Y Homer Simpson se mudó a Austria
Desde un tratamiento de cerveza que empieza en la piscina y acaba en la mesa hasta un palacio termal en el Pirineo. Los lectores recomiendan siete destinos para relajarse entre los líquidos más dispares
A falta de aguas termales, un barril de cerveza tibia. El sector del relax evoluciona a velocidad de vértigo y ya no es imprescindible un manantial de sulfuroso torrente para un completo y curativo tratamiento antiestrés. Desde la Granada andalusí hasta el mismísimo Mar Muerto, siete propuestas de los lectores para una desconexión flotante.
01 Nadar en cerveza
Es posible cumplir uno de los grandes sueños de Homer Simpson: "sumergirse en un barreño de cerveza gigante". David Mérida lo califica de fascinante, pues "no es sólo el aroma a levadura de malta, sino también la sensación pegajosa y templada que rodea a tu cuerpo". Esto es posible en la fábrica de cerveza Starkenberg (www.starkenberg.at) en Tarrenz, Austria. Y a las afueras de Salzburgo, en Franking, otra dosis corporal de cebada fermentada: "el hotel Moorhof (www.moorhof.com) ofrece un completo tratamiento basado en la cerveza desde el spa hasta la mesa".
02 Manantial andalusí
Una carretera que atraviesa un agreste paisaje, encajonado entre paredes verticales a ambos lados de un río, introduce al visitante en uno de los espacios termales más sorprendentes del continente: el balneario Alhama de Granada. Realiza las presentaciones Noemí Giner: "Forma parte de un territorio ecológicamente muy rico en biodiversidad, tanto fauna como flora. Una zona fresca, umbría y húmeda con gran riqueza paisajística y ecológica". Puertas adentro, "existen dos manantiales de aguas minero-medicinales, termales y a una temperatura de 47 grados. En la sala central surge el manantial con arcos de herradura y bóvedas esquifadas, considerada como una joya del arte nazarí". Liberado el cuerpo de todo mal, la oferta de Alhama incluye la Ruta de Ibn al-Battuta, "célebre viajero y geógrafo árabe", apostilla Noemí.
www.balnearioalhamadegranada.com
Boletín
03 Lujo termal, precio asequible
Patricia de la Orden apuesta por un clásico a nivel nacional, el Balneario de Archena, en Murcia. "El balneario está muy bien, tiene tres hoteles en la misma instalación, pero son un poco elevados de precio, aunque se evita así tener que estar desplazándote". Y si está todo ocupado, esta lectora propone un plan B más propicio para tiempos de ajustes. "El Hote Hyltor está a 15 minutos caminando por un paseo. Hemos estados dos noches en media pensión por unos 224 euros. Lo que te ahorras en el hotel te vale para la entrada al balneario, que son 14 euros (solo las piscinas, hasta las 22 horas)".
04 Balneario de interior
La propuesta de Alejandro Hernández nos lleva al centro de la Península. "Mi pareja y yo estuvimos en el balneario de la cadena Barceló en Layos, Toledo", el Hotel Balneario Alba de Layos, "un paraíso del descanso y la relajación, con todo perfectamente planificado. Alejandro salió, sobre todo, con bastantes ganas de volver, "pues consigues relajación absoluta, y que el cuerpo castigado de la actividad diaria reviva y tenga bríos suficientes para la vuelta al día a día". En resumen, "maravillosos días".
05 Baños centenarios
"Conforme vas ascendiendo hacia el Balneario de Fitero (Navarra), parece que el tiempo se ha parado". Así introduce Pilar Latre una propuesta termal y ya centenaria, de tintes poéticos: Gustavo Adolfo Bécquer, asiduo de estos manantiales, trazó aquí los versos de La cueva de la mora. "No se puede explicar lo que se siente al bañarse en una piscina de agua cálida mirando a la montaña. Tienen tratamientos para reuma, enfermedades respiratorias, ansiedad... Una gozada para enfermos y sanos".
06 Palacio del Pirineo
Todavía en suelo navarro, y en clave más familiar, José Ignacio Macías propone el Palacio del Pirineo. "Un balneario rural, con posibilidad de alojarse en apartamentos, habitaciones o alquilar casa completa. Muy recomendable para ir con niños". Quizá porque además de relax, también hay "posibilidad de hacer deportes varios, visitar la Foz de Lumbier, Roncesvalles, Ochagavía, Castillo de Javier, Monasterio de Leyre, todo ello muy cercano. Sitio muy tranquilo, de ambiente familiar y buena relación calidad-precio".
07 La riqueza del Mar Rojo
"Resulta una sensación impresionante sumirse en las aguas del Mar Rojo y verse rodeado de cientos de peces de colores". Nisrine Haddouch sugiere un relajante baño en estas aguas para cuyo nombre propone dos teorías: "una afirma que durante ciertas épocas hay algas que colorean de púrpura las aguas, la otra que su nombre se debe a las llamativas tonalidades que adquiere el cielo durante sus atardeceres". Esta lectora aconseja nadar sin prisas en los diferentes matices cromáticos que adquiere tan estilizado mar, "desde el azul marino al celeste", y que asegura Nisrine nunca deja de crecer: "África continúa alejándose de Arabia y según los científicos llegará un día, dentro de millones de años, en que el Mar Rojo alcanzará el tamaño del Atlántico".
