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Para qué pedalea Perico Delgado en Etiopía

Un documental en el que participa el famoso exciclista muestra la labor de una organización española en el país africano a través de un proyecto de salud basado en el deporte y la fisioterapia

El exciclista Perico Delgado con un grupo de niños etíopes.
El exciclista Perico Delgado con un grupo de niños etíopes.Holystic Pro-África
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Yago tiene 15 años y le asustan los sonidos fuertes, la muchedumbre ruidosa. Al nacer le diagnosticaron parálisis cerebral. Se equivocaron: era, en realidad, espina bífida y malformación de Arnold Chiari. Unas afecciones que también reducen el movimiento y provocan esa intolerancia al alboroto. Su estado, sin embargo, alumbró un proyecto donde prima el deporte, el contacto, el bullicio: Holystic Pro-África combina medicina, baloncesto o ciclismo en la región de Tigray, al norte de Etiopía.

O así es como Pablo Llanes, fundador de la ONG y padre de Yago, presentó Holystic Pro-África en público: el pasado día 25 de febrero estrenó en Madrid el documental Pedales por África, una grabación que sigue durante tres días a un grupo de profesionales recorriendo en bici parte del norte de Etiopía y que intercala en el metraje secuencias con el trabajo de la asociación. Lo encabeza el ciclista Perico Delgado, ganador de un Tour de Francia y dos Vuelta a España.

“Nació Yago y al poco tiempo me separé de su madre. Me fui de viaje a Etiopía y pasé unos días con el padre Ángel Olarán, una pieza fundamental del proyecto. Allí vi a otros yagos y decidí ayudar”, cuenta Llanes sobre el origen de Holystic Pro-África. En esta búsqueda, este fisioterapeuta de 45 años se topó con los inconvenientes cotidianos de centenares de niños y niñas en situaciones peores que la de su hijo. Y descubrió la recompensa de hacer algo por los demás.

Al volver, decidió dar el paso más inmediato: montaría una clínica donde poder ejercer su profesión sin recompensa económica. Corría 2006 y despegaba lo que ahora es una especie de aldea construida sobre tres patas: la salud, la formación y el deporte. Con el trabajo de profesionales en el ámbito médico y ayuda de figuras del baloncesto —como los jugadores Iñaki de Miguel o Zan Tabak y los árbitros Daniel Hierrezuelo, Mateo Ramos o Luis Manuel Sancha— Holystic Pro-África ha conseguido reunir a centenares de etíopes que se divierten, aprenden y tienen opción de curarse pese a las dificultades del entorno.

Ese era el objetivo, explica Llanes: “Queríamos llegar donde hubiera niños con discapacidad en estado de carencia y formar a profesionales para diagnosticar sus dolencias, localizándolas a edad temprana, no cuando sean ya mayores”. Levantaron en Wukro la clínica para afectados por alteraciones neurológicas y, poco a poco, introdujeron el baloncesto o los cursos de matrona, fundamentales a la hora de evitar problemas en el parto. “Muchas de las afecciones ocurren en este momento, por falta de oxígeno o mala praxis”, expone Llanes, con una amplia trayectoria en la fisioterapia deportiva.

Fui la primera vez en 2011 y fue un descubrimiento. Volví en 2018 y pensamos en qué podíamos hacer para prevenir las enfermedades causadas en el instante de dar a luz

Su prima Cecilia Ontiveros le respalda en este propósito. Con 36 años, Ontiveros coordina la formación de enfermeras y matronas en el área. Su puesto en el hospital de La Paz no le resta implicación y entusiasmo. “Fui la primera vez en 2011 y fue un descubrimiento. Volví en 2018 y pensamos en qué podíamos hacer para prevenir las enfermedades causadas en el instante de dar a luz”, comenta.

“Nos orientamos a la formación para que ellos se puedan abastecer con sus propios medios”, continúa Ontiveros. Cada vez que va, “sin muchas expectativas”, se sorprende. Dice que “la semillita” que aporta no se corresponde en absoluto con todo lo que recoge. “Es difícil de escribir: es una sensación que te llena el corazón”, anota, a pesar de que a veces la experiencia resulta “frustrante”. Ontiveros rememora algunas enseñanzas que atesora de Etiopía y afirma que al regresar necesita unos días de aclimatación. “Aquí nos ahogamos en un vaso de agua”, resuelve.

Tiene la misma sensación Perico Delgado, uno de los protagonistas del documental (participan otros profesionales como Miguel Silvestre Iniesta o José Luis Gómez Miranda). El segoviano había visitado el país en el año 2000. En esta ocasión se sumó a esos Pedales por África para realizar unos 200 kilómetros en tres etapas. “Cuando vas a un país como este nunca sabes lo que te vas a encontrar”, señala el ciclista, “yo lo vi algo mejor que en mi primera vez, pero con un avance mínimo”.

Y añade: “Creo que en Europa vivimos muy encerrados en nuestras celditas y perdemos capacidad de miras”. Él, al contrario que Ontiveros, se centró en la faceta deportiva de Holystic Pro-África. “El deporte rompe fronteras, rompe miedos. No hay diferencias, es inclusivo”, afirma.

Una conclusión que ratifica Iñaki de Miguel, exjugador del Estudiantes y de la Selección Nacional de baloncesto. No aparece en el documental, pero hizo honores en su proyección. Cerca de Yago, Iñaki de Miguel evocaba su viaje y la organización de partidos o campeonatos donde la gente “aprende a esforzarse, a competir, a divertirse, a respetar: todos los valores del deporte”. Cataloga la experiencia como “una ventana a otro mundo. A una maravilla”. Mateo Ramos, árbitro retirado, también está comprometido con Holystic Pro-África: ha planificado un torneo nacional de baloncesto en Wukro y instruido a 60 árbitros. “Es alucinante lo que trabajan, lo que se empeñan. Llama la atención la alegría, la sonrisa”, apostilla.

Yago, mientras tanto, asiente. Es el germen involuntario de todo esto y su presencia en el acto era imprescindible, a pesar del jaleo. “Es muy importante que él viniera”, recalca Pablo Llanes, “porque es una persona muy luchadora y muy valiente. Nunca le he oído quejarse. Es muy fuerte. Le gusta aportar, no recibir de los demás. No quiere ser dependiente sino proactivo”, enumera el progenitor a su lado. Yago se ríe y se retuerce con júbilo. Quizás emocionado por esos aplausos que, en esta ocasión, parecen no molestarle.

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