Ellas brillan
En un tiempo marcado por la fuerza del movimiento feminista, cuatro profesionales narran cómo se enfrentan a sus carreras y al mundo en el que viven
Bely Basarte aún sufre eso de que la silben por la calle. Le ocurre casi todos los días. "Es un rollo, la verdad", comenta esta youtuber cantante de 27 años. Los hombres que le pitan son mucho más mayores que ella. Nunca le ha pasado con alguno de su generación, confiesa. "No me imagino a un veinteañero gritándome ¡morena!", manifiesta Basarte, que este año ha publicado su primer álbum de estudio, Desde mi otro cuarto, con Universal, tras años lanzando vídeos en YouTube.
Algo está cambiando entre los más jóvenes, asegura esta madrileña que nunca ha tolerado actitudes machistas en su vida. Cree que esta nueva conducta debe mucho a la sensibilización que promueve el movimiento feminista. Un fenómeno que ha desbordado cualquier expectativa este año. "Nos sentimos con el apoyo social suficiente para denunciar abusos que antes callábamos", añade. Ese clamor feminista estalló durante el 8 de marzo de este año. Ese Día de la Mujer miles de mujeres secundaron la huelga feminista y muchas más salieron a la calle en las principales ciudades españolas. Las denuncias de actrices sobre supuestas violaciones y abusos del productor estadounidense Harvey Weinstein, en el ámbito internacional, y el caso de La Manada en España, que sentó en el banquillo a seis hombres por la supuesta violación múltiple a una joven de 19 años durante los sanfermines de 2016, removieron la conciencia de las sociedades occidentales, que se materializaron en las redes con los hashtags #MeToo y #Cuéntalo. La movilización feminista crece imparable. Poco después, en junio de este año, el Gobierno socialista de Pedro Sánchez configuró el primer equipo con la mayor proporción de mujeres de la historia de España.
Por todo eso, esta Navidad, EL PAÍS ha querido brindar por el feminismo junto a cuatro mujeres que tienen mucho que celebrar este año: la cantante Bely Basarte, que se ha consolidado en la industria musical; la actriz Lucía Jiménez, que regresó a la gran pantalla con David Trueba tras participar en el popular programa de televisión Tu cara me suena; la atleta Ana Peleteiro, bronce en triple salto en el Campeonato Mundial de Atletismo en Pista Cubierta de Birmingham y en el Campeonato Europeo de Atletismo de 2018 en Berlín, y Marta Eguilior, directora de escena de ópera, que ha estrenado dos títulos en los últimos meses. Las cuatro se reunieron en el hotel Axel de Madrid para vestirse de fiesta y celebrar sus éxitos.
La directora bilbaína Marta Eguilior ha sentido cómo este año su carrera despegaba. En 2018 ha puesto en escena dos títulos de gran simbolismo: un montaje de Orphée et Eurydice, de Glück, en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián; y el estreno mundial, en Jerez, de Le dernier sorcier (El último hechicero), de Pauline Viardot-García. No le ha resultado fácil. La dirección de escena lírica es un campo eminentemente masculino. "Se puede contar con los dedos de las manos el número de directoras", asegura Eguilior. Las que hay, añade, quedan relegadas a obras pedagógicas o infantiles. "Si echas un vistazo a la programación de la Scala de Milán de esta temporada, Liliana Cavani es la única directora. Y va y le encargan Alí Babá y los 40 ladrones", denuncia Eguilior, haciendo hincapié en la poco popular y poco representada obra, de 1833, de Luigi Cherubini.
En el terreno de la interpretación, las mujeres aún se enfrentan a problemas que sus acólitos masculinos no padecen. El movimiento #MeToo ha sacado a la luz los abusos que muchas actrices han sufrido en Hollywood. También la sangrante diferencia de salarios. La actriz Robin Wright descubrió que ganaba menos que su compañero Kevin Spacey en House of Cards. Spacey, además, fue despedido tras ser acusado de acoso por trabajadores de la serie. Varias actrices españolas, entre ellas Leticia Dolera, Aitana Sánchez-Gijón y Maru Valdivieso se sumaron a las denuncias contra la desigualdad. "Ocurre en todas partes, pero nosotras somos la cara más visible", argumenta la actriz Lucía Jiménez.
