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‘Rosas en el mar’: Aute, Massiel y una canción de denuncia que no lo parecía

El primer éxito del cantautor, fallecido este sábado a los 76 años, fue también el debut de Massiel y un inesperado himno político en pleno franquismo

Luis Eduardo Aute durante un concierto en 1983.
Luis Eduardo Aute durante un concierto en 1983. Incorporó 'Rosas en el mar' a la mayoría de sus conciertos desde finales de los sesenta.Agencia Getty
Carlos Primo
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En el mar no crecen rosas. El punto de partida de Rosas en el mar, la canción que marcó el inicio de Luis Eduardo Aute, el cantautor fallecido este sábado en Madrid a los 76 años, era la enumeración de una serie de imposibles basadas en esta imagen paradójica, la de la flor romántica por excelencia sumergida en las profundidades marinas. Hasta ahí, todo bien. De hecho, la primera estrofa –“Voy buscando un amor que quiera comprender la alegría y el dolor, la ira y el placer”– es una trampa que hace creer que nos hallamos ante una canción de amor que casi parafrasea los votos matrimoniales. Y puede que ese romanticismo fuera esencial para convertirla, en la España de 1967, en todo un éxito que puso la semilla no solo de la carrera de Aute, sino también de su intérprete, una joven vocalista de nombre sofisticado, Massiel, que iniciaba una trayectoria ascendente como estrella pop.

Hay algo hipnótico en la secuencia de la película Codo con codo (1967) en que una Massiel jovencísima y ataviada con pamela fucsia, blusa a juego y grandes pendientes de perlas interpreta la canción acompañada al teclado por Micky, el cantante, músico y compositor que en 1977 fue a Eurovisión con Enséñame a cantar. Especialmente porque la escena, llena de belleza sesentera y naif, esconde un poderoso mensaje político. Luis Eduardo Aute compuso aquella canción como homenaje a la Revolución Cubana, que en aquellos años cosechaba adhesiones entre jóvenes intelectuales de izquierdas en Europa.

De hecho, tras la primera estrofa amorosa –para despistar, por así decirlo–, la canción pasaba a girar casi exclusivamente sobre un mismo tema: la libertad, “derecho de la humanidad” y, sobre todo, su ausencia. La propia Massiel lo recordaba en una entrevista en este periódico el año pasado: “Yo he corrido delante de los grises. Yo he vivido el mayo del 68: estaba ganando Eurovisión, pero en 1966 estaba cantando gratis en Cuba para conocer la revolución. De ahí la leyenda de Rosas en el mar”.

Esta leyenda, en cualquier caso, acompaña a una composición soberbia, todo un himno político e íntimo al que otros artistas se han acercado posteriormente. El propio Aute la grabó un año después en su primer álbum, Diálogos de Rodrigo y Ximena, y la incorporó a su propio repertorio como vocalista en álbumes en directo y de versiones como Aute Retratos. Cuando era el propio Aute quien la interpretaba, acentuaba con arreglos sobrios y un tempo más pausado el carácter solemne, crítico y concentrado de un tema que, como casi todo lo que escribió, era mucho más que una golosina pop.

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Sobre la firma

Carlos Primo
Redactor de ICON y ICON Design, donde coordina la redacción de moda, belleza y diseño. Escribe sobre cultura y estilo en EL PAÍS. Es Licenciado y Doctor en Periodismo por la UCM

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