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España da por concluida la misión de evacuación de Afganistán

Los dos últimos vuelos con soldados, policías y personal diplomático han llegado este viernes a Torrejón de Ardoz

Interior de una aeronave A400M del Ejército español que transporta a los últimos evacuados de Kabul, este viernes. En vídeo, la última evacuación del Ejército español.Vídeo: FOTO Y MINISTERIO DE DEFENSA

El Gobierno español ha dado este viernes oficialmente por concluida su operación de evacuación de Afganistán. Los dos últimos aviones, dos A400M del Ejército del Aire, llegaban a Dubái, procedentes de Kabul, a las 06.45 y las 07.20, según informó el Ministerio de Defensa. En ambos vuelos viajaban los últimos 81 españoles que permanecían en la capital afgana, entre militares, policías y personal de la Embajada, así como cuatro militares portugueses y 85 ciudadanos afganos. Pedro Sánchez ha asegurado este mediodía que en total han sido evacuadas de Afganistán por parte de España 2.206 personas, el 47% de ellas, mujeres.

Como estaba previsto aterrizaron en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) esta tarde en un vuelo fletado a Air Europa desde Dubái. De los más de 2.000 evacuados desde el pasado 16 de agosto, el mayor número corresponde a afganos que trabajaron para las Fuerzas Armadas o la cooperación española en dicho país asiático a lo largo de las dos últimas décadas y sus familias (1.671), antiguos empleados de la OTAN (50), la UE (36), la ONU (1) y Portugal (19), así como seis españoles que se encontraban en el país. A ellos hay que sumar los 60 militares españoles desplegados durante la operación en el aeropuerto de Kabul, 17 policías que daban protección a la embajada y el personal diplomático, así como colaboradores de otros países de la UE. En el operativo han participado tres aviones de transporte A400M del Ejército del Aire, que han realizado 17 rotaciones entre Dubái y Kabul, así como 10 vuelos de aviones fletados a Air Europa desde Dubái a Torrejón de Ardoz.

La evacuación concluía un día después de que un doble atentado a las puertas del aeropuerto de Kabul, reivindicado por el Estado Islámico, dejara un saldo de al menos 73 muertos (60 afganos y 13 estadounidenses), aunque ya estaba previsto ponerle fin este viernes porque Estados Unidos había advertido de que se reservaba el uso exclusivo del aeropuerto a partir de hoy para poder completar su propia retirada el 31 de agosto.

Los últimos en abandonar Kabul han sido el embajador, Gabriel Ferrán (60 años) y su segunda al frente de la legación española de Kabul, Paula Sánchez, así como la veintena de policías del cuerpo de seguridad de la embajada, y medio centenar de soldados enviados expresamente para la misión de evacuación contrarreloj en el Afganistán de los talibanes.

Los miembros del operativo de evacuación, improvisado y coordinado sobre la marcha ante la velocidad del avance talibán hasta el aeródromo Hamid Karzai de la capital afgana, no se han marchado hasta no sacar del país al mayor número posible de colaboradores afganos. Han sido los últimos en abandonar un país sumido en el caos ante la progresiva retirada de las tropas estadounidenses, que se replegarán definitivamente el 31 de agosto siguiendo el precipitado guion previsto.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa desde Moncloa. En vídeo, declaraciones de Sánchez sobre la misión en Afganistán. Vídeo: CHEMA MOYA (EFE) / QUALITY
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Ocho días de vértigo

En ocho días, 17 policías ―reforzados después con tres miembros más del Grupo Especial de Operaciones (GEO)―, 110 soldados entre Kabul y la escala intermedia de Dubái (reforzados con un equipo de boinas verdes) y dos diplomáticos (también con un pequeño refuerzo posterior) han logrado sacar del país a casi 2.000 refugiados afganos, que han ido llegando en sucesivos vuelos a Torrejón. A todos ellos les localizaron y les rescataron in extremis en los alrededores de un aeropuerto cercado por los controles de la milicia integrista, asediado y colapsado por miles de personas que trataban de huir del nuevo régimen instaurado por los talibanes hace una semana en el país, y convulsionado por los mortales atentados de este jueves reivindicados por el Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés). “A los colaboradores que íbamos a sacar del país se les citaba precisamente en esa zona de la acequia que se veía llena de cadáveres tras las dos explosiones”, señalan fuentes próximas al operativo de evacuación. Un total de 60 afganos y 13 militares estadounidenses murieron y al menos 140 personas resultaron heridas.

Ni el embajador ―en funciones desde el pasado 4 de agosto que se nombró a su sustituto―, ni la segunda jefa de la legación española en Kabul, ni los agentes de los GEO y de las Unidades de Intervención Policial (UIP) destinados en la embajada, a quienes pilló el avance talibán, han querido irse hasta el final. Hasta no completar una misión imposible, porque son muchísimas las personas que no han podido salir queriendo hacerlo, pese a los 110 soldados que fueron enviados para colaborar en la evacuación.

Han sido jornadas interminables, como interminables eran los listados de personas con las que trataban de contactar y que crecían por días. Citas en puntos presuntamente seguros, traslados tumultuosos por puertas habilitadas de entrada al aeropuerto, identificaciones doblemente comprobadas para no introducir a ninguna “manzana podrida” (posibles miembros de los talibanes) en ningún avión, todo deprisa, todo tratando de hacer coincidir puntos de encuentro y horarios con la salida de los vuelos en medio del caos. Todo a una carta, a una sola oportunidad.

El último vuelo del operativo español de evacuación de Afganistán, que entre sus pasajeros traslada al embajador, Gabriel Ferrán, y a los últimos 85 afganos evacuados por España, aterrizó finalmente este viernes, hacia las 19.20 horas, en la base área de Torrejón.

A pie de pista les recibió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que previamente había comparecido en rueda de prensa para agradecer la labor de los servidores públicos españoles que habían arriesgado sus vidas para lograr la evacuación de afganos, y que calificó la misión de “un éxito”.

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