Nueve trotamundos de lujo marcan un mapa de lugares mágicos
Un amanecer en la selva de Tailandia, caballos al galope en las llanuras argentinas o una plaza inesperada en Roma. De Amaral al Mago Pop, relatos de experiencias maravillosas que nunca se olvidan
Un amanecer en la selva de Tailandia, caballos al galope en las llanuras argentinas, los colores de la medina de Fez o una plaza inesperada en Roma. Hay experiencias maravillosas que nunca se olvidan. De Amaral a El Mago Pop, nueve trotamundos de lujo nos descubren sus rincones favoritos en el mundo. Inspiración viajera que se suma a las propuestas de Fitur, la Feria Internacional de Turismo de Madrid.
Misiones y Mendoza (Argentina)
Eva Amaral, cantante y compositora
Era 2013 y una gira la llevó a recorrer Sudamérica durante dos meses. Mil recuerdos, pero se detiene en las horas de carretera por las provincias de Misiones y Mendoza, en la llanura argentina. “Vi caballos cabalgar al atardecer”. Los contempló desde la furgoneta en la que viajaba junto a su compañero de banda Juan Aguirre y con el road manager del dúo y su técnico de sonido. “Estaba en una fase de cambio personal y de reencuentro con el concepto de la soledad. De ese momento nacieron canciones”. Su afición a la fotografía la llevó también a un desguace de barcos del río Riachuelo, en Buenos Aires.
Qué ver en Buenos Aires: el barrio de La Boca, junto al Riachuelo, con la legendaria calle Caminito y sus fachadas de colores y sus bares y milongas. Distritos como San Telmo, Palermo o Villa Crespo, un vecindario porteño de pura cepa con pequeños talleres y garajes convertidos en galerías de arte y salas de teatro alternativo. Puerto Madero, la renovada zona portuaria junto a la bahía con silos convertidos en hoteles de lujo. El cementerio de Recoleta, en el barrio más cheto (pijo) de la ciudad. A 117 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, en medio de la Pampa húmeda, la gran llanura que se extiende hasta la provincia norteña de Corrientes, se encuentra San Antonio de Areco, un pueblo de calles adoquinadas considerado la capital del gaucho argentino.
Cómo llegar: Iberia, Air Europa, Aerolíneas Argentinas y Norwegian tienen vuelos directos entre Madrid y Buenos Aires desde 510 euros, ida y vuelta. Level vuela sin escalas desde Barcelona por unos 550 euros.
Ho Chi Minh (Vietnam)
Ricard Camarena, cocinero
Su destino fetiche es Asia —“intento viajar por la comida y este es un lugar inagotable”— y dice que el viaje que más le marca es siempre el más reciente: y el último fue Vietnam. Sobre todo recuerda su ruta gastro por Ho Chi Minh. “Hicimos un tour con un chef [con Back of the Bike Tours] para conocer en un día 25 puestos de comida callejera. Fue alucinante; además, entre los sitios había una distancia brutal, así que lo hicimos en moto”. Una aventura que recomienda hacer, y hacerla sin prejuicios: “Se come donde uno no lo haría y así se disfruta la experiencia”.
Qué ver en Ho Chi Minh: Dong Khoi y los bulevares arbolados de Le Loi y Nguyen Hue delimitan el mapa chic de Saigón, el de los hoteles de lujo y las boutiques. Alrededor del mercado de Ben Thanh, junto al bulevar Le Loi, abundan los puestos de comida callejera, una de las mejores del mundo: un largo repertorio de sabores fragantes, ácidos, especiados y picantes… tan diverso como el país y con influencias chinas y francesas.
Cómo llegar: Vietnam es un país seguro (de casi 90 millones de habitantes), barato (Ho Chi Minh y Hanói encabezaron la lista Forbes de las 10 mejores ciudades de Asia por calidad-precio para viajar en 2018), la comida es exquisita y compañías como Qatar, Emirates o Thai Airways operan rutas aéreas desde España (con una escala) desde 590 euros, ida y vuelta, con la opción de entrar por Hanói y regresar desde Ho Chi Minh (o viceversa). Los ciudadanos españoles no necesitan visado para Vietnam siempre que su estancia no sea superior a 15 días y se haga una sola entrada al país.
