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El PSOE y la derecha confían en un discurso tranquilizador del Rey esta Nochebuena

Podemos espera explicaciones sobre Juan Carlos I y ERC cuestiona a toda la Casa Real

Los Reyes, en un acto de Cáritas el pasado día 18 en Madrid.
Los Reyes, en un acto de Cáritas el pasado día 18 en Madrid.Casa Real (GTRESS)
Javier Casqueiro

El PSOE, el PP, Vox y Ciudadanos han querido expresar, antes del esperado discurso esta Nochebuena del rey Felipe VI y ante un momento tan crítico, su “seguridad” en que hará otra intervención apropiada y “tranquilizadora”. En el sector socialista del Gobierno, que es el que visa todos los discursos y la relación con el Rey, confían en su “rigor” para entender la situación. El centro-derecha añade a ese respaldo alusiones a su implicación histórica tras el referéndum ilegal del 1-O en Cataluña. Podemos espera explicaciones sobre los escándalos del rey emérito mientras que ERC cuestiona por “corrupta” a toda la Casa Real.

El de la noche de este jueves será el séptimo y quizá el más complicado discurso de Nochebuena del rey Felipe VI, y eso que desde que fue proclamado, en 2014, no ha tenido precisamente un reinado sencillo. En aquella ocasión estaba en pleno apogeo el caso Nóos que salpicó a su hermana, Cristina y a su cuñado, Iñaki Urdangarin, y el nuevo Monarca aludió, por un lado, a la gravedad de aquella crisis económica y, por otro, a la actitud irregular de algunos servidores públicos.

“Los ciudadanos necesitan estar seguros de que el dinero público se administra para los fines legalmente previstos; que no existen tratos de favor por ocupar una responsabilidad pública; que desempeñar un cargo público no sea un medio para aprovecharse o enriquecerse; que no se empañe nuestro prestigio y buena imagen en el mundo. Pocos temas como este suscitan una opinión tan unánime. Debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción. La honestidad de los servidores públicos es un pilar básico de nuestra convivencia en una España que todos queremos sana, limpia”, enfatizó entonces Felipe VI.

Luego, en las siguientes intervenciones navideñas, ya se centró más en mensajes sobre la unidad de España y la amenaza independentista en Cataluña o la vigencia de la Constitución española. Y este 2020 ha sido de nuevo otro curso complejo para la institución de la Monarquía y para el Rey por las constantes polémicas que han desatado comportamientos presuntamente irregulares de su padre, el rey emérito. En marzo pasado, en plena irrupción de la pandemia del coronavirus, Juan Carlos I ya fue apartado en cierta medida de la Casa Real al dejar de percibir su asignación prevista en los presupuestos, tras descubrirse su vínculo con dos fundaciones en el extranjero que operaban con fondos opacos. En agosto se vio forzado a salir de España y buscar refugio en los Emiratos Árabes. Y desde entonces, sin embargo, tampoco han amainado los descubrimientos sobre posibles operaciones irregulares que le afectan, investigadas tanto por la Fiscalía suiza como por la Fiscalía del Tribunal Supremo.

La figura de Juan Carlos I, tan aglutinadora durante la Transición y sus 38 años de reinado, es ahora foco de división, especialmente en el panorama político. Y con un partido, como Unidas Podemos, que está en el Gobierno y que cuestiona abiertamente el sistema de la monarquía parlamentaria en favor de una hipotética república. En ese contexto llega este jueves el discurso de Nochebuena de Felipe VI y los principales partidos lo aguardan como un examen a toda la institución.

Desde el PSOE se ha descargado toda la responsabilidad sobre las relaciones oficiales del Gobierno con la Casa del Rey en la figura de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, al margen de los contactos semanales que mantienen con normalidad el propio Felipe VI con el presidente, Pedro Sánchez. Calvo ha repetido estos días el argumentario conocido de que no es nada excepcional que el Gobierno supervise este discurso de Nochebuena, como todos los demás, y ha dejado caer su convicción de que el Monarca cumplirá adecuadamente con su función.

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Este martes, tras el Consejo de Ministros, lo volvió a recordar, cuando se le preguntó sobre la particularidad de esa intervención en estos momentos: “Lamento mucho frustrar tanto, pero no tiene más especialidad que las circunstancias que él va a considerar oportunas comentar, y más allá de eso, sí que es verdad que estamos en un año particularmente diferente de otro, con mucha complejidad, y en ese sentido la función de tranquilidad y seguridad de todos los órganos está presente también en el papel que tiene que cumplir el Rey”. La vicepresidenta agregó que ante este discurso de Nochebuena, que es en el que La Zarzuela suele disponer de más autonomía, el Gobierno lo que ha querido ha sido ejercer la función de “acompañante”, como sucede en otros países con otros jefes de Estado.

