Las madres de menores que teletrabajan son las que más estrés soportan en el confinamiento
La falta de corresponsabilidad en la crianza y el reparto no igualitario de las tareas en el hogar, entre las principales razones, según un estudio
El confinamiento ha cambiado de forma abrupta las responsabilidades de los padres hacia sus hijos, no es que antes de la pandemia del coronavirus no las tuvieran, pero de pronto, los progenitores no solo cuidan y educan, sino que además son profesores, cocineros, monitores de tiempo libre… Y todo ello, en un espacio limitado, como es el hogar, y en el que además tienen que combinar muchas veces su trabajo, o teletrabajo, con todas estas tareas.
El encierro que las familias están viviendo desde hace casi dos meses ha hecho que muchos cambien sus rutinas para poder conciliar de la mejor manera posible. Una situación que se puede complicar un poco más en los próximos días, cuando muchos padres y madres deban volver a su puesto de trabajo, mientras sus hijos no pueden hacer lo propio yendo al colegio. Aunque hay una excepción. Solo podrán acudir a los centros educativos los menores de cero a seis años, pero cuando ambos progenitores trabajen fuera de casa. Desde los centros educativos aclaran que “la vuelta a las aulas no será para seguir el programa educativo, sino para contrarrestar las tareas de cuidado que los padres no pueden hacer”, según información facilitada a los padres en un colegio de Madrid. La norma deja así fuera a todos los demás hasta septiembre, salvo para tareas de recuperación, poniendo en jaque a muchas familias.
Todo este caos al que se ha sometido a las familias, nuevo para todos y necesario ante el gran número de infectados y fallecidos de las últimas semanas, ha hecho que cada miembro del núcleo familiar adquiera su parte de responsabilidad en las tareas de esta nueva crianza. Pero, ¿está siendo un reparto igualitario? ¿padres y madres se están ocupando de las tareas de la misma forma?
El reparto de las tareas en casa
Según un estudio que se está elaborando por las profesoras del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València (UV) Cristina Benlloch, Empar Aguado y la politóloga-jurista Anna Aguado: “Las mujeres con menores que teletrabajan soportan la mayor parte del estrés del confinamiento”. La investigación, en la que la participación ha sido voluntaria y de la que algunas de sus conclusiones se han publicado en un artículo en la plataforma de divulgación científica The Conversation, forma parte del proyecto Conciliación familiar en tiempo de confinamiento por COVID-19 (Family reconciliation in times of confinement, por su nombre en inglés).
El estudio pretende conocer cómo afecta el confinamiento al trabajo y a la conciliación familiar, según se explica en un comunicado de la universidad. A partir de entrevistas telefónicas y una encuesta online, las expertas concluyen “que el seguimiento escolar de hijos e hijas en edad educativa lo hacen sobre todo las madres y que en algunos casos las mujeres están teniendo que facilitar el teletrabajo a sus parejas”. Este hecho, según las autoras, se ha convertido “en un elemento de ansiedad y estrés añadido al hecho de teletrabajar”.
El objetivo era analizar cómo se están administrando los tiempos en casa durante el confinamiento. “Es habitual por parte de las madres teletrabajar durante la madrugada, bien sea retrasando el momento de ir a la cama o levantándose antes que el resto de miembros de la familia”, explica Cristina Benlloch en el texto. También añaden que es cierto que “en algunas parejas hay una mayor disposición por parte de los hombres a hacer tareas que no solían realizar antes, como poner lavadoras, cocinar, ir a la compra o compartir horas de juego con los niños”. En definitiva, lo que se pretende con este estudio es “comprender los efectos que pueda tener esta crisis sobre la conciliación entre las mujeres que se encuentran teletrabajando con menores a su cargo. Observar cómo desde las unidades familiares se está abordando la reconciliación en un momento en el cual el hogar condensa todos los espacios sociales de producción y reproducción”, concluye Anna Aguado Roselló en el comunicado.
