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24 horas en Urueña, villa de piedra y libros

Un paseo por lo alto de su muralla medieval, del siglo XII, rica gastronomía de cuchara y mucha, mucha lectura en esta pequeña localidad vallisoletana con más librerías que bares

Una calle de Urueña, la villa del libro de Valladolid.
Una calle de Urueña, la villa del libro de Valladolid.Carmen Maniega (alamy)

Urueña es una isla del tesoro en un mar sin olas. Sobre una llanura en la que el paisaje es ausencia y silencio se eleva este pueblo amurallado. Geográficamente se localiza en la provincia de Valladolid, pero un GPS afinado ubicaría sus coordenadas entre el campo y la cultura. Hasta que no se habilitó un desvío desde la cercana autovía A-6, esta villa parecía más la insular y novelesca fortificación marsellesa de If —de la que huía Edmond Dantès en El conde de Montecristo— que un pueblo de la meseta castellana. Tras una curva descendente y pronunciada, Urueña, en alto, precedida por la ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, entra en escena.

cova fernández

Sus murallas hace tiempo que dejaron de ser defensivas. Un mundo feliz en el que las troneras lanzan libros e, intramuros, al alcalde, al cura, al practicante y al maestro se les han sumado los libreros. Este es un pueblo en el camino a muchos sitios y epicentro de muchas más ficciones que habitantes. Para potenciar el turismo, el Ayuntamiento y la Diputación han recurrido a la lectura y a la gastronomía. En 2007 Urueña, un pueblo de piedra de apenas 200 vecinos, fue nombrada Villa del Libro —siguiendo la estela de las localidades de Hay-on-Wye, en Gales, o la francesa Montolieu—.

La Puerta de la Villa, en Urueña.
La Puerta de la Villa, en Urueña.Carmen Maniega (getty images)

10.00 El Peinador de la Reina

La muralla del siglo XII que se levantó para repeler los ataques de los leoneses —no de los musulmanes— hoy es atravesada sin dificultad por grupos de escolares, jubilados, ciclistas y bibliófilos. Los autobuses estacionan cerca del laboratorio del diseño Espacio DiLab (calle del Molino, 4; di-lab.org) (1), que tras el cierre por la covid tiene previsto retomar su agenda de actividades culturales el 30 de septiembre con un concierto de Javier Ruibal. Los coches particulares lo hacen junto al castillo (2), la primera construcción del sitio, y el torreón de Doña Urraca (Corro de Santo Domingo) (3). Muy cerca de ambos, en la calle de Los Lagares, se encontraba hasta hace poco la librería-cafetería El Portalón (cerrada por jubilación del propietario), un local excavado en la muralla en el que era posible tomarse un café de puchero y disfrutar de las vistas desde su terraza. De las entrañas de la muralla a caminar por su adarve median unas escaleras. Un angosto paseo con tres miradores a los que asomarse: Roto, Puerta de la Villa y Peinador de la Reina, con vistas al páramo y a los tejados de tejas viejas de las casas de piedra del pueblo.

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11.00 Recuerdo a Miguel Delibes

Si se baja del adarve por el acceso de la calle de La Parra no es difícil dar con el Centro e-LEA Miguel Delibes (Costanilla, 12) (4), un espacio para la promoción del libro y la cultura. Coincidiendo con el centenario del nacimiento del escritor vallisoletano, en su interior se puede disfrutar de dos exposiciones: Rostros de Delibes y Palabras y cosas en la obra de Delibes. Utopía rural. En la misma calle están el Museo del Cuento y las librerías El Grifilm (elgrifilm.com) y La Boutique del Cuento. Sí, en Urueña hay más librerías que en algunas ciudades, y también museos: el de la Música (Catahuevos, 10) (5), el de las Campanas (ocupa una vieja panera en el Corro del Conde) (6) y el Etnográfico (7), sede de la Fundación Joaquín Díaz, precursor del turismo cultural en Urueña (Real, 4; funjdiaz.net). La calle Real es la vía principal de la localidad; en ella se levanta la iglesia de la Virgen del Azogue (8), y divide en dos al pueblo. Comunica las puertas del Azogue, estrecha y defensiva, y la de la Villa, señorial y abierta al valle, donde se encuentra la ermita de la Anunciada.