Recién llegada a los 40, esta segoviana vive un momento de equilibrio en un oficio con altos y bajos: empezó el año participando en el concurso Tu cara me suena, porque también canta, como su hermana, la compositora e intérprete Rebeca Jiménez. Estrenó Casi 40, la continuación, 22 años después, de La buena vida, su debut y el de David Trueba. "Es una cinta simbólica porque volvemos a juntarnos los que hicimos aquella película que era la primera", confiesa. Para ella, el movimiento 8-M es "bonito y necesario". Tiene claro que hay que educar a las niñas a vivir sin miedo. "Hay que evitar pedirles que no salgan solas a la calle, que no se pongan minifaldas... Debemos enseñar a nuestros hijos a que cuando una chica les dice que no es que no", sentencia Jiménez, madre de tres de entre dos y siete años.
Con esas premisas educativas creció la atleta Ana Peleteiro. "Tengo suerte de haber crecido en una familia abierta de mente en la que los hombres y las mujeres tienen las mismas responsabilidades y libertades", confiesa la gallega de 22 años. Ella, sin embargo, es consciente de que no siempre es así. Peleteiro, que no cree haber sido víctima de machismo nunca, denuncia que sí que ha sufrido racismo. "En Galicia nunca, pero en Guadalajara, donde vivo ahora, alguna vez me han preguntado de dónde soy y, después de contestar que soy de Galicia, han vuelto a preguntarme: 'No, ¿pero de dónde de verdad?", relata. La veinteañera, que este año ha quedado tercera en triple salto en los campeonatos celebrados este año, se ha criado en una familia adoptiva. "Sé que parte de mis orígenes son africanos por mi color, pero desconozco completamente aquel continente", añade. Ahora su pareja, de origen africano y también atleta, le está mostrando de dónde proviene. "Un cacho de mí es de ahí y estoy superorgullosa", declara.
Decoración a lo grande
Las cuatro protagonistas guardan recuerdos de sus Navidades como tesoros. A Marta estas fechas le suenan a los villancicos de la francesa Mireille Mathieu. Los cantaba mientras decoraba la casa junto a su madre y su hermana. "Yo me entretenía colgando bolitas, ya estaba con mi rollo escénico", recuerda. En el salón de la casa familiar de Lucía Jiménez se juntaban muchos. Con la nieve segoviana, la sensación de Navidad era más intensa. Ahora que es madre, ha recuperado la ilusión por las fiestas que perdió en la adolescencia. "He decorado la casa a lo bestia", exclama. Para Bely las fiestas también eran multitudinarias, con tíos y primos todo el día en casa. Su momento favorito llegaba en Reyes. "Poníamos agua en el jardín para los camellos, algunos polvorones, turrón y whisky para los Reyes en el salón y nuestros zapatos, recién embadurnados en betún. Por la mañana, esperábamos en la puerta del salón a que estuviésemos todos para abrir los regalos", rememora. Los regalos que le hacían a Ana Peleteiro ya pronosticaban su ímpetu deportivo. "Me gustaban los balones, los patines y las bicicletas. ¡No paraba quieta!", recuerda.
