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Las once mejores series españolas de adolescentes, y las tres peores

El reciente éxito de 'Élite' nos ha provocado revisar todas las ficciones que tratan temas juveniles. Y nos ha salido este 'ranking'

Es mirar a estos actores y tu mente se retrotraerá a cuando vivías como un drama la aparición de una espinilla en tu cara. Son algunos de los protagonistas de 'Élite' (Mina El Hammani), 'Compañeros' (Antonio Hortelano), 'Al salir de clase' (Elsa Pataky) y 'Verano azul' (Juanjo Artero).
Es mirar a estos actores y tu mente se retrotraerá a cuando vivías como un drama la aparición de una espinilla en tu cara. Son algunos de los protagonistas de 'Élite' (Mina El Hammani), 'Compañeros' (Antonio Hortelano), 'Al salir de clase' (Elsa Pataky) y 'Verano azul' (Juanjo Artero).

El éxito de Élite (en Netflix) ha devuelto a la primera línea de la ficción televisiva a un género que siempre ha congregado frente a la televisón a millones de espectadores: las series donde los protagonistas son adolescentes. Hablamos de productos españoles que intentan reflejar, con mayor o menor tino, la realidad de unos jóvenes en una época determinada en nuestro país.

En ICON hemos querido hacer un ranking con las mejores y las peores. Empezamos con las mejores en orden inverso. Las que consideramos tres peores las situamos al final del texto...

11. 'Compañeros'

De qué serie hablamos. De Compañeros (Antena 3, 1998), más que una serie, el encumbramiento de dos mitos eróticos para toda una generación de adolescentes.

Por qué merece la pena. Animada por el éxito de Alsa, Antena 3 lanzó su propia serie de temática adolescente, pero en formato semanal, en horario de máxima audiencia y arropada con sólidas tramas adultas. Aunque lo que realmente vertebraba la serie era la relación entre Quimi y Valle, unos Antonio Hortelano y Eva Santolaria (en la imagen) que se convirtieron en mitos eróticos de una generación y vieron sus rostros replicados en publicaciones juveniles y miles de carpetas escolares. La mezcla del malote con sentimientos y niña buena con alma rebelde es un éxito sin secretos que lleva funcionando desde Al este del Edén hasta Élite. La química entre estos dos personajes sirvió para que la serie compitiese en popularidad con la imbatible Médico de familia, que se mantuviese en emisión a lo largo de 121 capítulos y contase con una prolongación cinematográfica, No te fallaré, lema de la serie y título del efectivo tema principal de la serie interpretado por Greta y los Garbo.

10. 'El internado'

De qué serie hablamos. De El internado (Antena 3, 2007), la serie que sumó a los avatares diarios de unos estudiantes, criptas, asesinatos y nazis. Cómo si no hubiese sido bastante con la LOE.

Por qué merece la pena. Pocas series han demostrado menos complejos a la hora de incorporar tramas inverosímiles. En La Laguna Negra (imposible pensar en un nombre menos comercial para un centro educativo de élite) todo era altamente siniestro: desde los profesores, más propios de Hogwarts que de un instituto de la meseta, hasta unos alumnos con más secretos que páginas de apuntes. La mezcla de nazis y virus mortales con romances estudiantiles e hijos secretos podría haber sido una oda a la vergüenza ajena, pero un reparto plagado de caras nuevas (y hermosas), con Martiño Rivas, Yon González y Ana de Armas a la cabeza, y actores consolidados como Amparo Baró y Luis Merlo, sumando a un empaque visual muy superior a la media, hicieron de El internado un éxito con audiencias que rozaban semanalmente los cuatro millones de espectadores. Y eso es mucha gente.

9. 'Segunda enseñanza'

De qué serie hablamos. De Segunda enseñanza (TVE, 1986). Si no puedes escuchar Around my dreams (de Silver Pozzoli) sin sentir una punzada de angustia adolescente sabes por qué la serie de Ana Diosdado está en esta lista.

