PP y Vox aprueban su ley fiscal en Castilla y León entre críticas de la oposición tras equivocarse al votarla hace un mes

La coalición de PP y Vox ha sacado adelante su ley tributaria tres semanas después de que, por error en la votación en las Cortes el 23 de diciembre, rechazaran su propio plan. Ese mismo día se aprobaron los Presupuestos para 2023, pero una metedura de pata de los dos partidos al votar la Ley de Medidas Tributarias y Financieras, la que recoge los tributos autonómicos que financiarán, en parte, ese gasto presupuestario, impidió que se ejecutara. La coalición ha subsanado el fallo este jueves por la tarde entre críticas de la oposición y la respuesta de PP y Vox defendiéndose y contraatacando a sus rivales. La tramitación conlleva que ese modelo fiscal, que se apoya en la bajada de impuestos, se aplique a partir de finales de febrero tras su tramitación.

La sesión ha mostrado dos posturas antagónicas: la bancada del PP y Vox ha rechazado las acusaciones de sus adversarios políticos. Estos han acabado votando a favor de ese modelo para que esté pronto operativo y se coordine con las Cuentas ratificadas en diciembre. El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco (PP), ha estado solo presente en el hemiciclo al principio y al final de la cita, que ha durado apenas una hora. A él se han dirigido la mayoría de los parlamentarios rivales. La portavoz socialista, Rosa Rubio, ha lanzado una retahíla de epítetos contra “la torpeza, nulidad e incompetencia”, entre otros descalificativos, de la derecha y la extrema derecha, y ha criticado tanto el error como la actitud mantenida por el PP tras confirmarse el equívoco. Su homólogo del PP, Ángel Ibáñez, que marcó el voto erróneamente el pasado 23 de diciembre, ha reconocido los hechos citando al novelista Miguel Delibes: “Las cosas podían haber sucedido de cualquier manera, pero sucedieron así”. Ibáñez ha censurado que el socialismo haya “ninguneado al presidente de las Cortes [Carlos Pollán, que interrumpió la votación en cuestión en contra de lo que recogen los estatutos del hemiciclo y que se ausentó del mismo 90 minutos]” y se haya “burlado de dos grupos políticos”. El político conservador ha contraatacado enseñando imágenes en los que el PSOE o sus procuradores erraron al posicionarse.

Los tres botones de la discordia han centrado el discurso del resto de los partidos. Pablo Fernández, de Unidas Podemos, ha recomendado a la coalición “que vean Barrio Sésamo” para que no se confundan al apretarlos y ha recordado que con este Gobierno Castilla y León no ha logrado buenos resultados económicos, pues se encuentra a la cola en crecimiento del PIB o en descenso de autónomos. La extrema derecha, mediante su parlamentario Francisco Javier Carrera, ha reprochado “la falta de juego limpio del PSOE” y ha desviado el tema, algo común en Vox, a los pactos del Gobierno central con los que consideran “herederos de asesinos y quienes quieren destruir España”. El exvicepresidente de la Junta y procurador de Ciudadanos, Francisco Igea, ha cargado contra “un auténtico espectáculo que degrada la política”, censurando especialmente la ausencia de Mañueco hasta el último momento para, esta vez sí, pulsar el botón correcto y que la rueda parlamentaria de la comunidad siga girando.