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Narcotráfico

La cooperativa para el crimen del narco Antonio ‘El Castaña’

El mayor capo del Campo de Gibraltar acaba detenido en una red que había extendido sus tentáculos a Huelva, Málaga y Ciudad Real

Jesús A. Cañas
Antonio Tejón Carrasco, durante la detención en La Línea de la Concepción (Cádiz) que le llevó a prisión en 2018.
Policía Nacional

El narco Antonio Tejón El Castaña ha sido detenido de nuevo por narcotráfico dos meses después de que acabase fuera de la cárcel por un error en la prórroga de la prisión provisional. Esta vez está acusado de participar en una suerte de cooperativa para el crimen que había extendido sucursales para traficar en Huelva, Málaga y Ciudad Real.

El pasado 7 de agosto los agentes de la Guardia Civil que intentaban dar caza a una narcolancha que intentaba meter hachís por la lujosa urbanización costera de Sotogrande (San Roque) localizaron el cadáver de un hombre flotando junto a la semirrígida que parecía viajar en ella. Ahora se ha sabido que los investigadores de OCON Sur —el mando operativo del Instituto Armado para luchar contra el narco en Andalucía— seguían las pistas de la organización de Antonio Tejón, una de las mafias más potentes del Campo de Gibraltar y a cuyos líderes los investigadores atribuyen una fortuna de unos 30 millones de euros.

Junto al menor de los hermanos Tejón han caído ya 31 detenidos en las provincias de Cádiz, Huelva, Málaga y hasta Ciudad Real. Entre ellos se encuentran algunos de sus lugartenientes, según ha precisado la Guardia Civil en un comunicado, aunque no ha llegado a precisar la identidad de estos segundos mandos. En todas estas provincias se desplegaron este pasado lunes unos 400 agentes en la denominada operación Dismantle para registrar también numerosas propiedades, algunas de ellas ubicadas en La Línea de la Concepción, lugar de residencia de El Castaña. En dichas entradas, los investigadores han localizado hasta 10 toneladas de hachís, además de armas, dinero en efectivo, documentación y vehículos.

Los agentes creen que El Castaña estaba detrás de una red de alijos que tenía uno de sus epicentros en la playa de Palmones (Los Barrios, Cádiz), donde botaban las narcolanchas. Eso fue por marzo de este año, antes de que la Guardia Civil descubriese que ese narcoembarcadero tenía conexión directa con la poderosa organización de Los Castaña, pese a que entonces sus dos cabecillas se encontraban en prisión provisional por otras causas pendientes de juicio.

El poderoso clan habría creado alianzas con otros narcos de Huelva a modo de cooperativa de forma que contaban con una “sucursal”, en el caso de que la presión policial les impidiese meter el hachís en su zona habitual del Campo de Gibraltar. En total, Tejón había conseguido crear dos ramas operativas y otra de logística para asegurarse el buen destino de sus portes desde Marruecos, complicados cada vez más por el plan especial de seguridad puesto en marcha por el Ministerio del Interior en Cádiz desde mediados de 2018.

La investigación ha conseguido determinar con detalle el funcionamiento de la rama logística de esta cooperativa del crimen, dividida a su vez en otras tres ramas: una de narcoembarcaderos, otra especializada en los cambios de tripulación y repostajes que los narcos necesitan en alta mar y una última de adquisición de las potentes y caras gomas, que llegan a superar los 100.000 euros de coste. En Ciudad Real, los traficantes incluso habían llegado a establecer conexiones con una empresa de transportes que les recogía las embarcaciones desde la costa para ponerlas a punto y ocultarlas de la vista de los agentes que operan en la zona.

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El giro de tuerca también llegó a las operaciones de contravigilancia que los narcos realizan para saber del paradero de los agentes. Además de los habituales puntos —chicos jóvenes a los que las organizaciones pagan dinero por darles soplos sobre la presencia de policías—, los traficantes llegaron a tener a su disposición medios áreos no tripulados o drones con los que controlaban los movimientos de las patrullas uniformadas de la Guardia Civil o la policía. La diversificación también la llevaron hasta los barcos pesqueros que usaban como parapetos hasta llegar a la zona de alijo y así pasar desapercibidos.

Esta es la segunda vez que Antonio Tejón se ve las caras con los guardias civiles. El pasado 2 de julio acabó detenido a las puertas de la cárcel de Albolote (Granada), justo cuando salía en libertad, gracias a un error judicial sobre competencias para decidir la prórroga de su prisión. Pocas horas después eludió de nuevo acabar entre rejas, tras pagar una fianza de 12.000 euros. Aunque la investigación de la operación Dismantle había empezado meses antes, el supuesto nexo de unión con Los Castaña ha acabado por llevar a la detención a Tejón. Está por ver si, de nuevo, consigue escabullirse de la prisión provisional.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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Jesús A. Cañas | La línea (Cádiz) / Pinos Puente (Granada)

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