Carlos Latre hace las Américas

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Carlos Latre fue un niño malo, malísimo, un trasto que las liaba bien pardas. Una vez serró las ruedas de las bicicletas de ocho amigos de su hermano. También metía tijeras en enchufes. O quemaba rollos de papel de dibujo de su padre. “Yo creo que empecé a hacer imitaciones para librarme de las broncas que me caían, para resultar algo más simpático”, dice el showman. Sus inicios, siguiendo a grandes de su infancia como Martes y Trece, Alfonso Arús o Cruz y Raya, fueron algo así como una táctica de supervivencia. Pero resulta que el chaval tenía un don. Luego Latre ya se hizo bueno y ahora, que ya es un flamante cuarentón, después de 20 años de tele en España, se va a hacer las Américas.

Latre (Grao de Castellón, 1979) es uno de los expertos que la cadena estadounidense CBS ha fichado para su nuevo talent show global The world’s best. En este programa, presentado por James Corden, los artistas aspirantes son evaluados por un jurado formado por la actriz Drew Barrymore, el drag queen RuPaul y la cantante Faith Hill. Pero, además, cuentan con el asesoramiento en diferentes disciplinas de expertos de todo el orbe terrestre. Es ahí donde entran las competencias de Latre.

“Cuando me llamaron no me lo creía”, cuenta, “que te llamen de una major americana para ofrecerte trabajo es como que te fiche el Madrid o el Barça”. Pero era realidad, porque Latre cumplía a la perfección todos los requisitos para el puesto: ser un gran imitador, conocido en su país, tener nutrida experiencia televisiva y teatral, así como en jurados de talent shows. Todo encajaba. En esta nueva singladura tirará de sus imitaciones más globales: Julio Iglesias, Shakira, Cristiano Ronaldo, Rafa Nadal, etc.

Crónicas marcianas, el clásico late night, fue algo así como la universidad de Latre. “Fíjate que empecé allí con 19 años y salí con 25: crecí rodeado de los mejores”, afirma. El Marte televisivo de Javier Sardá le catapultó a la fama, pero fue en Tu cara me suena donde, más allá de sus personajes, pudo mostrar lo mejor de sí mismo. “Aquí, como jurado, ya pude hacer valer mi propia personalidad, mi propio criterio, ser más yo mismo”, cuenta.

¿Queman dos decenios en televisión? “Lo cierto es que es un medio duro, dependes mucho de la opinión de los directivos, de los datos de la audiencia, crees que eres bueno o malo en función de los resultados… Pero yo he conseguido mantenerme, en parte porque también me he dedicado a otras cosas”, explica Latre, que reinvindica el concepto de one man show. “Mi idea del show business es muy americana”, dice, “yo me especialicé en la imitación, pero luego me he formado en interpretación, en canto, en baile, me gusta la idea de abarcar muchos campos”.

La fama televisiva puede influir mucho en la vida personal del cómico, al que la sociedad le exige humor las 24 horas. “Yo eso lo llevo bien, que la gente me pida personajes me parece comprensible, es mi rol”, explica Latre. “Por eso siempre trato de ir con una sonrisa por la calle, aunque tenga un mal día. Trato de acordarme de cuando soñaba con estar donde estoy ahora”.

The world´s best se estrena este domingo y se emite nada menos que después de la SuperBowl, que suelen ver más de 100 millones de personas en todo el planeta, así que se espera una audiencia millonaria. ¿Cómo es hacer tele al otro lado del charco? “Pues más a la americana, es decir, a lo grande, con mucho presupuesto y mucho detallismo”, dice Latre, “para mí es como el sueño americano”.

Le gustaría que esta experiencia le abriese las puertas para trabajar más en Estados Unidos, de hecho, ya ha hecho algunos contactos. “Pero no me gustaría dejar España ni las cosas que hago aquí, la tele, la radio, el teatro”, confiesa. En sus mejores ensoñaciones está el poder montar una escuela para enseñar la técnica de imitación que ha desarrollado y tal vez envejecer bebiendo buenos vinos, viendo la vida pasar desde una tumbona en un viñedo, porque el mundo del vino es una de sus pasiones. “Pero un viñedo que sea de un amigo, que eso es una cosa muy difícil”, concluye Latre, que fue un niño malo y ahora es un hombre bueno.