Por qué merece la pena. Jorge Sanz utilizando la Vespino que le acaban de regalar por sus buenas notas para suicidarse, incapaz de superar la angustia que le generan las altas expectativas de su padre; o una jovencísima Aitana Sánchez Gijón regalando una rosa a la profesora de la que se había enamorado. Son dos imágenes que aún perviven en la mente de muchos españoles tres décadas después del final de la serie. Escrita y protagonizada por Ana Diosdado, reflejó a lo largo de sus trece capítulos las inquietudes de la juventud española de mediados de los ochenta, aquella que vivió sus mejores años entre el fin del letargo franquista y el ensueño de la España del pelotazo.

8. 'Skam'

De qué serie hablamos. De Skam (Movistar+, 2018), la primera serie en la que todos sus protagonistas han nacido más allá del año 2000.

Por qué merece la pena. Porque parte de una premisa inédita. Por una vez los actores tienen la misma edad que los personajes y hablan, se visten y se relacionan como lo haría cualquier pandilla local. Para ello, el equipo de producción realizó un estudio más cercano a la antropología que al desarrollo de una serie de televisión. El original noruego causó una verdadera conmoción social y ya ha sido exportada a EE UU, Francia, Italia, Holanda y Alemania. Y todo sin apenas promoción convencional, pero sirviéndose de los materiales conductores que manejan sus destinatarios finales: las redes sociales. Sus protagonistas viven más allá de la emisión de cada capítulo y a lo largo de la semana sus relaciones pueden seguirse a través de las cuentas de Instagram o Twitter de los protagonistas. La ficción en directo ya está aquí. 

7. 'Un paso adelante'

De qué serie hablamos. De Un paso adelante (Antena 3, 2002), la primera serie española que aunó con éxito música, baile, torsos sudorosos y líos amorosos.

Por qué merece la pena. Aunque muy pocos confiaban en que aquel remedo hispano de Fama triunfase, los alumnos de la prestigiosa Escuela de Artes Escénicas de Carmen Arranz consiguieron hacerse un hueco en el corazón de la audiencia. El argumento no difería demasiado del de cualquier ficción similar (amoríos, rivalidades, rebeldía…), pero eran los tiempos de esplendor de OT y el público estaba ávido de música. Y UPA se la dio: inolvidable aquel "uno, due, tre, quattro" que daba paso a un festival de calentadores, camisetas sin manga y músculos aceitados que no tardaron en ser imitados en las calles. Su éxito hizo que se exportase a más de 50 países y sus protagonistas emularon a los personajes de la serie formando el grupo UPA Dance, que fue portada, entre muchas revistas, de la edición española de Rolling Stone.

6. 'La pecera de Eva'

De qué serie hablamos. De La pecera de Eva (Telecinco, 2010), la serie que demostró que Alexandra Jiménez puede lidiar con todo y supuso la consolidación del inmenso talento de los por entonces emergentes Joel Bosqued y Aura Garrido.

Por qué merece la pena. Por conseguir el punto exacto entre drama y comedia y colocar la cámara en uno de los entornos estudiantiles menos sobreexplotados por la televisión (sin olvidarnos de Emma Pillsbury de Glee, claro): la consulta de una psicóloga. Que los actores trabajasen con guiones pero sin diálogos (ellos mismos improvisaban durante las secuencias) dotaba a la serie de una naturalidad impropia de este tipo de formatos y daba como resultado unas interpretaciones excepcionales. A pesar del maltrato al que fue sometida por Mediaset, conquistó a un buen número de fans y obtuvo el aplauso de la crítica.

5. 'Merli'

De qué serie hablamos. De Merli (TV3, 2015), la serie que en pleno debate sobre la obligatoriedad o no de los estudios de filosofía demostró que no sólo es imprescindible, sino también adictiva.

