ahorrar agua cortando los servicios de duchas en las playas. En este último municipio aseguran que la medida se toma “por la irresponsabilidad” detectada en el uso de estas infraestructuras del litoral, según apuntó el regidor, Juan Carlos Ruiz Boix, a finales del pasado mes de junio. En la zona norte de la provincia de Córdoba, además, una veintena de localidades se han rebelado con protestas y manifestaciones tras casi tres meses sin poder utilizar el agua del grifo para consumo humano, además de sufrir restricciones nocturnas y cortes temporales en pleno día.

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