Beckham paga 50 millones para hacerse con el control total de su marca
El exfutbolista, que quiere potenciar su faceta como empresario, adquiere el 33% de las acciones que tenía Simon Fuller, su socio y creador de las Spice Girls
David y Victoria Beckham han adquirido la propiedad total de la compañía que lleva su nombre comprando la participación minoritaria de Simon Fuller, su socio desde hace mucho tiempo y creador del show de talentos American Idol, según informa The Financial Times
El ex futbolista del Manchester United y del Real Madrid pagó alrededor de 50 millones de dólares por la participación del 33%, que era propiedad del grupo de entretenimiento XIX de Fuller, según personas familiarizadas con la transacción. El acuerdo otorga a Beckham y su esposa Victoria el control total de la empresa, que administra sus sociedades y marcas. Se compone de participaciones en Seven Global y David Beckham Ventures e incluye una participación en Inter Miami FC, un club de fútbol que comenzará a jugar en la Major League Soccer de los EE UU el próximo año.
Beckham Brand Holdings comenzó en 2014, pero la relación entre el Fuller y Beckham se remonta más allá. El empresario hace oro todo lo que toca. Se metió en la música y creó las Spice Girls. En televisión su nombre está detrás de esa franquicia millonaria llamada American Idol. Su compañía CKX ha representado a grandes nombres de la cultura popular actual como los Beckham o del pasado como Elvis Presley y Muhammad Ali. Además está detrás del éxito de las Spice Girls y de la saga Crepúsculo.
Afincado entre Londres y Los Ángeles, el empresario también colaboró en el pasado con los hermanos Weinstein en la industria del cine.
Beckham, quien se retiró hace seis años del fútbol tras una carrera de 20 años, ha construido un imperio con su nombre asociándose con firmas como L’Oreal y Adidas. La marca Beckham, hoy, se articula a través de una serie de colaboraciones empresariales que van desde la cosmética masculina hasta el whisky. “Para mí, la clave de cualquier colaboración o patrocinio es la autenticidad. También la estabilidad, porque todas mis colaboraciones son de largo recorrido. No me interesa entrar en proyectos y salir de ellos rápidamente”, explicaba la semana pasada a EL PAÍS.
Ahora que la celebridad se mide en las redes sociales, conviene recordar que Beckham no abrió su cuenta de Instagram hasta 2015, una fecha relativamente tardía. Hoy cuenta con 55 millones de seguidores, pero al exfutbolista, influyente desde hace décadas, la categoría de influencer le resulta algo ajena. “No es una palabra que me guste”, apunta. “Creo que si yo mismo dijera que soy influyente en algo, probablemente mi padre vendría a darme un tirón de orejas y a decirme que me relajara”, bromea. “Pero, para ser honesto, que la gente hable de mí en esos términos me hace sentir especial, porque significa que he dejado una huella en otras personas y he cambiado algo”, afirma. “Hace años, cuando jugaba al fútbol, la gente copiaba mi peinado o mis tatuajes”.
El exfutbolista le dijo anteriormente al FT que su decisión de retirarse fue porque quería comenzar a "poseer y construir negocios".
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