Las dificultades de las madres ante el teletrabajo
“El 80% de las mujeres tiene dificultades para teletrabajar durante este confinamiento”, según datos de la encuesta de la Asociación Yo No Renuncio, impulsada por el club de Malasmadres, y que lanzó con motivo del Día de la Conciliación el pasado 23 de marzo, en la que participaron 12.604 mujeres y madres. Según sus resultados, “en el 97% de los casos las interrupciones de los hijos e hijas es la principal barrera que encuentran las madres a la hora de teletrabajar seguido muy de cerca por la falta de concentración (un 67%)”. En cuanto al reparto de tareas y la corresponsabilidad de las familias, sus datos indican que este tema no ha sufrido mejora en este tiempo de encierro: “De hecho, en el 66% de los hogares se ha mantenido y en un 13% de ellos ha empeorado”. Según Malasmadres, todo esto ha hecho que “siete de cada 10 mujeres no hayan logrado establecer un espacio físico exclusivo para el trabajo y que tres de cada cuatro no estén cumpliendo con los horarios laborales”.
“Siete de cada 10 mujeres no hayan logrado establecer un espacio físico exclusivo para el trabajo y tres de cada cuatro no estén cumpliendo con los horarios laborales”, según una encuesta de Malasmadres
"Es cierto, que los hombres participan cada vez más en la educación de sus hijos, pero sí es verdad que las mujeres sufren más estrés porque se anticipan más a lo que va a suceder, queriendo tener todo muy controlado, y eso les puede causar una mayor tensión", explica Pilú Hernández Dopico, diplomada en magisterio en educación especial: audición y lenguaje en la Universidad Pontificia de Salamanca. "Tenemos que tener en cuenta que nadie ha escogido esta situación, sino que es algo impuesto debido a las circunstancias que estamos viviendo. A esto le debemos añadir que los hijos también están teleestudiando en casa, sin los conocimientos adecuados ni una competencia digital apta para el aprendizaje a distancia", añade la experta.
Para Hernández Dopico, resulta paradójico que la competencia digital esté recogida en nuestra Ley de Educación como algo que se trabaja y que han de tener adquirida al acabar la etapa de la Educación Primaria. "Con esta situación hemos verificado que es algo que no se trabaja en las aulas de manera plena. El uso de la PDI (Pizarras Digitales Interactivas), no implica, necesariamente, el conocimiento pleno de la competencia digital”. “De esta forma, hemos corroborado que han sido las familias en este escenario de confinamiento las que han hecho posible que esta situación se haya podido llevar a cabo", explica la experta. "Por ello sí existe un extra de carga mental, pero no tiene por qué llévala más la mujer que el hombre. Todo esto depende de muchos matices como, por ejemplo, horarios de trabajo, rutinas, formas de ser, entre otras… En definitiva en todas las casas la carga emocional ha sido, está siendo, alta", prosigue.
La experta mantiene que para conseguir un reparto equitativo de las tareas, primero habrá que establecer un reparto de las tareas cuantitativas, "por ejemplo, uno hace la comida, otro la colada". "El problema viene cuando son tareas cualitativas", continúa,"cada miembro de la familia se le da mejor una cosa o tiene más facilidad para algo o simplemente un horario más accesible, así que, según esto, lo mejor es compensar estas tareas con las específicas de la casa". "No debemos olvidar que es un buen momento para incluir a los más pequeños en las tareas del hogar y tratando la casa como un auténtico colegio, donde cada estancia tiene su trabajo específico: por ejemplo, la cocina, será un auténtico laboratorio donde pueden aprender como un alimento cambia de color, de estado líquido a gaseoso, etcétera", concluye Hernández Dopico.
Consejos para que las madres lo lleven mejor
El primero y creo que más importante, las madres no deben sentirse, debemos de cuidarnos a nosotras mismas, "ya que este confinamiento está afectando a todos los aspectos: vida, salud mental, planes de futuro no lejano, etcétera", explica Pilú Hernández Dopico.
El autocuidado: si tú no te cuidas nadie te cuidará por ti, es importante y necesario estar fuerte para poder ayudar a los tuyos.
Tomar decisiones: aunque algunas sean mejores que otras, pero tomarlas.
Si un día no te encuentras bien, con sobrevivir vale y delega.
No te preocupes, ocúpate: muchas veces nos adelantamos a lo que va a pasar y en estos momentos nadie lo sabe, así que no te preocupes y actúa
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