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Salvador Sobral: “La coca me ayuda a tener energía”

El cantante, a quien realizaron un trasplante de corazón, también dijo en 'El Hormiguero' que Eurovisión "es un espectáculo en el que la música ocupa una parte muy pequeña”

El cantante Salvador Sobral en la sede de la SGAE este jueves.
El cantante Salvador Sobral en la sede de la SGAE este jueves.Jaime Villanueva
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Salvador Sobral, el cantante que cambió el paso del Festival de Eurovisión convirtiéndose en su ganador con una cálida y emotiva balada, ha estado en España y este jueves pasó por el plató del programa de televisión El Hormiguero con motivo del Día Internacional de la Música.

Pero ni la calidad de su producción, ni siquiera volverle a ver en nuestro país después de su trasplante de corazón, ni su próxima gira de conciertos que permitirá escucharle por España desde el 27 de junio al 28 de julio, ha despertado tanta curiosidad como sus declaraciones.

El cantante entró tímido en plató pero solo necesitó un minuto para hacerse con el ritmo de la entrevista en la que se mostró de buen humor y llegó a decir en respuesta jocosa a cómo conseguía aguantar la paliza que supone una gira: “Pues la coca ayuda mucho. ¡Ay, perdón que este es un programa para la familia!”.

Y no paró de ir desgranando declaraciones que cada una podía ser un titular en sí mismo. “Lo que importa es el arte. No ser famoso por ser famoso y casarse con un torero… Eso es algo que pasa mucho en España con Sálvame”, dijo el cantante que, además de demostrar que conoce el país, pidió más ayudas económicas para la cultura.

Descubrió que le apasiona la salsa y que la baila porque tuvo una novia venezolana que le enseño algunos pasos. Y llegó el momento inevitable de preguntarle por sus sentimientos sobre la operación de trasplante de corazón que sufrió poco después de ganar el Festival de Eurovisión. Entonces reconoció que poder cantar era lo único que le hacía feliz justo antes de ir al hospital “cuando casi me daban por muerto”, pero después confesó que “lo mejor fue cuando subí escaleras por primera vez, que fueron las de casa de mis padres”.

Eurovisión tampoco se quedó fuera de foco: “Es un show de espectáculo en el que la música ocupa una parte muy pequeña”, manifestó antes de confesar que la canción Toy de la israelí Netta “es de esas canciones que no me dicen nada”. También aseguró que “jamás sería jurado de un talent show (…) Eso no tiene nada que ver con la música”.

El amor por lo que hace, por su música, por esa que le ha dado una fama que confesó le desbordó al principio por repentina e inesperada quedó patente también en sus declaraciones: “Mi primera vida ya estaba yo dado por muerto, e igualmente era feliz porque cantaba. Solo al final, final, final no podía cantar. Ahora tengo una vida nueva. Puedo correr, puedo jugar al fútbol, puedo subir escaleras…” Hay mucho Sobral por descubrir.

 

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