Nour, de 12 años, todavía tiene su manta. "Me la regaló mi abuela por mi cumpleaños", rememora. “Recuerdo que tuvimos que huir porque hubo bombardeos. Era de noche. Por eso vinimos aquí. Esta manta me protegió contra el frío y la lluvia. Tenía miedo, pero mi madre me abrazó ". Nour quiere ser maestra cuando crezca.
Las fotos de esta galería pertenecen a una serie realizada por Unicef en el campo de refugiados de Zaatari, en Jordania.