EN PROFUNDIDAD
Lucía Jiménez | “Ahora elijo muy bien los papeles que acepto”
Justo hace un año, Lucía Jiménez interpretaba la versión de New York, New York de Liza Minnelli y Luciano Pavarotti sobre el escenario de Tu cara me suena. Lo hacía junto a su amigo el actor Edu Soto. "Ganamos porque nos entregamos, estábamos poseídos por ellos", recuerda la actriz y cantante segoviana sobre su paso por el concurso en el que ganó dos galas y quedó en séptimo lugar en la clasificación final. "Yo llevaba un vestido rojo en aquella actuación, precisamente como ahora para las fotos", agrega. Jiménez comenzó el año demostrando su versatilidad artística en el programa de Antena 3 y lo termina anunciando su participación en Hospital Valle Norte, una nueva serie de médicos de Televisión Española. "Mi personaje empieza tímidamente pero acaba dando mucho la lata", revela. Entre tanto, estrenó la película Casi 40, de David Trueba, junto al actor Fernando Ramallo, que se alzó con el premio especial del jurado en el pasado Festival de Málaga. La cinta recupera la esencia y los protagonistas de La buena vida, el debut de director, actriz y actor en el cine, en 1996. "Es un proyecto discreto pero muy grande de espíritu; se rodó de manera muy libre".
La artista ha vivido todo esto con una "serena alegría". "Después de 20 años en la profesión", asegura, "quiero elegir muy bien lo que hago y disfrutarlo al máximo". La Navidad es la temporada alta para ella no como actriz, sino como empresaria. Ahora es dueña de Eureka Kids, una juguetería en Madrid. "Siempre quise tener algo independiente, mío, porque, como artista, dependo todo el tiempo de las decisiones de los demás", añade. Sus tres hijos le ayudan a hacer estudios de mercado de andar por casa. "Les llevo novedades y observo cómo reaccionan". Estas semanas, el flujo de testeos es frenético con vistas a las ventas navideñas y sus hijos le preguntan por qué tiene tanto trabajo ahora si son los Reyes quienes se encargan de los juguetes. Lucía no duda en la respuesta: "Es que en diciembre resulta que hay muchos, pero muchos cumpleaños".
Bely Basarte | “Necesitaba dar el paso de publicar un álbum”
La madrileña Belén Basarte lleva una década subiendo vídeos a YouTube. En ellos interpreta a la guitarra canciones de sus artistas favoritos: de Céline Dion a Enrique Iglesias, pasando por Limp Bizkit o Leiva. Su andadura musical comenzó en el verano de 2009: se pasó aquellos meses enfrascada en ensayos y grabaciones, editando y colgando versiones en Internet, desde su habitación. "Recuerdo que mi madre me pedía que bajase a la piscina porque estaba muy blanca", relata Bely, como se hace llamar artísticamente. Así nació esta youtuber cantante que durante todo este tiempo ha cargado religiosamente una canción semanal a su canal, que acumula más de medio millón de suscriptores. Ahora ha espaciado las publicaciones cada dos semanas, porque este año ha publicado su primer disco con temas compuestos por ella, un paso que la acerca a la industria discográfica tradicional. "Necesitaba dar el paso de sacar un álbum con sus 12 canciones", confiesa. "Mis seguidores lo han acogido superbién. En el concierto de presentación, al poco de salir el álbum, se las sabían todas", cuenta. En 2017, además, fue seleccionada por Disney para interpretar las canciones de la versión en imagen real de La bella y la bestia. Organizó una quedada con sus fans en un cine de Tres Cantos (Madrid). "Vi la peli con mis padres, mis amigos y muchos fans, fue una experiencia mágica". Ahora afronta 2019 con la gira en la que cantará las canciones nuevas, pero espera meterse en más proyectos: ya está componiendo otras que seguramente darán forma a otro álbum. "Me gustaría grabarlas en verano y lanzarlo a finales de año", termina.
Marta Eguilior | “Tras muchos años de trabajo, por fin todo rueda”
Marta Eguilior acaba el año feliz por todo lo que 2018 le ha traído y por lo que le espera en el que está a punto de empezar. A principios de 2018, sin embargo, casi tira la toalla porque no aparecían oportunidades. Entonces la artista recibió el encargo de dirigir Orphée et Eurydice en San Sebastián y Le dernier sorcier (El último hechicero) para el Villamarta de Jerez. "Tras muchos años de trabajo, ahora todo rueda", comenta esta bilbaína de 33 años.
