Bajo un sol isleño
Este edificio de apartamentos turísticos de Mallorca cumple con rigor la premisa de la desconexión: luz natural, comodidad y unas buenas vistas al mar
SENTIR Y VER el mar desde cada rincón de la casa. Esa fue la idea que María y sus dos hijos, Vicenç y Toni, tuvieron cuando decidieron poner en marcha los apartamentos turísticos Moll Petit. Primero se hicieron con un solar casi en ruinas, ubicado en un entorno privilegiado: en primera línea de playa en Can Picafort (Santa Margalida, Mallorca). Y luego encargaron a Irene Pérez y Jaume Mayol, de TEd’A arquitectes, la misión de reformar el lugar y convertirlo en el edificio de tres pisos que regentan hoy. El espacio se divide en un local común y un apartamento en su planta baja, otros dos en la primera y uno con terraza en la última. El empleo de materiales de la zona (termoarcilla, cerámica, baldosas de barro) y esa obsesión propia de TEd’A arquitectes de elogiar la tradición consiguen que se integre de manera modélica en el entorno. Para poder observar siempre el mar, cada apartamento se concibió como una única estancia diáfana en la que varios biombos móviles —cuyas láminas verticales se abren y cierran— separan los distintos ambientes. Estas viviendas, con la ausencia de recovecos, de puertas en los armarios y de cualquier mueble innecesario, invitan a disfrutar de atardeceres ociosos y tranquilos. Pura vida mediterránea.