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González Armengol, la sombra de Villarejo en los juzgados de Madrid

La agenda del comisario revela que la relación entre el juez y el policía se inició, al menos, en 2013, cuando el primero era juez decano de la capital

Esperanza Aguirre, cuando era presidenta de la Comunidad de Madrid, y el entonces juez decano José Luis González Armengol, en un acto en 2004.
Esperanza Aguirre, cuando era presidenta de la Comunidad de Madrid, y el entonces juez decano José Luis González Armengol, en un acto en 2004.Ricardo Gutiérrez

Cuando José Luis González Armengol reunió, el 11 de septiembre de 2014, al comisario José Manuel Villarejo con la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre hacía dos meses que había dejado de ser juez decano de Madrid, pero todavía mantenía fuertes influencias en los juzgados de la capital, que había dirigido durante 12 años. De aquella etapa conocía a Villarejo y a Aguirre, aunque él asegura, en conversación telefónica con EL PAÍS, que no tiene “amistad” con ninguno y que su relación siempre fue “institucional”. Sin embargo, ese encuentro no es la primera referencia a González Armengol que figura en las investigaciones sobre Villarejo, quien apuntó en sus agendas numerosas conversaciones con él.

González Armengol fue portavoz de la Asociación Francisco de Vitoria y ganó, desde 2001, tres elecciones consecutivas para ser juez decano de Madrid. Cuando acabó su último mandato, en julio de 2014, se pasó a la empresa privada en la asesoría jurídica de El Corte Inglés. Ahí trabajaba cuando se reunió con Villarejo y Aguirre, un encuentro que él propició, según se desprende de los audios y la agenda del comisario. La cita se produjo a 11 días de la declaración de la expresidenta en la causa abierta contra ella tras fugarse cuando la iban a multar por aparcar en el carril bus de la Gran Vía de Madrid, un proceso en el que la asociación Transparencia y Justicia, creada por Villarejo, ejercía la acusación popular.

Preguntado por esta conversación, González Armengol señala a este diario que él no participa “de juicios paralelos”. “No hago manifestaciones respecto a grabaciones ilegales de conversaciones. Son documentos que están fuera del alcance judicial”, afirma. El exdecano, de 61 años y que sigue dedicado a la asesoría jurídica, asegura que conoció a Villarejo por “temas profesionales” cuando este era policía en activo y él, jefe de los juzgados de Madrid. Niega haber mantenido nunca una “relación de amistad” con él o con Aguirre. “Ella era presidenta de la Comunidad y nos conocíamos institucionalmente, pero no tengo otro tipo de relación con ninguno de los dos”, asegura.

El audio de la reunión con Aguirre forma parte de las grabaciones de Villarejo que hasta ahora estaban sin desencriptar o habían sido descartadas por el juez Manuel García-Castellón, que instruye la macrocausa contra el policía. Pero antes y después de ese encuentro, el comisario dejó constancia en sus agendas ―a las que García-Castellón y la Fiscalía Anticorrupción otorgan veracidad― de la mediación de González Armengol a favor de Aguirre. La expresidenta fue denunciada por la Policía Municipal en marzo de 2014, en la recta final del último mandato del entonces jefe de los juzgados madrileños. El caso recayó sobre el juez Carlos Valle, que rechazó instruir como delito el incidente, una decisión luego corregida por la Audiencia Provincial. Cuando se acerca la fecha de la comparecencia de Aguirre, se suceden las anotaciones de Villarejo sobre este asunto. La primera alude a una supuesta petición de ayuda por parte del ya exjuez. “Armeng. Quiere a toda costa que ayudemos a la Espe”, apunta el 10 de septiembre, un día antes de la reunión grabada.

