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Exhumación de Franco
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Franco y el 24-O

La exhumación de los restos mortales del dictador solo puede ser un hito en un camino que es necesario continuar hollando

Retrato de Franco, por Ignacio Zuloaga (1940). En vídeo, así ha sido la exhumación de Franco.Vídeo: J. EGAÑA MUSEO DE BELLAS ARTES DE BILBAO | EPV

La evolución futura determinará hasta qué punto la exhumación de Franco será una fecha histórica. Al día de hoy, a juzgar por las controversias que ha despertado, es un hito en el camino. Transcurridos más de 40 años desde su fallecimiento y del desmantelamiento político, institucional y cultural del aparato creado durante su dictadura, la sociedad española no se ha reconciliado con un pasado que contiene más sombras que luces, más lloros que regocijos, siempre repartidos desigualmente.

En estos 40 años los historiadores hemos cumplido con nuestro papel. Hemos escudriñado no solo su mitificada biografía. También la guerra y la dictadura que en ella construyó. El conocimiento que de uno y otras tenemos hoy es incomparablemente superior al que existía en 1975.

Sin embargo, para un sector de la sociedad española la imagen de Franco no ha cambiado demasiado con respecto a la que se acuñó hasta aquella fecha: venció a los enemigos mortales de la patria, salvó a España cuando se acercaba al abismo de la revolución, la puso en la vía del progreso, mantuvo la paz y la prosperidad, creó las condiciones necesarias —aunque no suficientes— que allanaron la Transición democrática, etcétera.

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Esta imagen, potenciada en el ciberespacio, es rigurosamente falsa, pero exige nuevas aportaciones. Solo pueden proceder de la investigación basada en fuentes primarias. En términos generales, casi todo lo que se pueda decir sobre Franco, la Guerra Civil y la dictadura ya lo ha escrito en algún momento algún autor. Como en los casos de Alemania, Italia y Francia grandes parcelas de la micro y mesohistoria y de destinos tanto individuales como colectivos exigen todavía más exploraciones.

Con las fuentes primarias disponibles hay trabajo para una nueva generación. Pero son insuficientes. Amplias parcelas de nuestro pasado siguen sin poder reconstruirse documentalmente por las dificultades de acceso a tales fuentes.

En este sentido, la exhumación de los restos mortales de Franco solo puede ser un hito en un camino que es necesario continuar hollando. Sin contar con que la historia, la escrita y la por escribir, ni es ni será nunca historia definitiva.

Tampoco la de Franco. Todavía se ignora, por ejemplo, el contenido de su hoja de servicios como militar y sus documentos complementarios. Nadie ha avanzado demasiado en algunos de sus aspectos más discutidos y discutibles. Sus papeles (no los que conserva la Fundación Nacional de su nombre) son inaccesibles. Los de la casi totalidad de sus generales también. Cuando pueden consultarse (caso de los de Varela) han sido convenientemente cribados.

Los archivos siguen guardando sus secretos. Hace unos años establecí la tesis de que Franco se hizo millonario durante la guerra y la dura posguerra mientras sus soldados morían o se desangraban en el frente y en los hospitales. O que se quedó con regalos importantes hechos al Estado. Sin embargo, la imagen que pulula por cierta literatura y el ciberespacio es diametralmente opuesta.

Ángel Viñas es catedrático jubilado de la UCM. Su último libro es ¿Quién quiso la guerra civil? (Crítica).

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