El valle de la Becá (Líbano)
Carme Chaparro, periodista y presentadora de Cuatro al día
“El valle de la Becá lo recomiendo cien por cien”. Allí se quedó impresionada con los templos de Baalbek: “Una maravilla arqueológica con restos romanos. Vi templos que aún tenían parte del techo”, recuerda. Viajó a Líbano a finales de los noventa, poco después del fin de una cruda guerra civil. Para ella fue un shock y un descubrimiento, por su increíble riqueza cultural y “por ser un lugar donde disfrutar de la mezcla de Oriente y Occidente”. Un contraste que apreció también paseando por Beirut.
Qué ver en Beirut: la capital libanesa se baña en las playas de la Corniche y baila en los pubs de Hamra, la bulliciosa avenida del barrio musulmán. La arquitectura tradicional sigue siendo el atractivo visual del barrio de Gemmayzeh, con sus edificios de ventanas abovedadas y azulejos de colores que datan de la época del mandato francés. Baalbek, un impresionante conjunto de templos, la mayoría romanos, se encuentra en el valle libanés de Becá, a dos horas en coche desde la capital del país. Fue primero un santuario fenicio dedicado al dios Baal, después una ciudad griega y más tarde la Heliópolis romana. De entre todas las construcciones destaca el templo de Júpiter y sus gigantescas columnas de granito.
Cómo llegar: dada la inestable situación en la zona, el Ministerio de Asuntos Exteriores español recomienda extremar las medidas de seguridad y autoprotección a quienes viajen a Líbano. Middle East Airlines (MEA) y Air Europa operan vuelos directos entre Madrid y Beirut. Desde 275 euros, ida y vuelta.
Las Vegas (EE UU)
El Mago Pop, ilusionista
“El viaje que cambió mi vida fue la primera vez que fui a Las Vegas. Me despertó la ilusión de hacer espectáculos más grandes y emocionantes”. Era 2010, Antonio Díaz fue a ver a David Copperfield y también le impactó el espectáculo Love, del Circo del Sol. Desde entonces ha visitado unas 15 veces más esta “luminosa, sorprendente y concurrida” ciudad, siempre para ver uno de los shows en cartel en Las Vegas Strip y con el ritual de escaparse un día al Gran Cañón. Diez años después, llena el teatro en la Gran Vía (Madrid) y en 2020 estará en Broadway.
Qué ver en Las Vegas: el Circo del Sol presenta de forma simultánea seis producciones permanentes en Las Vegas: desde O, el espectáculo acuático en el hotel Bellagio, hasta la provocadora Zumanity, la apuesta erótica que se estrenó en 2003 en el New York-New York Casino que descubre el lado más sensual del Circo del Sol, o producciones veteranas como Mystère, en el casino Treasure Island; Kà, en el escenario de 360 grados del MGM Brand, o Love, un homenaje a los Beatles en el hotel Mirage.
Y luego están las bodas, que en esta ciudad del Estado de Nevada (EE UU) adquieren proporciones delirantes: cada año, más de 60.000 parejas se dan el sí en alguna de las decenas de wedding chapels del bulevar Strip o de hoteles-casino como el Caesars Palace o The Venetian, donde se ofrecen ceremonias desde los 200 euros hasta más de 3.000.
Cómo llegar: las aerolíneas Iberia, Norwegian y American Airlines vuelan a Las Vegas (con una escala) desde 549 euros por persona, ida y vuelta.
Khao Sok (Tailandia)
Blanca Padilla, modelo
En sus escapadas busca la naturaleza. El año pasado pasó su cumpleaños en una cabaña flotante, “sin grandes lujos”, en el lago Cheow Lan del parque nacional de Khao Sok (Tailandia). “Estábamos rodeados de acantilados de piedra caliza e islotes, y era impresionante acercarte en kayak a ver la fauna y flora”. “El silencio y las estrellas en el lago durante la noche y los intensos ruidos de la selva despertando al amanecer no se me olvidarán nunca”, dice, para luego hacer un llamamiento a cuidar del medio ambiente entre todos.
