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Diseñar moda a partir del estiércol

La artista e inventora holandesa Jalila Essaïdi ensaya en Eindhoven nuevos caminos hacia la ecología y la sostenibilidad

Jalila Essaïdi en el laboratorio, trabajando en su proyecto Mestic con el que creó tejido a partir de estiércol.
Jalila Essaïdi en el laboratorio, trabajando en su proyecto Mestic con el que creó tejido a partir de estiércol.Mike Roelofs
Use Lahoz

Saltó a la fama en 2013 al desarrollar un tejido capaz de repeler una bala en movimiento al que llamó “piel a prueba de balas”. La artista, inventora y emprendedora holandesa radicada en Eindhoven Jalila Essaïdi, especializada en biotecnología y bioarte, además de directora ejecutiva de la empresa de biotecnología Inspidere BV, reforzó la piel humana in vitro con seda de araña de organismos genéticamente modificados. El resultado podía detener el disparo de municiones a velocidad reducida y para demostrarlo lo probó ella misma.

En 2016 se especializó en diseñar ropa con materiales de base biológica y presentó su colección de bañadores fabricados mediante el reciclaje de estiércol de vaca, cumpliendo con su objetivo de crear alta costura a partir de desechos. No era, obviamente, la primera vez que los científicos buscaban formas de resolver el problema del estiércol, pero sí una de las primeras en las que el estiércol se consideró un recurso valioso.

En 2021, el festival Dezeen 15, de la revista digital de arquitectura y diseño Dezeen, seleccionó a Jalila como uno de los 15 creadores que presentaron sus ideas para cambiar el mundo en los próximos 15 años.

Su manifiesto reveló otra mirada sobre la ecología y sobre la sostenibilidad. Lo tituló Consumismo, materialismo y desperdicio, y escribió: “Las estrategias de diseño sostenible pueden parecer tener sentido en nuestro sistema capitalista actual; sin embargo, simplemente pasan el problema a la siguiente generación”.

Atraído por su trabajo con la biotecnología y su enfoque interdisciplinario y colaborativo, en cuanto aterrizo en Eindhoven quedo con ella. Esta es una de las ciudades más avanzadas de Europa, cuna del pensamiento tecnológico, herencia de los años en los que albergó a otra ciudad llamada Philips. Eindhoven no te cuenta el pasado, sino el futuro.

Llego al Laboratorio de Bioarte de Jalila, un búnker de la II Guerra Mundial escondido en el bosque que llama Symbiocene Forest. Me invita a un café. No sé si llamarla artista o científica. “Soy humana, y, depende del proyecto, soy emprendedora, soy creativa o soy economista”. Quiero saber si también a ella Eindhoven la invita a innovar: “Sí, aquí la gente está muy unida por el conocimiento”.

Repasamos el estado de la ecología actual y su sentido del aprovechamiento “Necesitamos esperanza. A veces la solución está en el problema. En la naturaleza nada se debe considerar desperdicio. El estiércol es rico en celulosa y puede generar nuevas materias primas sostenibles que pueden ser utilizadas por la industria manufacturera y estimular el desarrollo de tecnologías innovadoras. Busco soluciones en lugar de ver problemas”.

Ante la duda de qué tiene más capacidad transformadora, si el arte o la ciencia, Jalila opta por ambas. Repetirá la palabra simbiosis nueve veces. “Creo en conectar naturaleza y arte. En mi laboratorio se encuentran la creatividad industrial, la biotecnología y la naturaleza. Creo también en Glenn Albrecht [filósofo que acuñó el término solastalgia, estrés emocional por el cambio climático], que piensa que necesitamos simbiosis de cultura, naturaleza y tecnología. Y me alegra ver que hoy los diseñadores piensan en la circularidad, en nuevos materiales, en la salud del planeta, en la simbiosis con la naturaleza”.

Recorremos el entorno y los edificios que constituyen este ambicioso laboratorio al aire libre. Entiendo por qué a Jalila le gusta Alexander Pope: “El toque de la araña, ¡qué exquisitamente fino! Palpa en cada hilo y vive a lo largo de la línea”. Veo la simbiosis entre el estiércol, los voluntarios de todo el mundo, las gallinas, los conejos y los talentos que vienen a formarse en biotecnología. Saco el tema de los nuevos proyectos. Jalila extiende la mano hacia el bosque. “Este es mi proyecto, ¿te parece poco?”. No.

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Sobre la firma

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Es autor de las novelas 'Los Baldrich', 'La estación perdida', 'Los buenos amigos' o 'Jauja' y del libro de viajes 'París'. Su obra narrativa ha obtenido varios premios. Es profesor en la Universidad Sciences Po de París. Como periodista fue Premio Pica d´Estat 2011. Colabora en El Ojo Crítico de RNE y en EL PAÍS. 'Verso suelto' es su última novela

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