Unsi Terrazas 2014: garnacha recuperada

Un ejemplo más de cómo un enólogo apasionado puede ser el factor determinante para que cepas infravaloradas —semiolvidadas por la poca producción y dificultad de acceso— ocupen el sitio que se merecen, en este caso la garnacha. Gonzalo Celayeta Escudero es un experto en rescatar del olvido viejos viñedos perdidos en pequeñas fincas de la baja montaña navarra, dentro de la comarca de San Martín de Unx. Una vez conseguidas la uvas, elabora su vino en Bodegas San Martín mediante un cuidadoso proceso que busca resaltar, pero sin maquillar, la ...

Un ejemplo más de cómo un enólogo apasionado puede ser el factor determinante para que cepas infravaloradas —semiolvidadas por la poca producción y dificultad de acceso— ocupen el sitio que se merecen, en este caso la garnacha. Gonzalo Celayeta Escudero es un experto en rescatar del olvido viejos viñedos perdidos en pequeñas fincas de la baja montaña navarra, dentro de la comarca de San Martín de Unx. Una vez conseguidas la uvas, elabora su vino en Bodegas San Martín mediante un cuidadoso proceso que busca resaltar, pero sin maquillar, la personalidad de estas soberbias garnachas históricas, cultivadas a 700 metros de altura en laderas de pronunciada pendiente, sobre suelos calizos, pedregosos y con una significativa capa de arcilla.

Por eso limita la crianza en roble francés nuevo a seis meses, y lo hace tanto en barricas de 700 litros como en tinos de 3.500 litros. Así, la madera aporta su cuota imprescindible de especias, tostados y torrefactos, fortalece la estructura y dota de untuosidad al vino sin estridencias, de forma elegante y sutil, permitiendo que la frescura frutal sea la carta de presentación del tinto, junto a sus notas de hierbas de monte y perfumes florales. Todo un alarde que reivindica la denostada garnacha, que en Navarra parecía condenada al rosado.