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El PSOE paliará con fondos europeos y postcovid el enconado debate de financiación autonómica

Sánchez encarga al nuevo líder andaluz, Juan Espadas, que coordine una posición socialista de mínimos antes de sondear al PP

40 Congreso Federal PSOE
Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico; Cristina Narbona, presidenta del PSOE, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, en la primera jornada del 40º Congreso Federal del PSOE, en Valencia, este viernes.Biel Aliño (EFE)
Javier Casqueiro

No hay ningún optimismo en el PSOE sobre la posibilidad real de cuadrar un nuevo sistema de financiación autonómica antes de que acabe esta legislatura. El PSOE saldrá del 40º Congreso Federal con el compromiso de consensuar en los próximos meses una difícil posición de mínimos entre todos sus barones, que es el encargo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo al líder socialista andaluz, Juan Espadas, nuevo responsable del Consejo de Política Federal. La conclusión de la mayoría de los interlocutores consultados durante la conferencia socialista es que el sistema, cuyo mandato finalizó en 2014, continuará sin renovarse y que los presidentes autonómicos se contentarán mientras tanto con los fondos europeos y con un fondo nuevo que sustituirá al montado para sufragar los gastos extras para la covid-19.

Juan Espadas, conocedor de las posturas enconadas dentro del PSOE, se ha puesto como meta fijar unos criterios comunes básicos que pueda luego intentar negociar también con el PP, donde las posiciones también son muy contrapuestas. Sánchez ha querido premiar a la relevante federación andaluza y al sucesor de Susana Díaz con ese cargo dentro de su equipo. Espadas lo afronta como un espaldarazo a su proyecto para competir con Juan Manuel Moreno por la presidencia de la Junta de Andalucía, pero también como un reto de éxito bastante improbable. Durante el congreso y tras asumir su nueva función, Espadas apuntó que Andalucía “siempre ha sido una garantía de reequilibrio territorial y cohesión social”.

Espadas, además, intenta compaginar esa labor interna de coordinación con un estilo moderado de oposición a Moreno en Andalucía. Se plantea incluso, pactar su abstención al proyecto de presupuestos autonómicos del dirigente del PP, para que se aleje de las servidumbres con Vox, introduzca algunas reivindicaciones clásicas en sanidad y educación del PSOE y le dé espacio y tiempo para construir su propio liderazgo.

La ponencia marco del congreso del PSOE apenas aporta cambios sobre el futuro nuevo modelo de financiación que debería disponer de unas “reglas clarificadoras” que proporcionen autonomía a todas las comunidades bajo los principios de “solidaridad interterritorial, corresponsabilidad, suficiencia y coordinación”. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, consciente de que el sistema actual prorrogado no contenta a casi nadie, prometió que tendría un informe de conclusiones para arrancar las nuevas discusiones en noviembre, pero el calendario político tampoco ayuda. El Gobierno acaba de presentar en el Congreso su proyecto de Presupuestos para 2022 y desde el PSOE constatan que será casi imposible que los nacionalistas catalanes, especialmente ERC, vayan a permitir ahora cambiar un modelo que en teoría ahora les beneficia, al menos según la mayoría de los barones del PP y socialistas sondeados.

El objetivo que se ha impuesto Espadas para acordar unas bases mínimas dentro del PSOE tampoco está nada claro. El dirigente andaluz pretende abrir una fase de contactos con segundos niveles de responsables de Hacienda de las distintas autonomías en poder del PSOE, sin elevar la discusión al máximo con los presidentes. Luego quiere acordar una serie de beneficios, servicios y recursos a prestar para todos los ciudadanos, barajar factores correctores para los territorios ahora más perjudicados, y llevar esas conclusiones más tarde a otros partidos, y particularmente a los responsables del PP. Espadas ha establecido ya algunos contactos con el presidente de la Comunidad valenciana, Ximo Puig, y ambos han mantenido conversaciones privadas del asunto con similar sintonía con el presidente andaluz.

Espadas sabe, sin embargo, que su criterio de priorizar la financiación por población es muy parecido al de los presidentes de la zona del levante español, Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana, y en este caso Cataluña y también Madrid, pero también que está muy alejado de los barones de la España vaciada, menos poblada y más rural, a los que ha convocado para una próxima cita en sentido contrario el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo.

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El socialista Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha, ya le ha trasladado varias veces que nunca aceptará esa solución y se mantiene, como el aragonés Javier Lambán, en priorizar otros aspectos, como la dispersión o la edad de la población. Fuentes cercanas a esos barones socialistas apostaron a que el nuevo modelo de financiación no se cerrará en lo que queda de legislatura, y los presidentes autonómicos se contentarán para salir adelante en esta etapa tras la crisis provocada por la pandemia con la llegada de los fondos europeos y con la reedición de otro fondo como el extraordinario implantado para cubrir las necesidades que se tuvieron que improvisar durante lo peor de la covid-19.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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