Qué ver en Khao Sok: más allá de playas como las de la isla de Koh Phangan y sus Full Moon Parties (fiestas de la luna llena), Tailandia atesora lugares como el parque nacional de Khao Sok, un paisaje de picachos calcáreos y selvas tropicales donde crece la rafflesia, la mayor flor. Desde el centro de visitantes y los alojamientos flotantes del lago Cheow Lan se organizan trekkings por el parque y excursiones en canoa.
Unos 700 kilómetros al norte del parque está Bangkok, una ciudad de ocho millones de habitantes, con su heterogénea mezcla de templos, jardines, neones y puestos callejeros. El río Chao Phraya divide la capital tailandesa y refleja monumentos como el Wat Phra Keo, el templo del Buda Esmeralda. Bulliciosa de día, vibrante de noche, es una ciudad en vertical, con rascacielos en los que se desarrolla una vida paralela a la de la calle.
Cómo llegar: compañías como Thai Airways, Qatar, Emirates o KLM vuelan a Bangkok desde Madrid y Barcelona por 507 euros, ida y vuelta.
Roma (Italia)
Santiago Posteguillo, escritor
A los seis años quedó fascinado ante el Coliseo. “Después he ido muchas veces a Roma y he leído mucho. Allí está lo mejor y lo peor del hombre expresado a través de su historia. El impacto que me ha causado ha influenciado en el tipo de novelas que he escrito”. Como su trilogía Africanus, sobre Escipión y Aníbal, o Yo, Julia, premio Planeta 2018. De la capital italiana destaca Largo di Torre Argentina, una plaza con restos arqueológicos que apenas visita nadie. Un lugar “histórico, poderoso y sangriento”; allí fue asesinado Julio César.
Qué ver en Roma: deambular entre fachadas revocadas de almagre y dejarse seducir por unos spaghetti alle vongole en un restaurante del Trastevere son placeres que justifican una escapada a la capital italiana. Uno de los monumentos romanos mejor conservados es el Panteón, mandado construir hacia el año 125 por el emperador Adriano. Basílicas paleocristianas como la de Santa Pudenciana o la de Santa Prassede all’Esquilino son una estimulante alternativa a San Pedro y los Museos Vaticanos. O iglesias como San Luis de los Franceses, con sus luminosos y sombríos caravaggios. Desde los Museos Capitolinos se tiene la mejor vista del Foro, el monte Palatino y el Coliseo.
Desde la colina del Capitolio, centro de poder durante siglos, Bruto arengó al pueblo con el cuerpo de Julio César todavía caliente tras ser asesinado, en el año 44 a. de C., en la Curia de Pompeyo mientras presidía la reunión del Senado.
Cómo llegar: Ryanair, Vueling e Iberia vuelan sin escalas desde 40 euros, ida y vuelta.
Estrómboli (Islas Eolias)
Lorenzo Castillo, decorador e interiorista
El pasado verano estuvo embarcado unos 20 días camino de Sicilia, y a su paso por las islas Eolias vivió un momento que describe como increíble. “Vimos la erupción del volcán Estrómboli bajo la luna llena. Parecía el fin del mundo, las explosiones eran brutales. Fue mágico”. Se acercaron a la isla italiana por el sur. “Si te fijabas, veías pequeñas luces camino a la cima. Luego nos enteramos de que eran las linternas de quienes hacían trekking al anochecer. También visitamos la isla de Panarea, llena de casas blancas maravillosas”.
Qué ver en Estrómboli: el volcán de la isla se eleva 926 metros sobre el nivel del mar. Está en constante erupción y se puede hacer una excursión para oírle rugir y observar el magma incandescente en el cráter. La caminata, que no es sencilla, suele empezar por la tarde, para llegar a la zona alta (200 metros por debajo de la cima) al anochecer. La organizan empresas como Totem Trekking.