Cinco días después de ese encuentro, Villarejo escribe sobre otra conversación con González Armengol; “Dice que ayer estuvo en el funeral de Isidoro Álvarez [presidente de El Corte Inglés] con Espe y que sigue inquieta”. El 17 y 18 de septiembre, Villarejo y el exjuez vuelven a hablar, según la agenda. El primer día, Armengol le agradece su ayuda: “Muy contento con gestiones sobre su amiga [...]. Dice que Espe espera buenos resultados”. El 22 de septiembre Aguirre declara en los juzgados. Un día antes, Villarejo apunta que ha enviado al exjuez las preguntas que va a hacer su asociación a la expresidenta. El día de la declaración, el comisario anota junto al apellido del exjuez: “Dice que Espe está muy agradecida con el trato dado en la comparecencia. Propone vernos cuando acabe el tema”.

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El vínculo de González Armengol y Villarejo no se limitó al caso de Aguirre ni empezó con él. Las agendas del comisario apuntan que ambos mantenían contactos, al menos, desde 2013, cuando él aún era juez decano. La primera referencia es del 28 de junio de ese año, y deja entrever que empezaban a conocerse. Ese día comen él, González Armengol y Chisco, apodo con el que Villarejo se refiere a Francisco Martínez, entonces número dos del Ministerio del Interior e investigado en el caso Kitchen. El comisario escribe sobre el juez: “Muy decidido a contar cosas. No acaba de convencerme del todo”.

A partir de ahí, las agendas recogen numerosos encuentros y llamadas con el exmagistrado sobre temas diversos. Varias aluden a investigaciones sobre jueces de lo mercantil “con posibles corrupciones” que González Armengol pide a Villarejo. “Quedo en darle detalles de lo que exista”, anota el 17 de septiembre de 2013. El 28 de noviembre, detectives enviados por el comisario controlaban al exdecano en unas jornadas organizadas por Ausbanc, una asociación espiada por el policía. “Hace su ponencia y se marcha alegando dolor y cansancio por un reciente accidente de tráfico”, recogen en el informe.

Las anotaciones apuntan a que el comisario se valió de González Armengol para contactar con su sucesor en el decanato, el juez Antonio Viejo. El primer encuentro del policía con este es el 27 de octubre de 2014, el día que estalla el caso Púnica, como refleja en su agenda. No sería el último y, en todos, aparece González Armengol como facilitador de las reuniones. Mientras, el comisario y el exjuez siguen alimentando su relación. El 3 de diciembre de ese año, Villarejo anota junto al apellido del exjuez: “Cita para tomar café mañana″.

La conversación difundida por EL PAÍS, unida a las alusiones al exdecano recogidas en sumarios, han creado malestar entre jueces de Madrid consultados, que lamentan que quien fuera su máximo responsable mantuviera presuntamente conversaciones que ponían en duda su independencia. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no se plantea, por ahora, ninguna iniciativa de queja similar a la que sí ha acordado cuando miembros del Gobierno han cuestionado actuaciones de jueces. La comisión permanente, su máximo órgano de decisión, se reunió el jueves, tres días después de conocerse la grabación con Aguirre y Villarejo, y el tema no se abordó “ni formal ni informalmente”, según fuentes de este órgano.

El 'caso Púnica', Granados y el favor al hijo del ex juez decano

El nombre de José Luis González Armengol también aparece en el sumario del caso Púnica. Un informe de la Guardia Civil recoge una conversación telefónica del exconsejero Granados con una tercera persona no identificada el 3 de julio de 2014 ―el último día en el que Armengol ocupó el puesto de decano de los jueces de Madrid―, en la que el político se comprometió a hablar con su mujer, profesora universitaria, que daba clases en la universidad al hijo del juez. El joven se examinaba con la esposa de Granados y el interlocutor de Granados pedía a este ayuda para que aprobara. El sumario también recoge la posterior llamada de Granados a su mujer para pedirle el favor. Los investigadores destacaron entonces que ambas conversaciones telefónicas no tenían relación directa con la causa, pero consideraban que era “reveladora de los contactos” de Granados y de cómo diversas personas buscaban “su influencia e intermediación”.

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