Por qué merece la pena. Que una serie para adolescentes titule sus capítulos con nombre de filósofos y que esos nombres incluyan a Hannah Arendt, Judith Butler o Zygmunt Bauman ya responde a la pregunta. Merecería la pena tan sólo por premiar esa osadía, pero es que además Merli aporta personajes y conflictos creíbles –que abarcan desde el bullying al proces– y un protagonista (Merlí Bergeron, interpretado por Francesc Orella) tan magnético como imperfecto, más cercano al John Keating de El club de los poetas muertos que a los profesores que habitualmente pululan por los pasillos televisivos. El furor que causó en TV3 la llevó a La Sexta y a Netflix y de ahí al (merecido) éxito internacional.

4. 'Física o Química'

De qué serie hablamos. De Física o Química (Antena 3, 2008), la serie que demostró que los profesores podían ser más inmaduros que los alumnos.

Por qué merece la pena. Seis años después del final de Compañeros, Antena 3 volvió a apostar por el género adolescente asumiendo más riesgo y salpimentando los conflictos habituales con una dosis extra de transgresión, o toda la transgresión que se puede permitir la televisión en horario de máxima audiencia. Las tramas familiares perdían peso por primera vez en una ficción de estas características e irrumpía el sexo, entre alumnos, entre profesores, y, oh, entre profesores y alumnos. En el Zurbarán hubo tríos, webcams eróticas y hasta prostitución de lujo; y también drogas, claro, porque algunos elegían física y otros química, pero los había que sabían compatibilizar.

3. 'Verano azul'

De qué serie hablamos. De Verano azul (TVE, 1981), la primera gran radiografía de la adolescencia española.

Por qué merece la pena. A lo largo de sus 19 capítulos, Javi, Pancho, Bea, Desi y Quique se repartían unos roles canónicos perfectamente extrapolables a cualquiera de las pandillas patrias desde Cabo de Gata hasta Finisterre. En aquella Nerja idílica que empezaba a notar el aliento de la especulación inmobiliaria, convivían argumentos atemporales: los primeros amores, los roces intergeneracionales (dirimidos a bofetones, algo que hoy acabaría en el Congreso) o la rebeldía como refuerzo de la identidad; con tramas que hoy resultan tan ignotas a los más jóvenes como un reproductor de vídeo VHS. Desi estigmatizada por ser hija de divorciados o esos niños que fuman en los guateques ante la mirada complacida de sus padres. A pesar de las casi cuatro décadas que han pasado desde su primera emisión y de la sobreexplotación a la que ha sido sometida, sigue siendo uno de los productos más valorados de la televisión pública.

2. 'Élite'

De qué serie hablamos. De Élite (Netflix, 2018), la serie española que lleva varias semanas siendo la más vista en Netflix a nivel mundial, por delante de, por ejemplo, DaredevilLa maldición de Hill House.

Por qué merece la pena. Todo el mundo habla de ella; sus protagonistas, desconocidos hasta ahora, se han convertido en estrellas de las redes sociales; los medios internacionales dedican rankings a sus parejas más calientes y se preguntan el secreto de su éxito. ¿Acaso cuenta algo que no hayamos visto nunca? No, pero lo hace una manera personal y muy actual. Llevamos viendo alumnos pobres que se integran en un entorno sofisticado y hostil desde Candy Candy. La niña buena que se enamora del delincuente sentimental es un elemento inherente a cualquier ficción de instituto y el crimen del que todos son sospechosos engancha desde antes de que Agatha Christie se comprase su primera pluma. ¿Qué tiene Élite, pues? Una irresistible mezcla cañí de Gossip Girl, O.C. y Rebelde.

Y la mejor: 1. 'Al salir de clase'

De qué serie hablamos. De Al salir de clase (Telecinco, 1997), la más longeva de la lista. Las desventuras de los alumnos el 7 Robles (Alsa, para los fans), supusieron una revolución en las tardes de la televisión en España.

