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9.525 razones del descalabro del sindicato policial Jupol, el látigo de la derecha contra el Gobierno

La organización perdió la mitad de su representación en las elecciones del miércoles al lograr solo 14.787 votos pese a tener 24.312 afiliados

Óscar López-Fonseca
El secretario general de Jupol, Aarón Rivero, hace declaraciones a los medios el pasado 13 de abril antelos juzgados de Plaza de Castilla.
El secretario general de Jupol, Aarón Rivero, hace declaraciones a los medios el pasado 13 de abril antelos juzgados de Plaza de Castilla.Gabriel Luengas (Europa Press)

En teoría, un afiliado es un voto seguro. Sobre el papel, quien paga la cuota mensual de un sindicato tiene interés en que este obtenga la mayor representación posible y le da su respaldo cuando hay elecciones. Pero eso es solo en teoría y sobre el papel. Los comicios sindicales celebrados en la Policía Nacional el pasado miércoles demuestran que a la hora de la verdad no siempre es así. Justicia Policial (Jupol), el sindicato que lidera la ofensiva contra el Gobierno de Pedro Sánchez, alentado por los partidos de la derecha, perdió ese día cuatro de los ocho representantes que había obtenido en 2019 para el Consejo de la Policía, el órgano paritario de negociación entre los agentes y el Ministerio del Interior. Detrás del descalabro está, precisamente, que los 14.787 votos que obtuvo representan tan solo un 60% de los 24.312 afiliados con los que contaba oficialmente a finales del pasado mes de mayo. Hace cuatro años, cuando arrasó en las elecciones sindicales, consiguió atraer 29.272 sufragios, más del doble que ahora, con aproximadamente 16.000 afiliados.

Tras conocerse el varapalo, Jupol emitió un comunicado en el que se limitaba a acusar de sus malos resultados al “juego sucio y las trampas” del ministro Fernando Grande-Marlaska. Horas después, un portavoz del sindicato señalaba a EL PAÍS la existencia de otros factores en el brusco descenso de votos, entre ellos la baja participación, que se quedó en un 54,6%. De hecho, este es uno de los argumentos que esgrime la organización para restar importancia a la diferencia entre el número de afiliados y los votos recibidos. “Ha afectado a todos los sindicatos que han visto reducidos sus votos con respecto a los afiliados con los que cuentan en sus filas, y Jupol no ha sido una excepción en este sentido”, señala.

Este portavoz apunta a que la fecha de la votación [que fue defendida por el propio sindicato frente a otra una semana antes] también ha pasado factura a los resultados electorales del sindicato al haber coincidido con un periodo en el que hay numerosos policías de vacaciones “así como la movilidad operativa que en estas fechas hace que muchos agentes estén fuera de sus plantillas habituales cubriendo operativos de refuerzo estival en las zonas de costa o, por ejemplo, en la Operación Paso del Estrecho”.

En este sentido añade que las elecciones generales que se celebrarán el próximo 23 de julio “ha supuesto que muchos policías hayan tenido que adelantar sus vacaciones al tener que participar de manera obligatoria en el operativo especial de elecciones, lo que ha reducido aún más la plantilla disponible para ejercer el voto en estas elecciones al Consejo de Policía”. En los comicios de 2019, las elecciones también fueron el junio, en concreto el día 19, y entonces un 73% de los agentes acudieron a votar. Entonces, la discrepancia entre el número de afiliados y el de votantes la sufrió la hasta entonces organización mayoritaria, el Sindicato Unificado de Policía (SUP), que pese a tener en aquel momento cerca de 18.000 afiliados, solo obtuvo 9.517 votos.

Sin embargo, otras fuentes sindicales apuntan a otras causas en el descenso de votos de Jupol y, sobre todo, en la diferencia entre afiliados y sufragios obtenidos. “Hace cuatro años se presentaron como algo distinto a los sindicatos tradicionales y, al final, han terminado siendo igual que ellos. A muchos nos han defraudado”, señala un miembro de Justicia Salarial Policial (Jusapol), la plataforma formada por policías y guardias civiles creada en 2017 para exigir la equiparación salarial con los Mossos d’Esquadra y que fue el germen del que surgió Jupol. “Prometieron mucho y no han cumplido casi nada. Vendieron humo”, señala otro agente que abandonó el sindicato hace tiempo.

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En esa línea incide Natan Espinosa, que fuera uno de los fundadores de Jusapol y que ahora ha salido consejero en las listas de Equiparación Ya (EYA), una escisión de Jupol que en estas elecciones ha conseguido 4.008 votos con tan solo 400 afiliados. “En estos cuatro años no han cumplido su programa electoral, han modificado su código ético para con cumplirlo y no han conseguido ningún avance en la equiparación salarial”, denuncia para explicar no solo la pérdida de votos de su antiguo sindicato sino también la baja participación en la Escala Básica, la que engloba más agentes. Espinosa asegura que si Jupol no hubiera concurrido a estos comicios en coalición con otra organización, Alternativa Sindical de Policía (ASP), hubiera obtenido unos resultados aún peores.

En similares términos se expresa el dirigente de otro sindicato, que pide mantener el anonimato, y que adjudica el descenso a los incumplimientos del programa que en 2019 llevó a Jupol a arrasar en las elecciones ―”pusieron en marcha determinadas cosas que dijeron que nunca harían”―, pero también a los supuestos escándalos financieros que en estos años han sacudido al sindicato. En junio de 2021, estos provocaron la destitución de su entonces secretario general, José María García, por el supuesto cargo a las cuentas de la organización de gastos presuntamente no justificados de ropa, medicamentos y otras compras personales. Más recientemente se conoció la apertura de una investigación sobre el uso que de las tarjetas bancarias supuestamente han hecho varios dirigentes actuales de Jupol y que aún se instruye en un juzgado de Madrid.

Por último, algunas fuentes achacan parte del desapego de los afiliados a la supuesta imagen que ha dado Jupol de cercanía con el PP, Ciudadanos y, sobre todo, Vox. “Cuando nació Jusapol [en 2017], la neutralidad política era una de sus banderas. Ahora ya trata a todos los partidos por igual”, señala uno de los agentes que se sumó a aquel movimiento y que ahora se muestra desencantado. “Me afilié para que defendieran mis intereses profesionales y laborales, no para hacer manifestaciones para que vayan los políticos”, señala otro. Espinosa, el dirigente de EYA, apunta en el mismo sentido y destaca la presencia en las listas de Jupol del policía Samuel Vázquez, quien estuvo a punto de concurrir en las elecciones municipales del pasado 28 de mayo en las listas de Vox al Ayuntamiento de Fuenlabrada (Madrid), lo que considera que ha “encasillado [a Jupol] en ciertos ideales políticos”.

En el último año y medio, el sindicato ha organizado tres manifestaciones en Madrid, dos de ellas para influir en una ley política, la reforma de la ley de Seguridad Ciudadana ―conocida como ley mordaza― y no para reclamar mejoras salariales y laborales. Ambas estuvieron alentadas por los tres partidos de la derecha con la destacada presencia de dirigentes de todos ellos. En la primera, celebrada el 21 de noviembre de 2021, Jupol consiguió reunir a 20.000 personas en el centro de Madrid, según los datos de la Delegación del Gobierno. En la segunda, del pasado marzo, solo fueron 4.000, una quinta parte. En su campaña electoral, el sindicato se ha atribuido el supuesto éxito de haber frustrado la reforma de la ley mordaza, cuando en realidad fue el desacuerdo de los partidos de izquierda en el Congreso lo que abocó al fracaso la modificación de la norma.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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