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Salma Hayek: “Se sorprendieron de que una mexicana se casara con quien se casó. Eso es racismo”

La actriz contrajo matrimonio hace 11 años con François-Henri Pinault, dueño del imperio del lujo con una fortuna estimada en 7.000 millones

La actriz Salma Hayek. En vídeo, tráiler de "The Hummingbird Project".Vídeo: GTRES
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Salma Hayek saca su carácter latino ante cualquiera que no pueda creerse que se casó con el multimillonario François-Henri Pinault. La actriz mexicana, de 52 años, contrajo matrimonio con el CEO de Kering, de 56 años, en 2009, y son padres de Valentina Paloma, de 11 años.

Hayek ha hablado sobre el escepticismo que rodea a su matrimonio en el último artículo de portada de la revista Town & Country para promocionar su nueva película, The Hummingbird Project.

"Mucha gente está muy sorprendida de que me haya casado con quien me casé. Ahora algunas personas se sienten incluso intimidadas ahora por mí. Pero esa es otra forma de mostrar el racismo. No pueden creer cómo terminó esta mexicana y se sienten incómodos a mi alrededor", relata. Su lucha feminista y su sensibilidad social la han convertido en una activista incansable, por eso cuando se hizo pública su relación con el magnate de la moda François-Henri Pinault muchos no comprendieron su elección, ya que en sus propias palabras jamás le interesaron "los lujos como las joyas y la alta costura". La mexicana venía de romances fallidos con varios de sus colegas, entre ellos el actor Edward Norton, con quien vivió un amor de cuatro años.

François-Henri Pinault y Salma Hayek, en París.
François-Henri Pinault y Salma Hayek, en París.OLIVIER BORDE / BESTIMAGE (GTRES)

Pinault es un multimillonario francés con una fortuna estimada en más de 7.000 millones y está a cargo del conglomerado Kering, que controla marcas de moda de alto perfil como Gucci e Yves Saint Laurent. También es hijo de uno de los hombres más ricos de Francia, François Pinault.

La actriz también ha hablado acerca de su relación, que mantiene de forma muy privada, y de por qué no quiere revelar ningún secreto acerca de su amor. "Es el mejor marido del mundo", ha dicho sobre Pinault. "No voy a decir cómo nos conocimos. Es una historia tan romántica, increíble... Pero es mía. No quiero vulgarizarlo convirtiéndolo en una historia para hacerme la interesante".

Pinault y Hayek han renovado sus votos recientemente. El empresario sorprendió a Hayek con una ceremonia junto a la playa en Bora Bora en agosto de 2018. "El verano estaba llegando a su fin y mi mejor momento fue cuando mi esposo me sorprendió con una renovación de votos. No fue lo que hubiera elegido para mi boda, ¡pero me dijeron que iba al spa!", escribió en el pie de la foto de Instagram en la que dio cuenta de la noticia. Hayek iba vestida con un vestido rojo y tanto ella como su esposo llevaban collares de flores blancas.

Salma Hayek reveló hace un año a Oprah Winfrey que el poderoso productor de Hollywood Harvey Weinstein la amenazó con romperle las rodillas, y también que le aseguró que incluso la mataría si rechazaba sus propuestas sexuales. Hayek afirmó que la experiencia de filmar una película producida por Weinstein la dejó "deprimida y paranoica". La actriz también indicó que estaba arrepentida de no haber denunciado antes al productor, cuando algunos periodistas deThe New York Times le habían pedido que contara su historia cuando docenas de mujeres se habían atrevido a hacerlo. "Cuando salió la información sobre Harvey, me avergoncé de no haber dicho nada. Pero sentía que mi dolor era tan pequeño en comparación con todas las otras historias", señaló la actriz. "Fui una cobarde", añadió.

Poco después Penélope Cruz mostraba todo su apoyo a su amiga en su cuenta de Instagram: “Te quiero, mi bella amiga. Pero ¿por qué tantas de nosotras, las artistas, tenemos que ir a la guerra para poder contar nuestras historias si tenemos tanto que ofrecer? ¿Por qué tenemos que pelear con uñas y dientes para mantener nuestra dignidad? Creo que es porque nosotros, como mujeres, hemos sido devaluadas artísticamente a un estado indecente, hasta el punto en que la industria del cine dejó de hacer un esfuerzo por averiguar qué querían ver las audiencias femeninas y qué historias queríamos contar”.

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