Luces y sombras de Robert Mapplethorpe
El fotógrafo neoyorquino convertía cuerpos y objetos en los protagonistas de su obra en blanco y negro en un juego visual de dimensiones múltiples. La galería Elvira González propone en Madrid un recorrido por las técnicas y temáticas más recurrentes del mítico fotógrafo estadounidense
Si no fuera por las sombras no habría belleza, escribió el japonés Junichiro Tanizaki en su ensayo El elogio de la sombra, que explicaba cómo lo oscuro evoca en su país una cierta idea de la tradición y lo hermoso. La galería madrileña Elvira González presenta Mapplethorpe. Elogio a la sombra (del 10 de noviembre al 7 de enero de 2023), la cuarta exposición que dedica al fotógrafo estadounidense Robert Mapplethorpe, que se apropia casi literalmente del título del libro de Tanizaki para desplegar, como él, un ejercicio evocativo y lleno de ramificaciones, luminoso y sombrío al mismo tiempo. Más allá de su biografía cargada de excesos, de las noches en los antros sexuales del Nueva York gay y underground de los años setenta y ochenta, la propia obra de Mapplethorpe concedía a las sombras un papel esencial. De hecho, eran a menudo la condición de posibilidad de la imagen, igual que en la pintura tenebrista, de Caravaggio a De la Tour. La piel oscura recubre unos cuerpos masculinos convertidos en fetiches: cuerpos que emergen de las tinieblas para vislumbrarse de manera incompleta, a lo Rodin, como el de Michael Reed; o directamente fragmentados, como esa pierna de bronce proveniente de una escultura romana que proyecta una sombra casi gemela, haciéndonos pensar en la caverna de Platón. Lisa Lyon, culturista femenina cuyo cuerpo ambiguo y poderoso fascinaba a Mapplethorpe, se muestra en versiones desnuda y velada, pero siempre ante una sombra que más que salir proyectada de su materia parece acecharla como un mal presagio. Y de Jack Walls, que fuera pareja del fotógrafo, y al que en otras ocasiones retrató en poses abiertamente sexuales, ya vemos solo la sombra, que es la de su pasado en la Armada: son las sombras del tiempo, las más oscuras de todas, las más persistentes.
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