_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Magnicidio indescifrable

Un gobernante no ordena el asesinato de un destacado gobernante de otro país si no es en caso de guerra y como acto de guerra

Lluís Bassets
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un acto de campaña en Florida.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un acto de campaña en Florida.JOE RAEDLE (AFP)

Qasem Soleimani era el general de mayor prestigio y el hombre fuerte del régimen iraní, una dictadura islámica con aspiraciones hegemónicas en Oriente Próximo que chocan con los intereses y la seguridad de Israel y de Arabia Saudí, aliados de Estados Unidos, y poseedora de un programa nuclear con un peligroso potencial como estímulo a la proliferación de este tipo de armas en todo el mundo. No era el jefe de una nutrida y peligrosa banda en activo pero en fuga, como Abu Bakr al-Bagdadi, muerto durante un bombardeo estadounidense en Siria el pasado octubre y anunciado con enorme satisfacción por Donald Trump. O jubilado, como Osama Bin Laden, asesinado en Pakistán por orden de Barack Obama. Ni tampoco un jefe de Estado depuesto, como Sadam Husein, ejecutado tras un juicio improvisado por el incipiente Estado iraquí reconstruido bajo patrocinio de George W. Bush.

Más información
EE UU e Irán rozan el conflicto total tras el asesinato del general Soleimani en Bagdad
Editorial | Escalada bélica
¿Quién quiere una guerra con Irán?; por Luz Gómez García

Todas las piezas de caza mayor cobradas por los tres presidentes estadounidenses de las dos últimas décadas eran comandantes enemigos huidos o en la clandestinidad, con escaso valor operacional y, eso sí, enorme significado simbólico y por tanto electoral. Su liquidación en poco o en nada modificaba la correlación de fuerzas o el mapa político de Oriente Próximo. No es el caso del asesinato de Soleimani, una decisión presidencial con un enorme potencial transformador, comparable solo a los magnicidios que han cambiado la historia, como corresponde a la desaparición de quien ha sido reconocido como brazo derecho del ayatolá Alí Jamenei.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Un gobernante no ordena el asesinato de un destacado gobernante de otro país si no es en caso de guerra y como acto de guerra. Donald Trump ha asegurado por el contrario que es una decisión que pretende evitar la guerra. Sabe que necesita la autorización del Congreso para declararla abiertamente a Irán, pero que podría colar como una acción preventiva para evitarla. Es en todo caso una decisión tan indescifrable como la errática y caótica presidencia de Donald Trump, de la que apenas cabe destilar una voluntad de restaurar la capacidad disuasiva perdida en la inacción y en las bravatas. El resultado es que el presidente que quería deshacerse de los compromisos exteriores, evitar las guerras interminables y retirar sus tropas de Oriente Próximo, se halla ahora al borde de una guerra de dimensiones y duración desconocidas con un país como Irán, de probada resiliencia bélica y política desde la revolución islámica de 1979.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_