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UPN justifica su apoyo a la reforma laboral por ser “un partido de gobierno y de Estado”

El presidente de la formación navarra se desmarca del rechazo del PP: “Lo que es bueno para España y Navarra es bueno para nosotros”

Javier Casqueiro
El portavoz de UPN en el Congreso, Sergio Sayas, el martes en el hemiciclo.
El portavoz de UPN en el Congreso, Sergio Sayas, el martes en el hemiciclo.Miguel Oses (EFE)

El Gobierno se ha asegurado in extremis el miércoles por la noche, con los dos votos a favor de los diputados de Unión del Pueblo Navarro en el Congreso, la mayoría absoluta de 176 escaños para sacar adelante este jueves la nueva reforma laboral y, por tanto, el proyecto hasta ahora más simbólico de la legislatura. El presidente de UPN, Javier Esparza, confirmó así en rueda de prensa la posición afirmativa de su formación y se desmarcó del rechazo frontal expresado por el PP de Pablo Casado, hasta ahora su aliado natural: “Somos un partido de gobierno, de Estado y lo que es bueno para España y Navarra es bueno para UPN”. Esparza justificó ese respaldo en la relevancia del proyecto, en el acuerdo entre los sindicatos y la patronal y en la necesidad de dar certidumbre a la llegada de los fondos europeos, y lo desvinculó de ningún “plebiscito” al Ejecutivo central del PSOE de Pedro Sánchez, con el que está muy enfrentado.

El Ejecutivo de coalición cuenta ya, por ahora y para la votación en el Parlamento, con los 154 votos del PSOE y Unidas Podemos, y luego con una serie de apoyos de pequeños grupos o formaciones con representación en la Cámara baja, como Más País (2), Compromís (1), el Partido Regionalista de Cantabria (1), Teruel Existe (1), Coalición Canaria (1) y Nueva Canarias (1). Con todos esos respaldos, y los nueve anunciados de Ciudadanos, la votación llegaba ya hasta 170 actas positivas, pero, desde la tarde del miércoles, la coalición gubernamental dispone además del añadido de otros cuatro parlamentarios a favor, los del PDeCAT, y de los dos de UPN. En total, 176 actas afirmativas, frente a las 173 negativas.

Javier Esparza destacó en su comparecencia de prensa en Pamplona que, para su formación, el diálogo de los últimos días con el Gobierno central había sido “fundamental” y que habían basado su postura en una serie de condiciones que enumeró: que no se modificase el acuerdo cerrado entre la patronal CEOE y los sindicatos UGT y Comisiones Obreras; que no se tramitase ese decreto ahora como proyecto de ley en el Congreso y que no hubiese “modificaciones o acuerdos a futuro con el objeto de sortear ese proyecto”. El político navarro valoró que para UPN siempre han sido básicos los acuerdos sociales y ensalzó que ese tipo de pactos es lo que más ayuda para generar empleo.

El líder de UPN puso en valor, para razonar el apoyo ahora de su partido al pacto social nacional, que ese tipo de acuerdos son una condición más que tiene en cuenta la Unión Europea a la hora de conceder los fondos para la reconstrucción del país tras la pandemia. Esparza quiso precisar mucho también que la nueva reforma “no es una contrarreforma ni deroga la de 2012″, aprobada solo por el Gobierno de Mariano Rajoy, “y mantiene cuestiones esenciales incluso de la aprobada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero” en 2010. El dirigente conservador reconoció que también ha influido en su posición el peligro de “poner en riesgo” y “tirar por la borda”, además de los fondos europeos, “el acuerdo histórico” de los agentes sociales.

Esparza, consciente de lo que este apoyo significa para el Gobierno, pero también para el boicoteo que ha pretendido el PP de Casado, quiso matizar que los votos de UPN “no son ningún plebiscito para Sánchez, no es un Sánchez sí o no”. Y añadió: “La sociedad española ya tendrá la oportunidad de castigarlo [a Sánchez] cuando lleguen las elecciones”. El presidente de UPN argumentó que, sin o con los votos de su formación para este proyecto, la legislatura nacional va a durar al menos hasta noviembre de 2023. Y agregó: “El PSOE y el PSN no merecen nuestro apoyo, pero España y Navarra siempre lo van a tener. Lo importante ahora son los trabajadores, evitar la precariedad y no obstaculizar los fondos europeos”.

“Votamos sí convencidos, por responsabilidad y sentido de Estado, lo cómodo era votar no, lo imprescindible es votar sí, UPN es un partido de gobierno y de Estado y si la reforma no se aprueba pierde España y gana Bildu, ERC, el BNG y la CUP”, acabó su exposición Esparza, que se mostró “orgulloso de un partido que ha sabido estar a la altura”.

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La ejecutiva de (UPN) se citó el lunes en Pamplona y ratificó entonces que podrían votar sí, no o abstenerse, y dejó totalmente en manos de Esparza la dirección de las negociaciones en estos días con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Los dos diputados en el Congreso, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, no han tenido ningún papel directo y han votado lo que ha acordado Esparza.

Unión del Pueblo Navarro, que normalmente está en línea con las posiciones más duras del PP en el Congreso, en esta ocasión se ha desmarcado del rechazo frontal del partido presidido por Pablo Casado sobre negociar nada con el Gobierno para cambiar la reforma laboral vigente desde 2012. La formación navarra tiene en este caso varios condicionantes que la distancian del PP. Por un lado, la presión en Navarra de sindicatos de procedencia e incidencia en Euskadi, como LAB y ELA, cuya influencia UPN querría limitar y que en esta ocasión hasta se han manifestado contra la reforma. UPN también tiene muy en cuenta que el acuerdo fue suscrito por la patronal.

Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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