Estrómboli es una de las siete islas del archipiélago volcánico de las Eolias, al noreste de Sicilia. Junto a Lípari, Vulcano, Salina, Filicudi, Alicudi y Panarea, fueron declaradas patrimonio mundial en 2000. Un destino que inspiró películas como Stromboli, de Roberto Rossellini, o el libro Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne.
Cómo llegar: desde la Italia peninsular (de Regio de Calabria o Nápoles) y desde Sicilia (de Mesina y Milazzo) parten ferris a las Eolias. De Milazzo a Lípari cuesta 17,20 euros, ida y vuelta. En verano hay más frecuencias, con salidas también desde Palermo.
Fez (Marruecos)
Charo Izquierdo, directora de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid
Recuerda con pasión sus 12 días en Marruecos cuando estudiaba Periodismo. “Un viaje iniciático”, dice, del que aprendió cómo organizar y financiar una escapada. Visitó Rabat, Casablanca, Tánger, Mequinez y Marrakech, y se enamoró del zoco de Fez. “Fue el descubrimiento de otra cultura y de los zocos, con los olores y los tintes del cuero. Me encanta entrar en ellos y pasear entre la gente”. Hoy, su amor por la moda y su profesión le llevan siempre a bucear en las tiendas de todos sus destinos en busca de prendas y accesorios.
Qué ver en Fez: murallas, palacios, mezquitas y madrasas atestiguan el glorioso pasado de la que es la tercera ciudad marroquí, con una población que supera el millón y medio de personas. Está dividida en tres: Fez el Bali, la ciudad vieja, fundada en 789 por Idrís I; Fez el Jedid, edificada en el siglo XIII por los meriníes, y, por último, la Ciudad Nueva, construida por los franceses, con la avenida de Hassan II como eje principal. Fez el Bali es un enmarañado y oloroso laberinto de callejones por donde se reparten, agrupados por gremios de artesanos, los zocos de plateros, comerciantes de cobre, curtidores o tintoreros.
Otras posibles paradas de un viaje a Marruecos son las ciudades de Marrakech, Rabat, Mequinez y Tánger; Chauen y las montañas del Rif; Asilah y Esauira, en la costa atlántica, y los valles del Draa, el Dadés y el Todra y las casbas de Zagora, Erfud y Uarzazate, en el sur.
Cómo llegar: Ryanair ofrece vuelos directos a Fez desde Barcelona, Madrid, Sevilla y Valencia con tarifas que parten de 33 euros, ida y vuelta.
Amatongas (Mozambique)
Saúl Craviotto, piragüista olímpico
Su elección no tiene que ver con el placer o la competición. Fue su papel de embajador de Manos Unidas lo que le llevó hasta la rural Amatongas, donde inauguró un pabellón deportivo para 1.200 niños. “Vi una realidad distinta a la que estamos acostumbrados cuando viajamos como turistas. No estuve en hoteles, sino en poblados hablando con gente con necesidades”. Humildad, pobreza y felicidad son las palabras que usa para describir el lugar. Él, por ahora, prefiere hacer viajes diferentes: “Para ir a París o Nueva York siempre hay tiempo”, dice.
Qué ver en Mozambique: la pequeña isla de Mozambique (Ilha), unida al continente africano por un puente de tres kilómetros y distinguida como patrimonio mundial por la Unesco, encierra un mundo donde se funden influencias africanas, árabes y portuguesas, desde los edificios coloniales de Cidade de Pedra e Cal hasta las casas de adobe y palma de Cidade de Macuti. Ibo es la puerta al parque nacional de las Quirimbas, un archipiélago de 28 islas que se estira 400 kilómetros frente a la costa norte.
Mozambique es un país alejado de los mapas más turísticos; sin embargo, concentra algunos de los paisajes más bellos de África. La excolonia portuguesa seduce con más de 1.500 kilómetros de inmensas playas abiertas al océano Índico, como las de la costa este de Bazaruto, la mayor de las cinco islas del archipiélago homónimo, uno de los ecosistemas coralinos y bosques de manglares mejor conservados del mundo.
Cómo llegar: Tap vuela a Maputo (vía Lisboa) con Iberia o Lufthansa, desde 457 euros.
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