Quién pasa las vacaciones aquí. Hoy en día es sede de la Fundación César Manrique, pero durante varios años, desde 1968, fue la casa del arquitecto y artista lanzaroteño, que concibió aquí la más hedonista y veraniega de sus residencias, con espacios al aire libre, piscinas y sombra. Manrique, que había frecuentado los círculos artísticos de Nueva York, solía invitar aquí a muchos de sus amigos, que ayudaron a poner Lanzarote en el mapa internacional de la vanguardia.
Por qué nos gustaría veranear aquí. Porque es la obra maestra de Manrique y, al mismo tiempo, una casa de verano perfecta, un ejemplo de land art y un reflejo del paisaje lanzaroteño. Solía contar Manrique que descubrió por casualidad una serie de burbujas de lava en un paraje volcánico de la isla, y decidió probar a convertirlas en estancias, comunicándolas entre sí. El resultado es una casa subterránea laberíntica que desde la superficie parece una construcción isleña tradicional. La mayoría de los detalles del interior (incluido el mobiliario y las obras de arte) fueron concebidos personalmente por Manrique, que posteriormente trasladó su residencia a otra casa (que también es increíble), y empezó a transformar el Taro de Tahiche en su Fundación hasta que falleció inesperadamente en 1992.