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Abordaje al buque de los 42 millones de euros en cocaína

La Audiencia Nacional condena a más seis años de cárcel a los 10 tripulantes de un remolcador vinculado al narcotráfico turco

J. J. Gálvez
La droga intervenida al 'Breath', al descargarla en Canarias tras la intervención de la Policía.
La droga intervenida al 'Breath', al descargarla en Canarias tras la intervención de la Policía.

04.53 de la madrugada. Los dispositivos de localización marcan ya las coordenadas exactas del Breath: 35 grados y 1 minuto norte; 33 grados y 7 minutos oeste. Hace tres días que los investigadores han salido en su búsqueda desde Las Palmas de Gran Canaria y por fin han dado con él. Sospechan que este buque remolcador, de bandera moldava y 10 tripulantes a bordo, transporta una importante carga de droga. De hecho, hace dos semanas había desconectado el sistema AIS, que comunica su posición exacta, cuando navegaba en aguas del Caribe, entre Venezuela y Trinidad y Tobago. Y, como intuían, había puesto rumbo de vuelta a Europa.

07.55 de la mañana. Es la hora. Los GEO de la Policía Nacional, que aguardaban en el Rayo P-42, un barco de acción de la Armada española, se lanzan al abordaje. No hay tiempo que perder porque el factor sorpresa es clave. Saben que los narcos suelen tener preparada la carga para tirarla al agua en el caso de que los sorprendan. Y no se equivocan tampoco esta vez: en la popa, bajo una lona negra, descubren 41 fardos “lastrados y balizados, preparados para ser lanzados al mar”, según subraya la Audiencia Nacional, que acaba de condenarlos a más de seis años de cárcel tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía. La mercancía que llevaban tenía un valor en el mercado de casi 42 millones de euros.

Según detallan los magistrados en su resolución, fechada el pasado 4 de junio, los 10 procesados —siete turcos, un georgiano, un ucranio y un búlgaro— habían salido en el otoño de 2018 del puerto de Fethiye (Turquía) y hecho escala en Ceuta. Desde allí, tenían como destino oficial Nuakchot (Mauritania), pero al zarpar de la ciudad autónoma desviaron su rumbo hacia Trinidad y Tobago. Ya en aguas del Caribe, desde otra embarcación y sin llegar a tocar tierra, se les entregó la carga para que la llevaran a Europa: más de 1.000 kilos de cocaína con una pureza del 84%, según apuntan los jueces.

Pero los sospechosos no lograron su objetivo. Tras recibir el aviso de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) y de la Agencia Nacional del Crimen británica, la Policía Nacional partió el 13 de octubre desde Canarias a su encuentro. Los cazaron el día 16 a 980 millas náuticas del archipiélago español. Además de la droga, se les intervino teléfonos satélite, ordenadores portátiles y dispositivos de navegación, según informaron los investigadores, que vincularon la operación con las mafias del narcotráfico turco, que operan entre Sudamérica y Europa.

La Audiencia Nacional, que les ha impuesto una multa de más de 418 millones de euros, también ha ordenado el decomiso del Breath, el dinero intervenido y los demás efectos incautados.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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