Hay dos caminos para recorrer la muralla de Urueña: el primero discurre entre el castillo y la Puerta de la Villa; el segundo, de la misma puerta al mirador del Cubo Nuevo.
Hay dos caminos para recorrer la muralla de Urueña: el primero discurre entre el castillo y la Puerta de la Villa; el segundo, de la misma puerta al mirador del Cubo Nuevo.A. Loyo (GETTY images)

13.00 Una joya románica

Extramuros, a modo de prólogo del pueblo, llegamos a la medieval ermita de la Anunciada (9). La guía dice de ella que es “un joyón fuera de sitio”. Esta construcción patrimonial religiosa, de estilo románico lombardo catalán, es la única de este tipo construida fuera del Pirineo español.

De vuelta al pueblo, previo paso por la plaza Mayor (10), donde se encuentra el Ayuntamiento y la oficina de turismo (urueña.es), se llega al Corro de San Andrés. En él se encuentra la librería Alcaraván (11), la primera en abrir, junto con el taller de encuadernación artesanal (calle del Oro, 5), en el año 2000. En Urueña se consume más tinta que cañas de cerveza: hay más librerías que bares.

14.30 Paisaje y buena mesa

El Mesón Villa de Urueña (Corro de San Andrés, 6) (12) trabaja mucho y bien la cuchara y las carnes. Su propietario, Luis Antonio Vallecillo, de 51 años, canta el menú del día y describe el entorno de Urueña como un “paisaje cambiante de tres colores: amarillo, marrón y verde, además de unos juegos de color en ajedrez y unos caminos en línea que son espectaculares”. El particular homenaje del mesón al pueblo es un postre de hojaldre, mazapán y helado en forma de librillo. Otras buenas opciones para comer son Los Lagares de Urueña (Catahuevos, 21; loslagares.com) y La Real (Real, 11). Ciertas lecturas abren el apetito.

El Espacio DiLab en la localidad vallisoletana.
El Espacio DiLab en la localidad vallisoletana.gonzalo azumendi

17.30 Siseo de páginas

Cada librería de este lugar es una historia aparte, más platónicas que empresariales. Lo suyo es visitarlas todas, aunque no siempre están abiertas. La que nunca falla es Primera Página (Corro de Santo Domingo, 15; libreriaprimerapagina.es) (13). La regenta una pareja vasca, la periodista Tamara Crespo y el fotoperiodista Fidel Raso. La localidad y sus alrededores les sedujo tanto que antes que libreros fueron vecinos del pueblo. Su local es pequeño, estrecho y alargado. “Está decorado con objetos traídos por nosotros de nuestros viajes por el mundo. Es una trinchera, como me gusta llamarla”, dice Tamara. Eso sí, en lugar del siseo de las balas se oye el del pasar de las páginas de los curiosos lectores-clientes.

21.00 Ocaso al cubo

Tamara y Fidel aconsejan terminar la jornada contemplando la puesta de sol en el Cubo Nuevo de la muralla (14), en el extremo noroeste. Momento del día que regala luz y silencio para contemplar ese mar sin olas sobre el que emerge esta villa librera.

23.00 Descanso rural

La noche se puede pasar o en el hotel Pozolico (Corro de Santo Domingo, 9; pozolico.com) o en alguno de sus alojamientos rurales (villadeuruena.es), como la Casa de los Beatos (calle Nueva, 4) (15), de la Anunciada (Catahuevos, 5) (16) o de los Ilustres (La Parra, 24) (17), al calor del fuego de sus chimeneas. Un bendito peligro en un pueblo de piedra por fuera y pasta de celulosa por dentro.

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