Decidió que quería ser directora de ópera cuando descubrió a Diana Damrau como Reina de la Noche en el montaje de La flauta mágica, de David McVicar. Fue en 2007. Al no existir estudios reglados para dirección escénica en España, se marchó a Buenos Aires. Allí descubrió los secretos de esta particular forma de dirigir. "No tiene nada que ver con el teatro de texto: se necesitan nociones musicales para trabajar con partituras y hay que saber gestionar equipos muy grandes, además de colaborar mano a mano con un director musical", confiesa.
Tras el parón navideño, Eguilior volverá a poner en escena su montaje de La voix humaine, de Poulenc, en el teatro Arriaga de Bilbao y en El Teatre El Musical de Valencia, una puesta en escena que debutó en la desaparecida Pensión de las Pulgas de Madrid en 2015 y fue la primera ópera en montarse en el centro Botín de Santander. "Es precioso adaptar esta producción a cada sala", señala. Después del estreno de Le dernier sorcier, la opereta de cámara de la cantante de origen español Pauline Viardot-García, hermana de la diva María Malibrán, que no se representaba en un teatro desde que se compuso en 1867, Eguilior espera recuperar más títulos de compositoras. Las mujeres en el repertorio lírico mundial son casi inexistentes. "Sé, por ejemplo, que hay zarzuelas escritas por mujeres, pero no he encontrado las partituras completas. Solo hace falta una labor de investigación", concluye.
Ana Peleteiro | “He tenido que superarme y voy a lograr lo que quiero”
Cada miércoles, después de entrenar, la atleta Ana Peleteiro se lo pasa bomba viendo Operación Triunfo. También comentándolo en Twitter, donde acumula casi 14.000 seguidores. "Me encanta el programa, veía las primeras ediciones cuando era pequeña con mis primas mayores", comenta. Peleteiro se enganchó a esta nueva etapa en 2017 porque Roi, uno de los concursantes, veraneaba con ella de niños. "Cuando salió de la Academia nos escribimos. Me dijo: '¿Te acuerdas que hace unos años estábamos echando carreras en la playa de Baluarte?'. Me hizo ilusión". Peleteiro recuerda aquella época especial. "Mis padres me soltaban por ahí todo el verano", testimonia la gallega de 23 años. Este año ha supuesto su vuelta a las páginas del periodismo deportivo gracias a su brillante actuación en los campeonatos de pista cubierta de Birmingham y en el mundial de Berlín. En ambas competiciones se ha alzado con el bronce.
Buenos resultados pero no suficientes para ella. Peleteiro es puro nervio. Ya lo demostró cuando en 2012 se alzó como campeona del mundo júnior en Barcelona con un salto de 14,17 metros, uno de los momentos del atletismo español más memorable. "Era muy niña, tuve todo lo malo de ser campeona tan joven, la presión, pero no me arrepiento, tengo 23 años y estoy muy centrada", admite. Desde hace dos años vive en Guadalajara, donde entrena con el campeón olímpico cubano Iván Pedroso. "Estoy aprendiendo y madurando, ¡que me hacía falta!", dice. La atleta no lo está teniendo fácil, lleva dos años luchando contra una molestia de espalda. "He tenido que superarme a mí misma y voy a conseguir lo que quiero". Lo que anhela es estar preparada para los campeonatos del próximo año y ampliar sus estudios. En 2019 compaginará los entrenamientos con curso de marketing y community manager en una escuela privada. Pero no perderá de vista los Juegos Olímpicos de 2020 en Tokio. "No pude ir a Londres porque era muy joven, tampoco a Río, así que me hace mucha ilusión", concluye.
Asistente de iluminación: Andrés Abella, Guillermo Gumiel. Estilismo: GRDE. Asistente de estilismo: Elisa Chueca. Asistente de foto: Laura Munuera. Maquillaje y peluquería: Mariví Cabestrero. Agradecimientos: Hotel Axel Madrid.