El líder del PP en Almería: “Pongan una moción de censura, si no la ponen son unos cobardes”

“Váyase a casa, señor Amat, váyase”; “lo mejor que puede hacer es irse a disfrutar de su jubilación y dar paso a ideas nuevas”; “Amat no puede seguir ni un minuto más al frente de nuestro Ayuntamiento: desde nuestro grupo volvemos a reclamar su dimisión”. Distinta forma, pero mismo mensaje. Así han reclamado los portavoces municipales de Vox, IU, Ciudadanos y PSOE a su alcalde desde 1995 y líder del PP en Almería, Gabriel Amat, que presente su dimisión por la supuesta financiación ilegal de ese partido y el cobro de comisiones millonarias a técnicos y políticos de su Gobierno municipal entre 2000 y 2010.

El de esta mañana era el primer pleno desde que este diario desvelara el presunto pago de mordidas de más de siete millones en total por parte de la constructora Hispano Almería y la primera vez en la que el presidente del PP almeriense daba explicaciones sobre la investigación de la Udef. “Pongan una moción de censura, pónganla, si no la ponen son unos cobardes”. Esa ha sido la respuesta de Amat tras dejar claro que no aparece como investigado en ninguno de esos casos. “No tengo por qué estar diciendo nada de lo que no estoy acusado”, ha insistido.

La posición de Amat en el Ayuntamiento de Roquetas ya no es tan fuerte como antes. Por segundo mandato consecutivo no gobierna con mayoría absoluta. Sus once concejales le hacen vulnerable, pero el veterano dirigente popular es especialista en resistir recuerdan miembros de su formación y rivales políticos. La oposición está trabajando en una moción de censura que lo apee del poder, que ostenta desde hace 25 años, pero a los seis ediles del PSOE, los dos de Cs e IU, respectivamente, y el único de la formación de extremaderecha, necesitan amarrar, al menos, dos más de los tres representantes que figuran en el grupo de no adscritos: dos antiguos miembros de Vox y una que abandonó la formación naranja. “Mientras no tengamos garantizados los 13 no podemos presentar nada”, recuerda el portavoz de IU, Juan Pablo Yakubiuk. “Me habéis pedido la dimisión 50.000 veces y todavía no la habéis conseguido, si lo conseguís, no pasa nada, es la democracia”, ha continuado con su defensa Amat, quien ha esgrimido el archivo de todas las causas judiciales que lo han tenido bajo el punto de mira policial, político y mediático en los últimos años.

Irse por la puerta grande

El afianzamiento en el poder de Amat vino de la mano de su estrecha amistad con Javier Arenas, a quien conoció poco antes de hacerse con la alcaldía de Roquetas, en 1995. Una relación fraternal ―a Amat se le conocía como “el hermano mayor” del exdirigente popular― que se rompió en las primarias del PP de 2018, cuando el líder del partido en Almería ―el nicho de votos del partido en esa comunidad, apoyó públicamente a Dolores de Cospedal, frente a la candidata de Moreno y Arenas, Soraya Sáenz de Santamaría.

Aunque en 2017 se sopesó seriamente una renovación en la dirección del PP almeriense, Amat se volvió a presentar al congreso provincial y continúa, además, como presidente del comité electoral del partido en Andalucía, el órgano responsable de validar las candidaturas. “Él tiene ya 76 años y su intención de irse por la puerta grande y que se le agradezcan los servicios prestados”, explica un antiguo miembro del PP-A.

La transformación de Roquetas y su crecimiento ha estado vinculada a la compraventa de terrenos relacionados con la familia del alcalde, una sombra que ha acompañado su gestión, pero que nunca ha tenido una censura judicial. El PSOE-A ha anunciado una querella criminal contra todas las personas físicas y jurídicas que aparecen en la investigación de la Udef, entre ellos Amat, como presidente de las mesas de contratación en las que se adjudicaron los 62 contratos bajo sospecha.