El residente local, Valery, mostraba la profundidad del agujero del último bombardeo que tuvo lugar en un campo detrás de su casa en el pueblo de Tamarchuk, cerca de Marinka, no lejos de la ciudad de Donetsk (Ucrania). Tamarchuk solo tiene 15 residentes y se encuentra en una 'zona gris' entre Ucrania y militantes prorrusos. No hay tropas ucranias en el pueblo, pero los partidarios del Kremlin lo han bombardeado durante tres días seguidos. El último bombardeo fue a las nueve de la mañana del 20 de febrero.STANISLAV KOZLIUK (EFE)Los rescatistas que llevan buscando pasajeros desaparecidos de un ferry que se incendió frente a la isla griega de Corfú recuperaron el cuerpo de un camionero que quedó atrapado dentro de su vehículo calcinado, la primera víctima mortal confirmada.HELLENIC FIRE SERVICE (AFP)Varias personas esperaban en su coche para ver los fuegos artificiales de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno 2022 en el Estadio Nacional de Pekín.NOEL CELIS (AFP)Una calle generalmente concurrida en el distrito de Causeway Bay de Hong Kong se veía vacía este lunes, cuando la ciudad enfrenta su peor ola de coronavirus hasta la fecha.Peter PARQUES (AFP)Un niño caminaba por un centro de alojamiento temporal para los evacuados de las regiones controladas por separatistas del este de Ucrania, en la ciudad de Taganrog (Rusia).SERGEY PIVOVAROV (REUTERS)Un grupo de personas evacuadas de la autoproclamada República Popular de Donetsk se sientan en un autobús esperando que su tren sea evacuado hacia Rusia, en la ciudad de Taganrog. Más de 60.000 personas procedentes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, cruzaron la frontera con Rusia huyendo de la escalada del conflicto en la zona.SERGEY PIVOVAROV (REUTERS)Trabajadores de una fábrica de ladrillos en Dhaka, Bangladés.Kazi Salahuddin Razu (NurPhoto)Barreras para proteger las viviendas de las inundaciones en el río Severn, en Ironbridge, Gran Bretaña, este lunes.Varias personas trabajaban para extinguir el fuego que seguía consumiendo árboles y pastos en San Luis del Palmar, provincia de Corrientes, Argentina.Matias Baglietto (REUTERS)
