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Los tigres ‘polacos’ ya están en su casa de Alicante

El centro de rescate de Primadomus se ha convertido en el hogar de cinco de los nueve felinos que transportaban a Rusia en condiciones deplorables

La tigresa 'Softi' en su nueva casa de Villena.
La tigresa 'Softi' en su nueva casa de Villena.primadomus

El centro de rescate que AAP Primadomus gestiona en Villena (Alicante) cuenta desde el lunes con cinco nuevos huéspedes. Uno de ellos es Aqua, un tigre corpulento de unos seis años. Parece tímido, aunque es posible que padezca secuelas como consecuencia de su tormentosa experiencia. A pesar de su nombre, siente pánico del agua. Eso afirman los cuidadores que ha tenido este mes en el zoológico de Poznan, al oeste de Polonia. El complejo se hizo cargo en noviembre de los nueve felinos interceptados en la frontera con Bielorrusia, entre los que se encontraba Aqua. Llevaban 11 días viajando en condiciones deplorables. El circo italiano al que pertenecían los había vendido y su destino final era Rusia, donde nadie sabe el futuro que les aguardaba.

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La odisea comenzó el 22 de octubre cerca de Roma. Al camión subieron diez ejemplares, pero uno falleció durante el penoso traslado por carretera. Habían sido encerrados en cajas en las que apenas cabían. “Estaban malnutridos, deshidratados, cubiertos de suciedad y heridos. En Poznan los han recuperado físicamente gracias a la dieta, pero en Primadomus nos toca hacerlo psicológicamente”, explica Pablo Delgado, responsable de grandes felinos de esta ONG.

Los cinco tigres, tres hembras y dos machos de entre dos y siete años, presentan un gran nivel de estrés y ansiedad debido al trauma al que han sido sometidos. “Si pasas por delante de ellos, se tiran a la puerta con agresividad. Tras cuatro años y 60 rescates, nunca había visto algo así”, insiste Delgado.

Los animales abandonaron Polonia el domingo por la mañana y llegaron a Alicante en la tarde del lunes. Estuvieron monitorizados por un veterinario durante todo el trayecto y el vehículo que los transportaba estaba equipado con jaulas de amplias dimensiones y calefacción, ya que en estas fechas las temperaturas en el centro de Europa son extremadamente bajas.

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Los cinco tigres que acaban de llegar a Villena fueron seleccionados por profesionales de la ONG según su idoneidad. La intención era traer a los ejemplares que se encontraran en mejores condiciones para soportar un viaje de 2.600 kilómetros. Una distancia que no podía recorrer Goght, intervenido quirúrgicamente por un problema gastrointestinal. Él y otro tigre se quedarán en el zoo de Poznan, mientras otros dos han sido enviados al de Breslavia, también en Polonia.

Cuarentena

“Había una necesidad urgente de buscarles un hogar. En Poznan no tenían capacidad para quedárselos a todos, aunque les han cogido mucho cariño. Es un centro de primera reacción”, reconoce Delgado. En Villena, un entorno natural a las faldas de la Sierra de Salinas, los felinos se encuentran en periodo de adaptación. Durante un mes permanecerán en observación en las instalaciones de cuarentena del centro, unos dormitorios con un patio exterior aislados unos de otros. El objetivo es que recuperen el peso óptimo (180 kilos para los machos, 140 para las hembras) y asegurarse de su buen estado de salud. Para ello, los veterinarios les someten a vacunaciones, desparasitaciones y análisis biológicos y bacteriológicos. Luego tendrán contacto visual y, si todo marcha bien, se les permitirá vivir juntos, como hacían cuando eran parte del circo, antes de su tortuoso viaje.

Las instalaciones de Primadomus están repletas de plataformas en altura para que los felinos puedan descansar. Samson, el otro macho de la expedición, ya se ha atrevido a subir a ellas. Tiene entre seis y siete años. Los responsables de la ONG no pueden precisarlo porque en estos casos en los que las autoridades confiscan animales siempre faltan documentos, están alterados o la información que les pasa sus antiguos propietarios suele ser errónea. En muchos casos, de forma intencional. Los nuevos cuidadores de Samson aseguran que es grande y fuerte, aunque aún le falta tonalidad. Permanece vigilante, como al acecho, un comportamiento muy característico de los tigres.

Las hembras son más jóvenes. Tienen entre dos y tres años. Softi, la más calmada, también ha subido a las plataformas, pero lo que realmente le gusta es dormir. Toph, en cambio, es muy curiosa con lo que sucede a su alrededor. Merida es la más nerviosa. A sus cuidadores les preocupa su estado de estrés y ansiedad, aunque creen que es fruto del viaje. En el recinto también hay piscinas. “Los tigres son solitarios y les gusta mucho el agua, aunque a Aqua no parece agradarle”, bromea Delgado. A lo que no le hace ascos es a la comida. La dieta de estos animales está compuesta básicamente de carne de caballo, muy alta en proteínas y baja en grasas. Es la que más se asemeja al antílope, su presa favorita cuando viven en libertad. La ONG necesita cientos de kilos para alimentar a los 31 grandes felinos que residen en el centro, la mayoría leones.

Delgado reconoce que Villena no tiene porqué ser la residencia definitiva de los tigres. Una vez rehabilitados podrían ser reubicados en otros lugares. “Tenemos varias opciones. No podemos olvidar que somos un centro de rescate y que siempre necesitamos espacio”, subraya. Sin embargo, admite que el caso de estos felinos es muy especial. “Ha creado una conciencia social muy importante en Polonia y en toda Europa. Eran animales desterrados y han vuelto a la vida. Pero no se trata solo de ellos. Es un problema global. La legislación no es estricta y cada día se transportan cientos de animales salvajes”. Primadomus señala en un comunicado la necesidad de endurecer las normas de uso y transporte, que conlleva múltiples problemas de salud. También plantea la prohibición de circos con animales, algo que ya han asumido diez comunidades autónomas españolas y una decena de países europeos.

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