Por qué merece la pena. Empezó tímida, pero acabó convirtiéndose en una cita obligada, alcanzando diariamente más de dos millones y medio de espectadores. En parte gracias a una buena estrategia: capítulos de 25 minutos que empezaban justo cuando los espectadores potenciales salían de clase (y los no potenciales aparcaban la siesta para seguir su placer culpable favorito) y a unas tramas que trataban de reflejar el día a día de los adolescentes españoles. Aunque algunas veces se pasaban de frenada: el secuestro de Carlota, la Banda del Bate, la Mano Negra, que Raquel Meroño todavía estuviese en edad escolar... Sin contar la facilidad con la que todos se integraban en el mercado laboral y que en la casa de Iñigo el número de habitaciones aumentaba o menguaba en función del guion, un superpoder que no ha igualado ni la casa de La maldición de Hill House. Se despidió tras 1.199 capítulos y dio su primera oportunidad a algunas de las estrellas de hoy como Hugo Silva, Pilar López de Ayala, Víctor Clavijo, Elsa Pataky, Javier Pereira, Leticia Dolera o Rodolfo Sancho. Un reparto que compite en esplendor con las figuras que visitaban su bar de cabecera, el CBC (de Chico Busca Chica, no lo olvidemos nunca) y que iban desde NSYNC a Jennifer López. Lo típico de cualquier tugurio, sí.

Y LAS TRES PEORES

'Nada es para siempre'

De qué serie hablamos. De Nada es para siempre (Antena 3, 1999), la serie que fue a Al salir de clase lo que el Bus a Gran Hermano: una copia cutre y sin gracia.

Por qué no merece la pena. Era la adaptación de A todo corazón, un culebrón juvenil venezolano. Veinte años después todavía nos preguntamos para qué había que adaptar una historia que hemos visto mil veces: chico se enamora de chica mientras mejor amiga de chico se da cuenta de que lleva toda la vida enamorada de él. ¿De verdad merecía la pena pagar derechos por un argumento tan original? Aunque veleidades narrativas aparte, lo más llamativo de la poco recordada serie de Antena 3 es el escaso carisma de sus protagonistas y el nulo éxito que todos tuvieron tras su abrupta cancelación.

'SMS: Sin miedo a soñar'

De qué serie hablamos. De SMS: Sin miedo a soñar (La Sexta, 2006), la enésima serie que ofrecía más de lo mismo: adultos disfrazados de escolares que viven aventuras insípidas.

Por qué no merece la pena. Su premisa no difiere mucho de la de Élite: un grupo de estudiantes de clase alta en cuyo entorno se integra un delincuente juvenil y un crimen en el que hay demasiados sospechosos. ¿Qué falló entonces? Probablemente que a pesar del generoso presupuesto el resultado parecía una escape room con un buen cosplay. "Es el proyecto más viejo de Globomedia que la productora nunca consiguió vender a otras cadenas", declaró en su momento José Miguel Contreras, Consejero Delegado de la cadena, y nosotros entendemos perfectamente por qué. Por cierto, uno de los protagonistas era Mario Casas.

'Dreamland' 

De qué serie hablamos. De Dreamland (Cuatro, 2014). Aunque más que Dreamland (tierra de sueños) habría sido más acertado llamarla Nightmareland (tierra de pesadillas).

Por qué no merece la pena. La serie de Mediaset dispuso de una campaña de promoción mastodóntica y de una preproducción atípica durante la que el equipo convivió durante un año y medio con la idea de ajustar las vivencias de actores y personajes: un grupo de cantantes y bailarines que luchan por entrar en la prestigiosa academia Dreamland. Pero a pesar del fuego lento el resultado del guiso resultó tan insatisfactorio que Cuatro la relegó a la noche de los viernes donde su fracaso, apenas un 4,6 % de audiencia en su estreno, no sorprendió a nadie.

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