Calvo ya había avanzado, días antes, que Felipe VI “es absolutamente realista, sabe muy bien lo que piensa en términos generales la opinión pública de este país y lo que demandan los ciudadanos en relación a la mejora y al avance constante de nuestros valores democráticos” y ensalzó los pasos dados “muy importantes en la renovación de la institución”.

Desde el sector de Podemos del Ejecutivo, su vicepresidente segundo y líder de la formación, Pablo Iglesias, ya vaticinó el pasado fin de semana que esta Nochebuena se conversará sobre la oportunidad del sistema monárquico o republicano en España: “Es bueno que las familias en un Estado democrático puedan debatir, no hay que tener miedo a que la gente piense y opine lo que le parezca”. Iglesias, además, aprovechó para asociar a la monarquía con un modelo económico basado en la “corrupción”, “el ladrillo” y el “turismo barato” frente a otro republicano y defensor “de un país laico, que valore más la ciencia y la cultura”.

El portavoz parlamentario de Podemos, Pablo Echenique, no se atrevió a dar consejos directos a Felipe VI sobre lo que debe decir, pero sí señaló que mucha gente piensa que “debe pronunciarse” y dar explicaciones sobre algunas actitudes de su padre.

Este martes, el secretario de la Mesa del Congreso y diputado de En Comú Podem, Gerardo Pisarello, indicó que el Rey actual debería como “mínimo” expresar esta noche una “condena” de las actividades irregulares de su padre porque interpretó que callar sería una signo de “debilidad” de una institución que “ha perdido su razón de ser”.

Desde ERC, su portavoz, Gabriel Rufián, profundiza sobre esas críticas: “ERC no espera nada del discurso del Rey, ni de la Monarquía, que es evidentemente una institución anacrónica que bebe del legado franquista y de la inmunidad que ello le proporciona”. Rufián ataca a toda la Casa Real por considerarla “hija del franquismo” y una “institución opaca, invulnerable e inviolable ante la justicia, que rompe el principio constitucional de igualdad de los ciudadanos”. Y la tacha genéricamente de “corrupta”. ERC pide la abdicación del Rey y, especialmente, por el que considera “miserable discurso” del 3-O, cuando, apunta, “amparó y avaló los palos a los ciudadanos que votaban pacíficamente y democráticamente el 1 de octubre”.

Todas esas posiciones tan inusualmente críticas en España sobre la Monarquía, y más desde una formación que está en el Gobierno, son las que más soliviantan a los partidos del centro-derecha, que se manifiestan más preocupados por esa deriva de Podemos y otros aliados del Ejecutivo que sobre lo que pueda decir u olvidar mencionar el Monarca.

La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, señaló así su “absoluto respeto a la jefatura del Estado y a Felipe VI” para no inmiscuirse “en qué mensaje tiene que trasladar, porque ya ha demostrado, en momentos muy difíciles que se han producido durante su reinado, que tenemos un rey que siempre está a la altura de las circunstancias y siempre que ha tenido que pronunciarse, como en octubre de 2017, lo ha hecho con discursos muy oportunos”.

Esa referencia elogiosa al discurso sobre Cataluña de Felipe VI la recogen también los dirigentes de Vox y Ciudadanos. El portavoz adjunto de Cs, Edmundo Bal, añade que el Monarca ya ha demostrado “su compromiso con la democracia en los momentos decisivos para nuestro país”; también que “no necesita que nadie le escriba, imponga o revise en qué términos se dirige a los españoles porque ha demostrado estar siempre a la altura de las circunstancias, por adversas que sean”, y alaba su “apuesta firme y decidida por la transparencia y la ejemplaridad de la institución durante su mandato”. Bal lamenta el intento “irresponsable” de Iglesias de introducir un debate sobre el modelo democrático y se declara “harto de las batallas políticas absurdas que se impulsan desde determinadas trincheras ideológicas”.

Desde Vox, su vicepresidente de acción política, Jorge Buxadé, aseguró que la alocución de Felipe VI reflejará “lo que siempre ha tenido, sentido común y de la realidad de los problemas que sufren los españoles” y acusó a Iglesias de intentar presionar con sus “repúblicas imaginarias”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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