¿Qué fue del sonido ‘madchester’?
En 1988, Manchester fue el epicentro del descontrol y la creatividad musical. Ahora, los grupos Boy Azooga, 77:78 y Confidence Man recuperan ese estilo en el 30 aniversario del llamado 'segundo verano del amor'
Ya no hay estilo o corriente que vuelva, porque desde que la historia del pop puede escucharse y verse por streaming, nada desaparece completamente. Los revivals no existen, pero ojo, que a causa de alguna conjunción planetaria, es posible que nos parezca estar ante la existencia de alguno. El del sonido Madchester, por ejemplo. El fenómeno que le inyectó ritmo funky al indie, y le dio a probar el ácido y el éxtasis para empujarlo a una piscina de psicodelia, es detectable en al menos tres nuevos discos publicados coincidiendo con el 30 aniversario del que fuera el segundo verano del amor.
En 1988, la música pop fue atacada por una epidemia de hedonismo y Manchester fue el epicentro de un maravilloso descontrol celebrado en la Haçienda y en los clubs de Ibiza. El sonido madchester fulminó prejuicios. Sí, se pueden tocar guitarras sobre ritmos house. Sí, se puede adorar a Brian Wilson y a Arthur Lee desde una nube de loops y dub. El cielo era el límite. Así lo aseguraban New Order, Happy Mondays, The Stone Roses, Andrew Weatherall, Paul Oakenfold, The Charlatans, Intastella.
Que los tres álbumes de los que hablamos a continuación aparezcan en el mismo sello —Heavenly Records, distribuida en España por Pias— podría ser una simple casualidad o no, depende de la euforia con la que se viva todo esto.
Además de tener uno de los mejores títulos del año —su album debut 1,2 Kunf Fu—, la banda Boy Azooga también posee el don de meter bajos calientes y retumbones en títulos como la magistral Face behind her cigarette, la canción que habrían hecho Happy Mondays si el tiempo se hubiese detenido justo antes de que las clínicas de desintoxicación se pusieran las botas con ellos. Una de las características de madchester era el eclecticismo como medio para alcanzar el objetivo de la diversión total. El cuarteto galés Boy Azooga sigue esos parámetros y ofrece pop con un toque alucinado (no olvidemos que los galeses tienen una relación muy especial con las dimensiones paralelas, tal como demostraron en el pasado Super Furry Animals o Gorky’s Zygotic Mynci) en canciones como Losers In The Tomb o Jerry. Taxi To Your Head –otro título de aplauso- es otro matrimonio entre los sixties y los ritmos bailables. Y ese cencerro que suena es tan madchester como las maracas que sacude Davey Newington en sus conciertos.
Aaron Fletcher y Tim Parkin provienen de The Bees, banda con más de quince años a sus espaldas practicando ejercicios psicodélicos a la inglesa. Ahora son 77:78 y con su primer álbum, Jellies, acercan ese decálogo de intenciones al terreno de la fiesta sin fin. Jellies es pop con un ligero sabor alucinógeno, al estilo de los primeros The Charlatans, pero tiene momentos que conservan intacto el aroma de las noches de 1988. Love Said (Let’s Go), de sonido abiertamente retro filtrado desde una perspectiva inevitablemente contemporánea, es la estrella del álbum. Las canciones de 77:78 son carme de remix, especialmente el citado single o la espectacular Chilli – véase Chilli Live 75 a cargo de The Dubwood All Stars- que, una vez más, nos hace pensar en Happy Mondays cuando no había fuerza humana que los detuviera.
“Debo confesar / que ha estado acostándome con tu ex / porque oí que era el mejor”. Confident Music for Confident People, el primer álbum de Confidence Man, empieza así, sin hacer prisioneros. La magnética Try Your Luck absorbe esa alegría lisérgica y esa ausencia de prejuicios musicales de la escena mancuniana. En realidad Confidence Man también tienen un toque muy Deee-Lite, grupo neoyorquino que tiraba mucho hacia el acid y los clubs. Como ellos, y a diferencia de la gran mayoría de grupos de la era madchester, Confidence Man –que por cierto, son australianos- tienen una mujer al frente. Janet Planet canta sobre novios propios y exnovios ajenos, noches del revés y saraos variados en Confident Music for Confident People. Bubblegum –que cuenta con remix de Andrew Weatherall- es junto con Fascination, Boyfriend y Out The Window uno de los highlights de uno de los mejores discos del año. Y la portada, sin desperdicio, con los dos miembros de incognito del grupo –Reggie Goodchild y Clarence McGuffie- de negro y con velo de viuda- ejerciendo de taburete –con perdón- de Janet y Sugar Bones.
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