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Claves para introducir la alimentación complementaria a tu bebé

Cómo pasar de la leche materna a la de continuación a partir de los seis meses

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años señalando las evidencias científicas de las ventajas de la lactancia materna exclusiva durante los primeros meses de vida de un bebé. Y entre los múltiples beneficios para la salud del niño encontramos el fortalecimiento de su sistema inmunológico, menor exposición a agentes infecciosos, prevención de enfermedades graves y mejor desarrollo intelectual y motor del bebé. Según el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, las encuestas sobre hábitos de lactación en España recogen que el 46,9% de las madres mantienen la lactancia durante una duración media de seis meses. Sin embargo son muchas las madres que, transcurrido este tiempo y especialmente cuando se reincorporan a su rutina laboral, optan por incorporar biberón y papillas, y en este caso es importante conocer las claves para introducir la alimentación complementaria.

Claves para introducir la alimentación complementaria

“La leche materna es muy beneficiosa, pero si por algún motivo -por ejemplo, cuando la madre está tomando determinada medicación, sufre enfermedades infecciosas que se pueden transmitir al lactante o por decisión personal o laboral-, quiere pasar a la alimentación complementaria a partir de los seis meses, es recomendable que este paso sea progresivo”, explica el doctor Luis Blesa, presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría. Y añade: “Si la madre se puede sacar leche del pecho y que otro familiar dé el biberón en su ausencia, el bebé se irá acostumbrando y no extrañará tanto el cambio de la leche materna a la leche de fórmula. Incluso se puede mezclar ambas leches para que se habitúe al sabor. Otra opción es que con la leche de fórmula se pueda ir introduciendo papillas con cereales en polvo sin azúcar o frutas trituradas”. La recomendación más extendida entre los pediatras, para conseguir que el bebé vaya aceptando el biberón, papillas o purés, es adaptarse a la demanda del niño y a sus señales de hambre o saciedad, que en ocasiones son los mejores indicadores de que está bien alimentado.

¿Qué leche de fórmula elijo?

Cuando optamos por una alimentación complementaria a partir de los seis meses, la leche de continuación es un componente más que contribuye a la dieta diversificada del bebé. Para elegir una leche de fórmula es necesario que aporte los nutrientes necesarios para el crecimiento del niño, como hierro para el desarrollo cognitivo, calcio para fortalecer huesos y dientes, zinc para el crecimiento, vitamina C para el sistema inmune, vitamina D para los huesos, y preferiblemente Omega 3 DHA, que contribuye al desarrollo visual normal de los niños hasta los 12 meses de edad.

Si durante las horas de trabajo de la madre, un familiar puede dar esa toma al bebé en su ausencia, se recomienda hervir tetinas, biberón y tapas durante un minuto en agua, y después hervir aparte el agua donde se disolverá la leche en polvo. Hay que tener en cuenta que una vez preparada, la leche de fórmula puede estropearse rápidamente, por lo que es recomendable consumir inmediatamente después de la preparación o tapar y almacenar entre dos y cuatro grados como máximo 24 horas.

En todo caso, consulta siempre las instrucciones de preparación del envase y aclara cualquier duda de este tipo con tu profesional sanitario

Existen distintas alternativas de leche en fórmula en el mercado, por ejemplo la leche para bebés Enfamil Premium 2, que aporta los nutrientes necesarios para el desarrollo del bebé a partir de los 6 meses, porque ha sido formulada con las vitaminas requeridas para la adecuada ingesta nutricional del pequeño. 

En el reciente informe publicado por la Asociación Española de Pediatría se hace hincapié en los beneficios de una dieta equilibrada para la salud del niño, a corto, medio y largo plazo. Y el mismo informe señala: “En el caso de lactantes no amamantados, la fórmula indicada por encima de los seis meses de edad es la fórmula de continuación. Según se vaya diversificando la dieta, disminuirá la cantidad de leche ingerida, aunque se recomienda mantener al menos dos raciones de lácteos diarios, aproximadamente 500 mililitros al día”. De hecho, al igual que ocurre durante la etapa de lactancia materna exclusiva, a partir de los seis meses es importante observar y respetar las señales de hambre y saciedad del bebé para conseguir una nutrición equilibrada, y ante cualquier duda consultar con el pediatra.

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